En años pasados, ya a partir desde el mes de abril el ambiente mundialista se apoderaba de las avenidas, calles, casas, edificios, centros comerciales, escuelas, colegios, liceos, universidades, hasta instituciones públicas y privadas. Eran otros tiempos. Tiempos aquellos de bonaza económica. Hoy previo a Rusia 2018, es otra historia
Estamos a pocos días, tal vez horas para el planeta futbolístico se “paralice” con la apertura del Mundial Rusia 2018, el evento deportivo de mayor arraigo universalmente.
La fiebre del Mundial históricamente, ha tocado todos los rincones del planeta. En nuestro caso, Venezuela y muchos más la zona andina con Trujillo, Táchira y Mérida han sido por excelencia grandes animadores, «afiebrados» y pasionales de los mundiales de fútbol.
Recordamos que esta pasión futbolera mundial, data en nuestro región desde México 70 con el tricampeonato de Brasil y el explotar del Rey Pelé. Pero creemos que fue con Argentina 78 cuando en verdad esa pasión despertó e hizo erupción en toda la región y en Venezuela entera. Fue en ese Mundial cuando se vió por vez primera en Venezuela los álbumes de barajitas, las revistas coleccionables con las historias de las anteriores ediciones y sus figuras, llegadas desde Colombia, otras de Argentina, México, etc. y que aún guardamos. Fue Argentina 78 la que hizo despertar ese fervor a nivel de Campeonatos del Mundo, ciclo que se cumplió con Brasil 2014.
Decayó el ambiente
En los años pasados, ya a partir desde el mes de abril el ambiente mundialista se apoderaba de las avenidas, calles, casas, edificios, centros comerciales, escuelas, colegios, liceos, universidades, hasta instituciones públicas y privadas. Eran otros tiempos. Tiempos aquellos de bonaza económica.
Hasta hace cuatro años atrás, se observaba por todas partes las franelas de las distintas selecciones exhibiéndose, las banderas y todo tipo de suvenires. Hoy día la realidad es otra. La fuerte crisis por la cual atraviesa el país marca otros indicadores, otras pautas y forma de ver la vida. Dicha crisis ha acabado con esa pasión mundialista, ya no se ve por ninguna parte ese alboroto y fanatismos que generaba la competencia. Ya ni el tradicional álbum de pajarita se ha podido coleccionar en esta ocasión debido a sus altos costos. Así como el álbum otras cosas han quedo atrás, hoy la prioridad del venezolano amerita otras cosa, hoy en el día a día del ciudadano de este país entre sus prioridades no está el Mundial Rusia 2018. La comida, el efectivo, los altos costos de los productos de la dieta básica, la falta de transporte, y muchos otros problemas de la cotidianidad están por encima de pesar como se solía hacer antes, en el Mundial de Fútbol. Lastimosamente los tiempos han cambiado. Hasta las promociones de las seis cadenas de televisión que han anunciado las transmisiones se notan opacas, como poco gancho.
La fiebre se ha enfriado
Esa fiebre mundialista de otrora se ha enfriado. Son muchos los que transpiran fútbol en la ciudad, sobre todo la juventud que tiene al fútbol como el deporte número uno, no podrán disfrutar de la algarabía antes vivida con la cita en Brasil 2014, que comparado a la de ahora es abismalmente distinta. Recordamos en Valera, que las equinas de la avenida Bolívar, los buhoneros del centros, los colegios y liceos se ponían full, la gente cambiando y vendiendo sus barajitas, uno le pedía al otro. Los comercio atiborrado de mercancía alusiva al evento. Hombres, mujeres y niños visitan con la indumentaria de su selección favorita.
La actualidad regional y nacional esta tan crítica, que, en el itinerario diario del ciudadano de a pie, del que cobra sueldo mínimo, no aparece entre sus las prioridades el Mundial de Fútbol. Las prioridades como hemos dichos se enfocan en madrugar para salir hacer una cola y poder comprar productos regulados o ver donde consigues x o y mercancía accesible al bolsillo, la de protestar por falta de agua, de gas, de luz, de transporte, de hacer interminables colas en los bancos para logra un efectivo de 30 bolívares que si mucho alcanza es para pagar los pasajes urbanos de un día laboral. Hoy el día se va en el rebusque para buscar con que sustentar la familia. En eso se basa la actual agenda de Valera, un trujillano u tachirense, un merideños, un venezolano, la de un ciudadano común y corriente como lo son la mayoría… Claro, de seguro hay quienes pueden seguir dándose esa vida de antes, pero gran mayoría no.
Antes, era una fiesta, todo el mundo andaba alegre, los niños, los abuelos. Ahora ni los carros colocan sus banderas ni pintan su parabrisas con frases alusiva a la Copa del Mundo. Antes se podía hacer eso y más… ¡Ya no! ¡Qué va!.. Eso se acabó.