Rescatista y migrante merideño Jesús Cadieres se sumó a ayudar en la tragedia de Valencia, España

 

ESPECIAL: Yanara Vivas SNTP 6961 /CNP 16770


Jesús Cadieres, es un joven merideño, oriundo del sector Carabobo, en la cuenca del Chama, quien ha dedicado su vida a “prolongar y salvar la vida de las personas en peligro”, pues más allá de su vocación, considera que ayudar y servir es su misión de vida.

Cadieres tuvo como escuelas al Grupo de Rescate Enrique Bourgoin de Mérida y a la escuela de Manejo de Emergencias y Acción Contra Desastres de la Universidad Politécnica Territorial del estado Mérida, Kléber Ramírez, ubicada en el sector Santa Juana de la misma ciudad.

Como muchos jóvenes, emigró a España en enero de este mismo año, llevando con orgullo en su mochila su uniforme amarillo y naranja, como uno de los más preciados tesoros que le mantienen conectado a sus raíces andinas, recordando lo aprendido en sus escuelas y en las propias tragedias naturales ocurridas en tierras merideñas, para residenciarse en la ciudad de Valencia, misma donde la DANA, ha dejado al descubierto la vulnerabilidad del ser humano y sus propios errores, frente a la fuerza de la naturaleza.

Al momento de conocer lo que estaba sucediendo el pasado 29 de octubre, este héroe merideño, no dudó en vestir su uniforme de rescatista con bandera venezolana, y acudir al sitio del desastre para “ayudar en labores de búsqueda y salvamento de las personas afectadas, el triaje o evaluación de la zona del desastre, evaluación de daños y análisis de necesidades, aplicación de los primeros auxilios psicológicos y en general la ayuda humanitaria, como forma de solidaridad y asistencia para salvar vidas, aliviar el sufrimiento y mantener la dignidad humana en situaciones de emergencias y desastres debido a catástrofes naturales” según ha narrado en sus redes sociales.

La vocación y el compromiso ético, han permitido a Cadieres ponerse del lado de los necesitados, trabajando junto los equipos de rescate españoles, demostrando su excelente formación y condiciones físicas, mismas que le han permitido a escalar sus amadas montañas andinas.

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo puede suceder un desastre, por ello el rescatista hizo “un llamado a los estudiantes y aspirantes de la escuela de Manejo de Emergencias y Acción Contra Desastres, MEACD, a continuar, a no desfallecer, a seguir con ímpetu y entusiasmo en el camino de la gestión de riesgos” y llevar con orgullo esta hermosa profesión.

Fotos Cortesía

 

 

 

 

 

 

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