Escribo en febrero de 2023 y en nuestro país gran parte de la población está atravesando una situación sumamente difícil desde el punto de vista económico y parecería paradójico escribir sobre la risa y el humorismo. Pero hay evidencias de que tienen efectos beneficiosos sobre la salud y de ninguna manera implican resignación ante las adversidades y las injusticias que vivimos.
En el año 1993 se publicó un best-seller titulado: ‘La Curación y la Mente’, en el cual el conocido periodista Bill Moyers (nac. 1934) entrevista a una serie de eminentes médicos. Lo más interesante es que todos insisten en la enorme interacción entre actitud mental y el cuerpo, señalando que el buen humor puede incidir favorablemente en las curaciones y la buena salud (1).
En efecto, la psicoterapeuta Arlene Matthews Uhl, en su conocida obra: ‘La Psicología de la Felicidad’ (2008), refiere descubrimientos científicos que han evidenciado que la risa puede ser muy beneficiosa para la salud, porque en el cerebro se liberan endorfinas, que son opiáceos naturales. También se libera el neurotransmisor dopamina que está muy relacionado con los estados de bienestar psicológico. Adicionalmente se disminuye en la sangre el nivel de la hormona cortisol que es conocida como “la hormona del estrés”. Asimismo, se han realizado estudios y se ha encontrado que cuando una persona se ríe con frecuencia aumenta la actividad de su sistema inmunológico, específicamente la producción de Inmunoglobulinas A e Inmunoglobulinas B, que de manera natural eliminan las células infectadas por virus y algunos tipos de células cancerígenas. También se produce un incremento de ‘Complemento 3’ y ‘Gamma Interferón’ que propician la actividad del sistema inmunológico (2).
Por otra parte, es bien conocido que la filosofía oriental ZEN recurre frecuentemente a la risa como método de entrenamiento. Así, el notable Maestro ZEN japonés Katsuki Sekida (1893-1987) en su obra ‘Entrenamiento ZEN. Métodos y Filosofía’, en el capítulo 12 titulado: ‘Risa y ZEN’ dice: “La risa es una de las grandes obras maestras de la humanidad. Nosotros la inventamos para drenar la presión interna” (3). En efecto, Sekida explica que por eso la risa tiene grandes implicaciones para los procesos de entrenamiento psicofísico del ZEN.
Asimismo, el filósofo alemán I. Kant (1724-1804) en su obra: ‘Crítica del Juicio’ (1790) dice que: “la risa nos ayuda a sobrellevar las muchas desdichas en la vida” (Parte I, División I, 54). También podemos referir al conocido filósofo francés André Comte-Sponville (nac. 1952), que en su importante obra: ‘Pequeño Tratado de las Grandes Virtudes’ (1996) dedica todo un capítulo al ‘Humor’ como una importante virtud para enfrentar tragedias en la vida. Su caso es ejemplarizante porque su madre sufrió mucho de depresión y se suicidó. No obstante, el humorismo de ninguna manera debería ser un escapismo ante la realidad. Tenemos que seguir bien informados sobre todo lo que sucede, pero ante tantas noticias estresantes y depresógenas, lo más saludable es combinarlas con un poquito de humorismo. De hecho, es bien conocido que los judíos en los campos de concentración nazis recurrían a veces al humorismo para soportar mejor sus terribles condiciones de vida.
En efecto, todo lo que nos pueda relajar mentalmente es beneficioso para la salud y en tal sentido es pertinente recordar las concepciones del filósofo griego Aristóteles (348-322 A. de C.) y el filósofo italiano Santo Tomás de Aquino (aprox. 1225-1274) sobre el humorismo. Aristóteles en su obra ‘Ética a Nicómaco’ utiliza el término ‘eutrapelos’, que proviene del griego ‘eutrapelia’ y significa : ‘ingenio’, ‘buen sentido del humor’. La palabra ‘eutrapelos’ significa literalmente ‘girar bien’, para referirse a la persona ocurrente e ingeniosa que bromea con tacto. Aristóteles dice: “Como la vida incluye relajación al igual que actividad, y en la relajación hay ocio y diversión, hay posibilidad de buen gusto en nuestras relaciones sociales, y propiedad en lo que decimos y cómo lo decimos (…) Claramente en esto es posible incurrir en exceso o en defecto respecto a un término medio. Las personas que llevan el humor a un exceso son consideradas vulgares bufones. Tratan de ser jocosas a toda costa, y su objetivo es más suscitar risa que hablar con propiedad para evitar hacer daño a la persona que es el blanco de sus chanzas. Pero esos que no pueden decir algo divertido y se ofenden ante los que lo dicen, se piensa que son aburridos y malhumorados. Esos que bromean con tacto, son llamados ingeniosos (‘eutrapelos’), lo cual implica que tienen una gran versatilidad en su ingenio” (4). Más adelante dice: “Se piensa que la relajación y diversión son necesarias en la vida” (5).
Posteriormente Santo Tomás de Aquino, en su obra ‘Suma Teológica’ (1266-1273), en la ‘Pregunta 168’, es mucho más explícito sobre la importancia del humorismo para la relajación mental y dice: “Así como el cansancio corporal se alivia con el descanso, el cansancio psicológico se alivia con el descanso del alma. Como hemos explicado al discutir los sentimientos, el placer es descanso para el alma. Y por lo tanto el remedio para el cansancio del alma radica en relajar la tensión del estudio mental y tener algo de placer” (6). Más adelante, Tomás de Aquino señala que la persona que tiene la virtud moral asociada con el buen humorismo es: “Un ‘eutrapelos’, una persona agradable que tiene una disposición feliz de su mente y da a sus palabras y acciones un giro alegre” (7). Más adelante, Tomás de Aquino añade que la persona carente de humorismo actúa ‘contra la razón’ y dice: “Cualquier cosa que entre en conflicto con la razón humana es viciosa. Es contra la razón que una persona sea una carga para los demás porque nunca se muestra agradable o porque mate las bromas, o porque se dedique a aguar el gozo de los demás (…) Esos que carecen de una naturaleza juguetona cometen pecado, al igual que esos que nunca dicen algo para que usted sonría, o son gruñones con los que lo dicen” (8).
Vamos a ver 4 ejemplos tomados de la sección sobre ‘Humor’ de la ‘Encyclopedia Britannica’: 1) Un masoquista es una persona que disfruta con una ducha de agua muy fría en la mañana y entonces se ducha con agua caliente 2) Un médico consuela a su paciente y le dice: “Usted tiene una enfermedad muy grave. De cada 10 personas que la contraen solamente sobrevive una. Usted es muy afortunado por haber venido a mi consultorio porque he tenido recientemente 9 pacientes y todos se han muerto” 3) Un Marqués en la Francia de Luis XV regresa inesperadamente de un viaje y al entrar en el cuarto de su esposa la encuentra en la cama con un obispo. Entonces el Marqués camina hacia la ventana y se pone a hacer gestos con las manos para bendecir a la gente de la calle. Su esposa angustiada le pregunta: “¿Qué estás haciendo?” y el Marqués le responde: “Monseñor está realizando mis funciones y yo estoy realizando las de él” 4) Un joven le dice a un hombre de edad: “Señor: Yo le solicito la mano de su hija” y el hombre le responde: “¿Por qué no? Usted ya ha tenido todo lo demás”.
También podemos recordar al genial cómico británico Charlie Chaplin (1889-1977) y su película ‘Una de la Madrugada’ estrenada en 1916, en la cual Charlot regresa a su casa a la 1.00 AM muy borracho y no encuentra la llave, por lo cual con grandes esfuerzos entra por la ventana, pero al rato de entrar, encuentra la llave y entonces sale por la ventana para entrar con la llave por la puerta. También podemos recordar un dicho del genial director de cine estadounidense Woody Allen (nac. 1935) en su libro: ‘Sin Plumas’ publicado en 1975. El dicho es: “No es que yo tenga miedo a la muerte sino que preferiría estar en otra parte cuando suceda” (9).
En cuestión de humorismo mi favorito siempre ha sido el genial escritor humorista británico P.G. Wodehouse (1881-1975) cuyas obras son realmente extraordinarias, y es una verdadera lástima que no sea ampliamente conocido en nuestro país.
Por otro lado, el gran escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) en su narración: ‘El Idioma Analítico de John Wilkins’ (1952) hace referencia a cierta enciclopedia china que se titula: ‘Emporio Celestial de Conocimientos Benévolos’ y “en sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas…”. Cuando yo era Profesor de Evolución en el NURR-ULA, en el tema de la clasificación de los organismos les mostraba a los estudiantes esta clasificación sin decirles que era una narración ficticia y con toda seriedad les decía que era la clasificación más reciente, científica y rigurosa basada en los estudios cladísticos con ADN. Los estudiantes se miraban muy perplejos entre ellos un buen rato, hasta que alguno se atrevía a preguntar: “Profesor: ¿Usted habla en serio?” y entonces yo no aguantaba la risa y les decía que una clasificación tiene que ser racional y esta no tiene pies ni cabeza y todos nos reíamos.
Por otro lado, la risa puede tener tremendas implicaciones en política, porque una sátira mordaz puede ser un arma formidable y terrible para demoler a cualquier figura pública. Quizás uno de los autores que mejor lo ha expresado ha sido el conocido comediógrafo francés Moliere (1622-1673). Este autor, en su famosa obra: ‘Tartufo’ (1664) presenta como personaje central a Tartufo, que es terriblemente hipócrita y falso. Actualmente el epíteto ‘Tartufo’ se utiliza para calificar a alguien como muy hipócrita. Moliere, en el Prefacio que escribió luego en 1669 para esa obra dice: “nada corrige mejor a la mayoría de los hombres como la pintura de sus defectos. Constituye un gran ataque a los vicios exponerlos a la burla de todo el mundo. Se soporta bien las críticas, pero no se soporta la mofa. Las personas pueden aceptar que son perversas, pero nadie acepta quedar en ridículo” (10).
También podemos recordar al gran dramaturgo alemán Bertolt Brecht (1898-1956) que en su obra: ‘La evitable ascensión de Arturo Ui’ (1941) satiriza implacablemente a Adolf Hítler (1889-1945) comparándolo con un vulgar gangster que se atornilla en el poder utilizando los métodos más inescrupulosos. Posteriormente en el año 1948 Brecht comentó esa obra y dijo: “Los grandes criminales políticos deben ser entregados especialmente a la burla, pues en realidad no son grandes criminales políticos, sino ejecutores de grandes crímenes políticos, que es algo muy distinto” (11).
En nuestro país tuvimos al genial dibujante humorista Pedro León Zapata (1929-2015) que con su fina agudeza incidía siempre en las peores máculas del gobierno.
Por otra parte, es bien conocido que los motivos por los cuales una persona se ría, dicen mucho sobre su nivel intelectual y moral. Por eso, aunque la risa sea muy saludable, a veces hay que tener prudencia antes de reírse de algo. Por ejemplo, el filósofo chino Lao-Tsé (siglo VI A. de C.) describía el ‘Tao’ como lo sin forma, sin nombre, el motivo de todo movimiento y toda substancia, el camino, la verdad, etc. Entonces Lao-Tsé, en el capítulo 41 de su conocida obra ‘Tao Te Ching’ dice: “Cuando el hombre sabio oye hablar del Tao, trata asiduamente de vivir de acuerdo a él. Cuando el hombre medianamente inteligente oye hablar del Tao, vacila. Cuando el hombre más vulgar oye hablar del Tao, entonces prorrumpe en estruendosas carcajadas. Si no se riera, entonces el Tao no sería lo que es” (12).
Después de leer esta cita debemos pensarlo muy bien antes de reírnos sobre algo…¡Porque podemos correr el riesgo de quedar como unos cretinos!!!.
NOTAS: (1) Bill Moyers (1993) ‘Healing and the Mind’. Bantam Doubleday, USA. (2) Pags 75-76 en Arlene Matthews Uhl (2008) ‘The Psychology of Happiness’. Alpha Books. New York. (3) Pag. 149 en Katsuki Sekida (1975) ‘Zen Training. Methods and Philosophy’. Weatherhill. New York. (4) Libro IV, Cap. 8, 1128a). (5) Libro IV, Cap. 8, 1128b). (6) Sección 2a2ae, Pregunta 168, Artículo 2, 217). (7) Ibid. (8) Sección 2a2ae, Pregunta 168, Artículo 4, 225-227). (9) Dicho por Woody Allen en su libro: ‘Sin Plumas’ (1975), que es una colección de ensayos. En ese libro hay dos obras de teatro de un acto único y una de ellas se titula ‘Muerte’ en la cual Woody Allen dice lo citado. (10) Cita tomada de Pag. 101 en ‘Moliere. The Misanthrope and Other Plays’. Penguin Books. (1959) Great Britain. (11) Pag. 40 en ‘Teatro de Bertolt Brecht’ (1974). Editorial Arte y Literatura. La Habana. Cuba. (12) Cita tomada de Pag. 211 de la obra ‘The Wisdom of Laotse’. Edited By Lin Yutang (1948). The Modern Library. New York.
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