Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)
Vivimos en el mundo en una época con muchos estímulos estresógenos (generadores de estrés) y depresógenos (generadores de depresión), y entonces una de las cuestiones más importantes es la atinente a neutralizar o al menos disminuir el estrés.
En tal sentido, una obra extraordinariamente importante es ‘¿Por qué las cebras no desarrollan úlceras?’ (2004) (1) del neurólogo estadounidense Robert M. Sapolsky (nac. 1957), que ha sido Profesor de Biología y Neurología en la Universidad de Stanford, y en general ha sido sumamente elogiado y reconocido en todo el planeta como divulgador de temas científicos. Esa obra ya se considera algo así como una lectura obligatoria, un clásico sobre el estrés.
La explicación del título de la obra es que las cebras no sufren de estrés porque no tienen pensamientos angustiantes.
En efecto, Sapolsky en su obra enfatiza que los animales se estresan cuando detectan una amenaza real en sus vidas, pero los humanos pueden estresarse simplemente por tener pensamientos angustiantes (Pags. 6-11).
Ahora es muy bien conocido que el estrés puede perjudicar de muchas maneras el funcionamiento de muy diversos órganos y sobre todo el sistema inmunológico. Pero para comprender cómo afecta el estrés es menester conocer un poco, aunque sea superficialmente, el sistema nervioso.
El ‘Sistema Nervioso Central’ abarca el cerebro y la médula espinal que corre dentro de las vértebras de toda la columna vertebral.
El ‘Sistema Nervioso Periférico’ abarca las neuronas sensoriales aferentes (que envían estímulos al sistema nervioso central) y las neuronas eferentes que reciben los estímulos del sistema nervioso central y abarcan el ‘Sistema Nervioso Somático’ , que es ‘voluntario’, es decir, podemos ejercerlo voluntariamente, y el ‘Sistema Nervioso Autónomo’, que es ‘involuntario’, es decir no depende directamente de nuestra voluntad.
A su vez, el sistema nervioso autónomo abarca el ‘Sistema Nervioso Simpático’ (así llamado porque se decía que “simpatiza con las vísceras”) y el ‘Sistema Nervioso Parasimpático’ (así llamado porque corre en el cuerpo a lo largo cerca del sistema simpático).
Cuando una persona está angustiada por un ‘peligro real o imaginario’, el hipotálamo incide en la glándula pituitaria liberando la hormona ACT-RH (Liberadora de la hormona Adreno corticotrópica), que incide en la glándula pituitaria que libera la hormona (ACTH) (liberadora de la hormona Adreno-corticocotrópica) (las siglas en inglés).
Repito que cuando una persona está angustiada por un peligro real o que solamente existe en su imaginación…Entonces esa hormona Adreno Corticotrópica (ACTH) incide en las cortezas de las glándulas adrenales (suprarrenales). Recordemos que las glándulas suprarrenales están encima de los riñones.
Las glándulas suprarrenales producen hormonas glucocorticoides que tienen estructuras similares, y el ‘cortisol’ representa el 95 % de tales glucocorticoides…Dicho en otras palabras…El CORTISOL es la hormona del estrés !!!
La médula de la glándula adrenal del estrés libera ‘Adrenalina’ (también llamada ‘Epinefrina’) y ‘Noradrenalina’ (también llamada ‘Norepinefrina’).
Ambas están relacionadas con la cadena del nervioso simpático. La cadena de los ganglios de los nervios simpáticos está ubicada cerca de la médula espinal y la cadena de los ganglios de los nervios parasimpáticos está ubicada algo más lejos de la médula espinal de la columna vertebral y más cerca de los órganos que afectan.
La acción del Sistema Nervioso Simpático es antagónica con la acción del Sistema Parasimpático…El Sistema Simpático dilata las pupilas y el Parasimpático las disminuye, el Simpático acelera los latidos del corazón y el Parasimpático los desacelera…El Simpático estimula la secreción de adrenalina que prepara al organismo para un peligro.
Después de ver todo esto vamos a considerar los efectos de la ‘Respiración inflando el abdomen’.
El nervio ‘Vago’ (del latín ‘errante’) es el nervio craneal más largo y ramificado, y, entre otras ramificaciones, tiene fibras en dicho ‘Sistema Nervioso Autónomo Parasimpátíco’ que inervan diversas vísceras (Pag. 21).
El Sistema Simpático estimula el orgasmo sexual y el Sistema Parasimpático propicia la excitación sexual (Pag. 21).
Cuando se hace una respiración abdominal inflando el abdomen se estimula ese nervio ‘Vago’ y eso disminuye la frecuencia de los latidos del corazón cuando son elevados (Pag. 21).
Por ejemplo, Sapolsky señala en su obra que cuando un hombre está estresado entonces es posible que no tenga erección para poder tener una relación sexual. Pero cuando se estimula el Nervio Vago del Sistema Parasimpático entonces se serena y puede tener bien erección (Pags. 124-125).
Es interesante reseñar en el presente artículo que Sapolsky dice que cuando un hombre está a punto de eyacular, entonces si hace una respiración profunda puede postergar la eyaculación (Pag. 124).
Es muy bien conocido que en el Yoga y en todas los disciplinas de las artes marciales (Kárate, Kung Fu, etc. ),se practica la respiración inhalando aire e inflando lentamente el abdomen y luego exhalando lentamente el aire…Eso calma la mente y ayuda a disminuir el estrés y obtener serenidad.
Mi experiencia personal es que la respiración abdominal inflando el abdomen y estimulando el nervio Vago, ciertamente coadyuva a disminuir el estrés, conciliar el sueño, serenar la mente y retomar el sueño, aunque no he podido comprobar que es tan efectivo como dicen muchos autores
En la cultura popular es bien conocida la expresión “Cuando tenemos un problema hay que respirar profundo” y eso, como vemos en el presente artículo, quizás tiene un fundamento científico biológico (2).
NOTAS: (1) Robert M. Sapolsky (2004) ‘Why Zebras Don’t Get Ulcers’ (Third Edition). Henry Holt and Company. Todas las referencias de páginas en el presente artículo las he tomado de esta obra. (2) Para la información sobre el sistema nervioso central y periférico, he utilizado muchas obras y si alguna lectora o lector está interesado me las puede solicitar por correo electrónico.