Las rutas suburbanas aumentaron la tarifa de 100 a 300 bolívares soberanos, a partir de este 30 de enero. La medida fue acordada por los conductores debido al aumento desmedido de los repuestos y los alimentos. Los trabajadores del volante, pertenecientes a las rutas que conectan a Valera con otros municipios, manifiestan que lo ganado, no les alcanza.
No obstante, al otro lado de esta realidad, se encuentran los usuarios de este servicio, quienes para trasladarse a la ciudad de las Siete Colinas, tendrán que gastar hasta 9.000 bolívares quincenales. Esto representa medio salario mínimo para un trabajador asalariado.
Aunque, para sobrevivir, los trujillanos han tenido que ingeniar otras formas para generar ingresos, este incremento es otro golpe para su bolsillo. Los alimentos no permanecen en los anaqueles al mismo precio, sino que cambian conforme se eleva la inflación. Además, deben cubrirse otros gastos primordiales.
Otras rutas
La única alternativa, que han tomado algunos de los usuarios, es movilizarse en las unidades del Bus Trujillo, en las cuales el pasaje está desde 15 bolívares. Otros, asumen riesgos y piden “colas” o viajes gratuitos a conocidos y desconocidos.
En la región capital, recientemente los bloques de transportistas presentaron una propuesta al ministro, Hipólito Abreu, para fijar la tarifa de 20 bolívares a 150 bolívares.
No hay ley
Al margen de las razones expuestas por los conductores y los usuarios, quienes padecen por igual la crisis económica, debería existir la intervención de las autoridades para fijar los precios de este servicio. No para perjudicar y beneficiar a una de las partes, sino para llegar a acuerdos necesarios: dotación de repuestos, créditos, precios oficiales, vía gaceta; y un cronograma de aumentos coordinados.