La selección de Rusia arrancó el Mundial, su Mundial, de forma magnifica. En casa esperaban una gran celebración que terminara de animar a los locales para volcarse de lleno con el evento y fueron los jugadores los que se encargaron de alargar la algarabía de una bonita inauguración con una victoria ante Arabia Saudita, por 5-0, tan fácil como tranquila.
Rápidamente, los de Cherchesov se impusieron en un terreno de juego en el que Arabia Saudita se camufló a la perfección con el césped, tanto que se hicieron invisibles en lo futbolístico. La defensa local no pasó apuros y Golovin se hizo dueño del mediocampo, porque de él nació cada ataque del conjunto ruso, de hecho de un centro suyo nació el primer tanto obra de un cabezazo de Gazinsky.
Los rusos se adueñaron aún más de la escena, pero luego dos hechos puntuales marcarían el resto del partido: la lesión de Dzagoev y la entrada de Cheryshev. Con el del Villarreal en cancha el juego en ataque creció y él solito se encargó de amargarles más las cosas a los árabes con un buen gol tras una jugada bien trenzada por todo el equipo.
El partido pareció caer en un bache debido a la comodidad de la que gozaba el equipo de casa y la inoperancia de Arabia Saudita; sin embargo otro movimiento dio un nuevo aire a los rusos. Dzyuba ingresó que con su gol de cabeza avivó las cosas y puso un trecho definitivo entre ambas selecciones.
Con todo acabado Cheryshev se alzó sobre el resto con un golazo de tres dedos, para erigirse definitivamente como la figura del partido, y Golovin cerró una gran noche personal con una bonita diana de tiro libre. Rusia demostró ante todos que quiere disfrutar de la gran fiesta que ha organizado y además con una goleada histórica que los pone en la palestra de un en el que ahora buscarán seguir sorprendiendo.
Información Meridiano.