Francisco Graterol Vargas
Por estas costas caribeñas fueron llegando del África, miles y miles de negros, que sembraron en nuestro continente y especialmente a orillas de lo que fuera conocido después como Venezuela sus costumbres, cultura y esa alegría propia de la raza. A finales del siglo XVI se aparecieron los primeros africanos por el río de La Plata. Hasta La Sabana, un poblado del entonces estado Vargas, ahora La Guaira, y demás playas del litoral se aposentaron como hormigas hombres y mujeres formando grandes conglomerados entre ellos el territorio donde naciera el protagonista de esta corta historia; Ronald Acuña Jr.
Esa irreverencia del jardinero de los Bravos de Atlanta tiene sus raíces en aquellos tambores llenos de fuego ardiente que traían los mulatos africanos. Por eso ahondando en esa cultura se explica la actitud, el ángel, carisma de quien hace poco ocupara el primer lugar en las boletas para el Juego de las Estrellas.
¿Es acaso el criollo actualmente el mejor jugador de las Grandes Ligas?. ¿ Es eso lo que palpan las boletas para la gran cita que reunirá a los más destacados este año en la MLB? Estoy seguro que caeré malasangre a muchos de los seguidores de Ronald Acuña JR al decirles con un NO rotundo, mi apreciación muy personal que hay otros nombres que están por encima del primer bate de los Bravos. Queda en ustedes, si están de acuerdo en escoger los nombres de los elegidos.
¡Ah! ¿Y por qué Acuña ha deslumbrado a unos fanáticos como los que siguen las Grandes Ligas que escudriñan unos números como tal Pitágoras?, porque por encima de los fríos guarismos está la chispa, la candela heredada de aquellos africanos. Ese es el origen de “las locuras” del venezolano. Y esa gracia ha penetrado el alma, el corazón de gringos, canadienses, boricuas, dominicanos, japoneses y pare de contar, los cuales han llenado sus boletas para el All Star, sobre todo para el frío, helado aficionado de la tierra del Tío Sam.
Ronald Acuña JR le lleva una morena a los demás colegas suyos en la Liga Nacional. Nada más y nada menos que el más votado, algo que lograría por segunda oportunidad, su atrevimiento transporta el sello de una estirpe como la africana.
Cada público, sin importar si es en Atlanta o en cualquiera de las otras plazas donde hay béisbol en USA o en Canadá explota, estalla cuando Acuña JR pasa por tercera luego de un cuadrangular haciendo gestos que solo se le ocurren a él, y lejos está del venezolano tratar de ofender a nadie sino que por dentro, por su alma y corazón corre una energía mágica propia de aquella casta mencionada en estas líneas. Ese ardor que le trajo problemas en la pasada campaña del béisbol profesional con sus Tiburones de La Guaira que lo llevaron a abandonar el evento porque muchos lo tildaron hasta de payaso.
Celebremos, démosles gracias al Creador que en un país donde hay tantos problemas como el de la gasolina, cortes de energía eléctrica, basura, agua, gas, etc, cada noche los seguidores a la MLB disfrutemos de las hazañas de nuestros compatriotas en el mejor béisbol del mundo y entre ellos las de Ronald Acuña JR.
Como decía el recordado Beto Perdomo, “ Díganle a su vecinos que esta noche juega Ronald Acuña JR”.