La hora cero para la entrada de la ayuda humanitaria se fijó para el 23 de febrero, los puntos de acceso previstos y anunciados por el presidente interino Juan Guiadó fueron varios pero Colombia al ser la frontera más caliente y grande que tiene Venezuela, se convirtió en el ojo del huracán de este día histórico.
Cúcuta
Luego del concierto “Venezuela Aid Live”, parte de los miles de asistentes a este evento acamparon en el Puente la Unidad (Tienditas), otros decidieron ir al Puente Simón Bolívar, mientras algunos apostaron por el Puente Santander, la meta era una sola: hacer pasar la ayuda humanitaria.
La presencia de la delegación de Guiadó, presidentes, veedores de los Estados Unidos y Europa hicieron de Cucúta el escenario donde desfilaron comunicadores sociales de todo el mundo, con el fin de ser testigos de los acontecimientos de este día que fueron varios, tantos que la noticia aún está en desarrollo y en espera del mejor desenlace posible, la libertad para los venezolanos.
Venezolanos resteados
Martha Lucía Varón, encaró en el Puente Simón Bolívar a los efectivos de la Guardia Nacional que estaban del lado de Venezuela, realizando un bloque humano que imposibilitaba el acceso de quienes pretendían pasar la ayuda humanitaria. Esta aguerrida mujer, habló en nombre de todas las madres, esposas, hijas, hermanas de Venezuela que dentro o fuera del país, cada día guerrean para sacar adelante a sus familias, pese a los obstáculos que dentro o fuera de la nación suelen encontrar.
“Venezuela es mi país, quiero de vuelta mi país lleno de oportunidades, de seguridad, de sonrisas, de salud. Me duele estar en Colombia y aquí recoger en la calle a familias de venezolanos que huyen del hambre y la muerte de la mano de enfermedades que no pueden ser tratadas por falta de medicamentos. No rogué sólo por mí, lo hice por los que aún callan por miedo, incluso por los mismos guardias, porque todos somos víctimas del mismo tirano. Tenía 20 años deseando alzar mi voz. Basta de silencios, que cesen las mordazas”.
Procedente de Chile, Zaida Sánchez llegó a Cúcuta para ir al mega concierto “Venezuela Aid Live” y ser parte de los voluntarios que pese al miedo del qué les esperaba en el lado de Venezuela decidió aventurarse.
“En mi familia hay diabéticos e hipertensos, tratar de mantenerlos con vida cuando no hay medicamentos es un esfuerzo titánico y que sobrepasa la economía de cualquier familia. Yo quiero que mi mamá, mis amigos, vecinos, mi gente venezolana deje de morir de mengua”.
Médicos al servicio de la eventualidad
Gonzalo Ruíz, coordinador del grupo de médicos voluntarios por parte del equipo de Juan Guiadó, informó que en los diferentes puntos de entrega de la ayuda humanitaria se desplegaron grupos de profesionales de la salud – también enfermeras y paramédicos venezolanos- para colaborar de forma inmediata en varios puntos de socorro ante las contingencias producto de la reacción encontrada en Venezuela por parte de los partidarios de Nicolás Maduro.
Así mismo, en los diferentes puntos de entrega – Puente La Unidad ( Tienditas) , Simón Bolívar y Santander – se observó la presencia y actuación de funcionarios de la Defensa Civil Colombiana, Bomberos y Ponalsar (Unidad de Operaciones Especiales en Emergencias y Desastres de la Policía Nacional de Colombia).
Del lado venezolano, por las redes sociales se conoció de por lo menos un muerto y 20 lesionados en enfrentamientos desarrollados en San Antonio y Ureña. En territorio colombiano voluntarios esperaban a los heridos para atenderlos.
Volvieron caras
Al menos 24 agentes de varios cuerpos de seguridad de Venezuela, el día de hoy desertaron de sus respectivos grupos armados para pedir refugio en Colombia al tiempo que se pusieron a la orden de la causa humanitaria.
Dentro del grupo de desertores hay dos mujeres, según Migración Colombia dónde han atendido a los evadidos. Cúcuta amaneció con la noticia de la llegada de una tanqueta anti motín venezolana con lo que fue el primer fugado, luego en el transcurso del día se fueron sumando más hasta superar los 20.
Se conoció que por lo menos dos guardias nacionales, temiendo represalias huyeron con sus familias hacia Colombia. Entre los desertores arribó un agente de la Faes y un oficial de la Armada.