Héctor Rafael Briceño (CNP 14.130).- Con gran respeto se recuerdan los primeros días de noviembre dos fechas muy importantes por tratarse del día de Todos Los Santos que por siglos se celebra el 1-N con veneración en los países que profesamos la religión católica.
La otra fecha muy importante es porque también los católicos creemos que el 2-N es el Día de Las Ánimas (Almas de los Difuntos vuelve al mundo de los vivos) y así lo concebimos ancestralmente. Prueba de lo anterior, es que el papa Francisco prorrogó el decreto de las indulgencias (Oración) a los difuntos durante el mes de noviembre del 2021.
Lamentablemente respecto a la segunda fecha, los pueblos van perdiendo la sensibilidad más sentida como es tener siempre presentes a nuestros antepasados y me refiero concretamente a los familiares, por quienes sentimos y les deseamos todo lo mejor aún después de muertos.
Todo esto es un deber que empieza no abandonando los enfermos en el hospital y los muertos en el cementerio; pero a veces, hay quienes los abandonan desde que caen en una cama y no se diga, cuando dejan la vida terrenal para irse al Purgatorio y justamente allí, porque también sus familiares nos los ayudaron a bien morir y eso según las creencias católicas, mantiene sus almas en pena.
Obligación legal y moral
También constantemente y a través de los medios de comunicación, se les recuerda a las autoridades municipales la obligación en que están de cumplir sus responsabilidades y entre ellos limpiar los camposantos, lo cual no hacen incumpliendo lo establecido en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal.
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Esto que está sucediendo en Boconó con el camposanto, es un grave descuido de las actuales autoridades, aunque lo que hoy escribimos, ni le resta, ni les suma, porque ya están en salida, pero si sirve de experiencia para quienes próximamente asumirán una nueva gestión, por aquello que “Cuando veas las bardas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”.
Hoy también cuando lean esta nota, algunas personas tristemente se arrepentirán de haber incumplido su obligación moral como inconstantes familiares (por decir lo menos), pero al estar vivos, Dios les da la oportunidad de enmendar y que nuestras ánimas descansen en paz, porque al menos les verán realizando una buena acción que es limpiar los alrededores de su tumba. Es una manera de tranquilizar su conciencia y expiar los pecados, que por ese concepto tenga una persona.
Asimismo es propicio este momento, para que en el mejor de los casos, nuestros familiares fallecidos y en su gran mayoría, desde el cielo, continúen sintiéndose muy orgullosos, porque seguimos siendo los mismos y abnegados parientes, que cuando estuvieron en vida, siempre fuimos con ellos.
Nuestro reconocimiento
Justamente en vista de lo que está sucediendo en el cementerio municipal unos empresarios criollitos de Boconó, considerando el descuido que por años se ha mantenido el osario (Coloquialmente el carnero), se propusieron arreglar las instalaciones. Por eso es nuestro reconocimiento, porque con una gran inversión de servicio, pero sin pedir nada a cambio, ni siquiera que los mencionemos en esta nota, en 8 días rescataron estas instalaciones cubriendo costos del material con la mano de obra y esa voluntad, no tiene precio. Que esta acción sirva de ejemplo y la tomen, los que la crean conveniente.
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