La ciudadana Noraima Coromoto Pacheco Rivas, titular de la cédula de identidad No. 13.897.198, en comunicación escrita denuncia públicamente a José Gregorio Díaz, alcalde reelecto del municipio Bolívar, por haberla despedido de su cargo como aseadora, que desempeñaba en el Ambulatorio de Sabana Grande.
La denuncia reza lo siguiente, el día miércoles trece de diciembre de dos mil diecisiete, en horas de la mañana se presenta en el ambulatorio de Sabana Grande, municipio Bolívar el ciudadano Yusney López, jefe de personal de la Alcaldía del municipio Bolívar y pide hablar con la funcionaria Noraima Coromoto Pacheco Rivas, titular de la cédula de identidad No. 13.897.198, quien tiene el cargo de aseadora en ese ambulatorio y tiene una niña menor de edad. El caso es que el señor le notifica que a partir de ese momento queda despedida de su cargo, según él, por órdenes del ciudadano alcalde José Gregorio Díaz Rosario. Noraima le solicita al jefe de personal que esa notificación debe entregársela por escrito y él le contesta que vaya y converse con el ciudadano alcalde, que él no puede entregarle la orden por escrito. Es de acotar que la acusa de haberse parcializado con el otro candidato a la alcaldía Arq. Pedro Elías Montilla, cuando ella durante la campaña electoral estuvo con su niña muy quebrantada de salud y su dedicación fue exclusiva para ella, ya que estuvo muy delicada.
Es de resaltar que en entrevista realizada por la emisora Vanguardia 98.7, el alcalde José Gregorio Díaz informaba a toda la ciudadanía que él venía a rectificar la cantidad de errores que había cometido en su anterior gestión, que no tomaría retaliaciones con nadie y que su intención era solo trabajar a favor de un pueblo que entendía necesitaba atención, ya que se encontraba con muchas necesidades. Por lo tanto llama poderosamente la atención que las palabras no las demuestra con hechos, sino que se nota odio, resentimiento y pase de factura.
Para concluir se le hace un llamado a la reflexión para que hechos como este tan lamentable en su toma de decisiones, de por sí siempre equivocadas y que conllevan a daños laborales, familiares y más grave aún, de desconsideración y fuera de toda normativa legal; sin importar que ello lo lleve a causarle un daño patrimonial al municipio, ya que se acudirá a las instancias legales pertinentes.