En la mañana Las Trincheras, primer escenario de las festividades de San Benito, donde se reúnen los que siguen la tradición año tras año, que se ha convertido en un reencuentro de los hijos de esta tierra con sus familiares para trasladar en horas de la tarde la imagen del Santo Negro al templo San Juan Bautista, se encontraba con poca asistencia, sin embargo, esta fue creciendo y creciendo a medida que transcurría la tarde, hasta volverse multitud que aunque no llenó los 500 metros de la calle Candelaria o avenida 4 de Betijoque, tuvo una asistencia aceptable que sobrepasó las expectativas creadas por la crisis que estamos viviendo, donde no se encuentran alimentos, tampoco gasolina para los vehículos, menos gas para uso doméstico, inclusive para cancelar cualquier adquisición, hay que calarse una cola de pronóstico.
La fiesta, los tambores, el jolgorio y la alegría se impusieron al pesimismo, teniendo la Romería una asistencia aceptable, donde los licores populares muchas veces han estado ausentes precisamente por la crisis que vive el país.
Se brindaba en medio de la fiesta por la Navidad, por el Santo, por los seguidores de la fiesta con botellas de licores, haciendo partícipes a la imagen del Santo bañándola del licor que se consumía, que no tuvo ningún reproche de los organizadores de la fiesta, que al parecer también habían entrado en crisis pues no se vieron como en jornadas anteriores, como El Trincherazo, atendiendo en seguridad y vigilando los pasos de la imagen del Santo por las calles de la población.
Temprano los sanbeniteros recorrieron la vía que conduce al cementerio local, pudiendo apreciar los visitantes las deplorables condiciones en que se encuentran las calles del poblado, entre ésta la 24, con inmensos huecos, que a nadie preocupa.
En el cementerio se ofreció una oración por los seguidores caídos de la fiesta, mientras que un grupo visitaba la tumba de un sanbenitero que el pasado 25 cumplía 47 de su trágica desaparición física, llamado Pio Nono Mogollón.
En la tarde hubo amenaza de lluvia, que no se concretizó, se había vuelto multitud el acompañamiento al Santo, que fue llevado de nuevo al templo San Juan Bautista después de las 6 de la tarde.
Oración por la solución de la crisis
Ayer en Betijoque persistían las colas inmensas por la escasez de gasolina, muchos vecinos seguían esperando el GLP, otros discutían en los comercios por la especulación desatada donde los señores del sector oficial no se dan por enterados mientras que los seguidores de la tradición iban con la imagen del Santo que visitaba el lado sur de la población, ofreciendo sus oraciones por la solución de la crisis, en una procesión que llegó hasta el Obelisco para regresar en horas de la tarde a su lugar de origen, el templo San Juan Bautista.