Le han cambiado y le siguen cambiando la vida a unos 250 niños de San Cristóbal, porque hay un abismo de diferencias entre un niño que puede comer hoy, y aquel que se va dormir con el estómago vacío. Cambiar esa realidad es parte de la misión de Puntos Solidarios, quienes llevan pan y formación a pequeños venezolanos que viven en pobreza, pero requieren apoyo de la colectividad para que la labor no se detenga.
Carlos Delgado, coordinador de Puntos Solidarios, convoca este sábado para el Obelisco Los Italianos de San Cristóbal, al gran Donatón, donde se estarán recibiendo alimentos no perecederos que irán a llenar el plato de los niños que esperan la solidaridad de la sociedad.
Además de recibir los aportes en el Donatón, los asistentes también podrán adquirir el libro “Cocina Tachirense” y calcomanías o sticker de la fundación Puntos Solidarios.
“Estaremos de 9 de la mañana a 1 o 2 de la tarde en el Obelisco los Italianos recibiendo insumos, <Un kilo de comida por amor>, como se llama nuestra actividad, a fin de poder sustentar las actividades sociales que tenemos en nuestros dos comedores activos y el comedor piloto que estamos por inaugurar muy pronto, en el barrio El Hoyo”.
Solidarios con los niños del barrio
“Además de alimentos, llevamos programas de formación, empoderamiento para que los jóvenes puedan emprender y financiamos el ciento por ciento algunos emprendimientos de habitantes de la comunidad, para que puedan progresar en medio de la crisis”.
Delgado relata, que tienen el programa de Espacios Amigables, a través del cual transforman espacios públicos que están abandonados y los ponen al servicio de las comunidades, ya en óptimas condiciones, “la idea es que sea un lugar de recreación y desarrollo de los niños”.