Respeto y consideración para  José “Cheo” Rojas | Por: Francisco Graterol Vargas

José "Cheo" Rojas, recibiendo recientemente un reconocimiento por parte del CNP seccional Trujillo

 

En Valera todos nos conocemos. ¿Quién no conoce a José “Cheo» Rojas? Periodista muy apreciado en el gremio y en nuestras comunidades.  Residenciado en los bloques de Bella Vista, donde ha estado acompañado de su señora madre en toda  su existencia. Cuidándola con esmero. Con amor de buen hijo.

Es el mismo Cheo Rojas, con quien hemos trabajado en estos últimos años en la redacción de Diario de Los Andes, ahora en la era digital pero con la guía orientadora de Eladio Muchacho, un hombre honesto  a carta cabal quien nos da buenos ejemplos  a toda hora.

Antes de la pandemia, desde que dejamos de salir en papel periódico, Cheo era el primero en aparecerse por la Zona Industrial.  Se iba a pie desde Bella Vista hasta la sede de DLA.  Mataba dos pájaros de una pedrada. Se mantenía en condiciones físicas y ahorraba los pasajes. Iba y venía a pie y a pata como la garrapata.

De Cheo puedo decirles que por él puedo meter las manos en la candela. Sin riquezas monetarias, pero sí una gran fuerza espiritual que le ha dado el Todopoderoso.

Conversaba todos los días con Cheo y Betty Araujo, los más cercanos a mi cargo en la redacción de DLA.  A Betty la agarró la pandemia en Colombia.  Cheo sigue guapeando como todos los venezolanos. Lo conozco muy bien.  Sé quien es Cheo Rojas y por eso rechazo desde esta trinchera cualquier sombra sobre su honestidad y  tengo más de tres días tratando con él.  En el recuerdo quedan aquellos años como dirigente de la izquierda en los años 60 desde la fiebre de aquel MAS de Teodoro y compañía.

Sus sueños y esfuerzos para estudiar Comunicación Social.  A Cheo no lo ha envanecido  un título universitario.  Es el mismo Cheo. El que ha estado al lado de quienes piden un mejor servicio de agua, luz, atención médica, aseo urbano, transporte urbano, gas, y pare de contar, resteado con el pueblo porque Cheo es pueblo. Pregunten por él a los gremios, a las comunidades, a la gente que iba a la redacción quienes encontraban en el periodista una mano solidaria.

De “Cheo” Rojas pudiera hacer un libro. Es extensa su brillante trayectoria bajo el manto de San Francisco de Asís. Humildad.  Sencillez. Sacrificio. Laborioso.

Lo que está a la vista no requiere de anteojos.

Por eso hoy más que nunca estoy con Cheo Rojas.

Mis respetos y consideración para el colega y amigo.

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