Por Oswaldo Manrique
Desde La Puerta a Mendoza con el Ilustrísimo Mariano Martí.
Andando y acompañando al Jefe de la iglesia, desde el “pueblo de indios” San Pablo del Bomboy (La Puerta), hasta Mendoza, su carga de alegria y regocijo espiritual era enorme. En San Antonio de los Timotes (Mendoza), recorrió con el Obispo, la Calle Real, en una caravana y las fachadas de las casas fueron adornadas con cintas, flores y pequeños altares con imágenes religiosas. En la plaza, adornada con arcos de palmeras y flores, sonaron los festivos fuegos de artificio; llegó junto a su canciller Soto, y con ellos, el mozo Francisco Antonio Rosario D., el futuro Cura y Prócer independentista. A su Ilustrisima Dr. Mariano Martí Estadella, Obispo de Caracas y Venezuela, lo esperaban los pobladores blancos, mestizos e indígenas y los vecinos pobres y ricos, movilizados y unidos, que tomaron el hecho como una gran festividad y lo acompañaron hasta el viejo templo de San Antón Abad.
Uno de sus más antiguos biógrafos, el escritor trujillano Julio Febres Cordero, aportó en bonita prosa este interesante pasaje de Francisco Antonio el mozo, <<Chicuelo aún, Francisco Rosario, conoció al ilustrísimo y reverendísimo señor Martí cuando este practicó su visita pastoral. Las mulas cascabeleras, los numerosos y graves familiares del señor Obispo, todo el granado sequito que lo acompañaba, traen memoria de los pastores del Medioevo derramando bendiciones por los caminos fragosos y reglando la vida de la comunidades en formación. Desde La Puerta al pie mismo de los páramos, bordeando el rio rumoroso bajo cerradas arboledas, la comitiva se dirigió hacia San Antonio de Timotes, hoy Mendoza Fría. Los chonatales de San Isidro, La Mocojó, La Culebrina, las indias sencillas con el sencillo sumbay bajo la ruana sostenida alrededor del cuello por tupu, los chicuelos que apenas si balbucean el castellano …todos asombrados miraban el prelado que analizaba en la visita la vida de la grey puesta a su cuidado>> (Febres Cordero, Julio. Biografía de Francisco Rosario. Revista Nacional de la Cultura. Pág. 53 a 64. Temas 66-71. Ministerio de Educación. Caracas. 1948). Además del gozo espiritual, este encuentro fue una de las grandes enseñanzas que tuvo “Paco” Rosario en su vida, sobre su preocupación constante por los problemas sociales aspirante a ser cura de almas, lo que solo podría comparar en grandeza, al que tendrá con el genio de la libertad en 1813.
El mismo historiador, transcribió parte del Informe de la Visita Pastoral a San Antonio de los Timotes (Mendoza), asi: <<A la doctrina de los Timoto llego el señor Martí el 1° de abril de 1777…se fue a la iglesita de la loma. De una sola nave. La feligresía contaba 642 almas. Poca fortaleza denunciaba la fábrica del templo, pues que mansos, tranquilos, eran los indios de la vecindad. Sobre una base de barro y piedras, el bajareque sostenía por techo endeble techumbre de varas y palmas. En un caballete de madera, las menudas campanas…tres rústicos altares. Tres imágenes que recogían la devoción el taumatúrgico Antonio, a un lado, Jesús de nazareno; del otro, María bajo la advocación de la Concepción…No hay baptisterio. No lleva libros de ninguna clase el doctrinero porque le falta tiempo para atender las ovejas que se arrebujan en las nieblas de La Puerta. No descansan en sagrado los fieles difuntos>> (Febres, 54); comentando el mismo Febres Cordero que, <<Fue esta visita del Obispo civilizador una de las primeras impresiones de Francisco Antonio Rosario>>, ante este olvidado pueblo de indios, que lo conmovió y aceró en sus creencias.
Cuando le tocó llegar a Trujillo visitó la iglesia parroquial de Santiago de Nuestra Señora de la Paz de Trujillo, el eximio Prelado la describió en su totalidad y belleza. Asimismo, sus Conventos <<el San Francisco, también llamado de San Antonio, tenía para el 17 de junio de 1777, diez religiosos entre sacerdotes, novicios y legos…. y el Regina Angelorum, del orden de Santo Domingo, 27 religiosas, 5 sirvientas libres, seis esclavas de comunidad, 47 mujeres, unas libres y otras esclavas, para el particular servicio de las religiosas, un capellán>>, (Briceño, 96); uno de esos novicios, era Francisco Antonio Rosario D.
Cuando el Obispo visitó la Ermita y el Hospital de Chiquinquirá, cercano a la casa de familia de Paco, se llevó la sorpresa que no había médico <<ni botica, más sí con un capellán: fray Juan José Portillo y la esclava Juana de la Cruz Raga que cuidaba a los enfermos>> (Briceño, 96). Seguramente, el novicio Rosario, percibió algo que caracterizó a Monseñor Martí, además de su imponente autoridad y poder, su preocupación por el tema de la moralidad y religiosidad, la economía y lo social, la educación y la salud de sus fieles. Después de un mes de Visita Pastoral, el Obispo se va de Trujillo.
Don Mariano Martí, es despedido por las autoridades eclesiásticas y civiles, los curas de los pueblos y los jóvenes fervientes católicos, entre ellos, Francisco Antonio Rosario D. Fue una sorpresa agradable para él, la encantadora figura y el trato de este cura extranjero, ahora Obispo de Venezuela y Caracas, con voz fina y clara, en tono agradable disertando sobre asuntos de conductas sociales, distinto a los que había oído y conocido, todos estos elementos deambulan en su imaginación y le abruman los sentidos.
En su campaña de profilaxis contra el pecado, para la obtención de una vida virtuosa y cristiana, en los mandamientos de la iglesia y presencia de las buenas costumbres, Martí encontró entre su feligresía en Carache, 10 casos de pecadores activos, en Trujillo, 48 casos, y en Mendoza, 12; los que abordó en su totalidad.
Posteriormente, Paco Rosario, realizaría y concluiría estudios eclesiásticos en el Seminario de San Buenaventura, en la ciudad de Mérida. Es bastante factible que, de no haber presenciado en 1781, el estallido de la protesta campesina, indígena y popular contra las fuertes cargas impositivas aplicadas a espaldas del Rey de España, haya sido testigo de sus consecuencias y el impacto ideológico en la población emeritense. Una rebelión influenciada por ideas indigenistas que desde la Nueva Granada, se conoció como la Rebelión de los Comuneros del Socorro, bajo la consigna de <<viva Carlos III y muera el mal gobierno de sus ministros>>, contra los virreyes y gobernadores y justicias en las Colonias, pero –según algunos historiadores-, no propiamente contra la Monarquía.
El amor a su Patria y particularmente a su terruño, así como, las verdaderas convicciones ideológicas del joven Rosario, se van a conocer en los años posteriores. El escritor trujillano Manuel González Grados, mencionado por Febres Cordero, para diferenciar el patriotismo del Padre Rosario, del ambiguo o interesado de los aristócratas, escribió: <<las picardías de los insurgentes para adelantar sus propósitos y de que muchos hacen el papel de patriotas para mejor diluirse en la hora nona de los privilegios y quedarse con los fueros y las mercedes>> Más adelante, refiriéndose a la posición radical asumida por el Cura Prócer, señaló <<pero, en el espíritu del padre Rosario pimpollaba el ideal independentista, al que se dio totalmente, según se desprende de algunas causas de infidencia seguidas por las autoridades reales y de ciertos documentos recogidos…por el Ilustrísimo Antonio Ramón Silva. Rico, cortejado, se va pues, el padre Rosario tras las huellas de Bolívar>> (Febres, 61).
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Discurría con sosiego y tranquilidad la vida en Trujillo. Ya se habían calmado las lenguas y los rumores relativos a los sermones y regaños de Monseñor Martí. Transcurriendo unos pocos días, las gentes de Trujillo, notaron su ausencia, haciendo comentarios, preocupados por el niño alegre de los Rosario, la respuesta no se hizo esperar: ¡Paco Rosario, se puso la sotana! El inquieto e ingenioso muchacho, ciertamente se sometió a los solemnes, estrictos y claustrales estudios sacerdotales ¡Se fue definitivamente al Seminario!
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Hace poco, el día de San Antonio, se cumplieron 264 años del nacimiento del Padre Francisco Antonio Rosario, uno de los arquitectos de nuestra gloria y creador constitucional de Trujillo Provincia independentista y de la Patria. Sirva este recordatorio para las nuevas generaciones, de la obra y vida ejemplar del leal y desinteresado amigo del Libertador.