Gabriel Montenegro.-
Hablar del reporterismo gráfico es hablar directamente del periodismo en la mayoría de sus facetas, ya que la imagen noticiosa e informativa ha estado presente a través de los tiempos y su historia desde la llegada de la fotografía en Venezuela.
Entre los pioneros de la imagen comunicacional de la era moderna, una vez aparecidos los medios impresos, recordamos a Svojmir Socho, connotado fotógrafo profesional llegado a Trujillo en la década de los años 60, desde tierras balcánicas ( Antigua Yugoslavia). A Socho se sumaron posteriormente los pioneros del reporterismo de calle Rodolfo Zambrano, Juan de Dios Chacón Laguado, Amílcar Ruiz, Régulo Jiménez, quienes cámara en mano destacaban los acontecimientos ocurridos en nuestras principales ciudades; especialmente sucesos policiales, eventos deportivos, religiosos, educativos y culturales, además de la infaltable política.
Valera ha sido fuente inagotable en cuanto a la presencia de excelentes profesionales del fotoperiodismo y muchos son los nombres que podemos referir, sin embargo es justo y necesario destacar a aquellos reporteros que marcaron pauta y que ya no están entre nosotros.
Imagen más que mil palabras
Rodolfo Zambrano fue un importante profesional de la comunicación social regional, miembro fundador de la extinta Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), se convirtió en uno de los pioneros de la imagen comunitaria y social.
Laboró en medios como Diario El Tiempo y corresponsal del periódico Panorama de Maracaibo. Zambrano puede ser catalogado como el precursor de la noticia de calle desde el punto de vista de la imagen, firmando parte también del staff de corresponsales de Radio Caracas Televisión en nuestra región.
Sus hijos Giovanni, William, Alfredo, Orlando y Rodolfito, siguieron sus pasos como buenos profesionales, aunque bajo la sombra de su bien ganada fama.. Falleció cuando todavía tenía mucho que dar de sus capacidades.
Juan de Dios Chacón Laguado, cuyo nombre fue elegido para el premio de reporterismo gráfico que otorga la Gobernación del estado en la celebración del Día del Periodista, fue otro insigne fotógrafo de prensa y de imagen corporativa que dejó honda huella por sus dotes de caballero y voluntarioso profesional.
Hombre de gremio y defensor de las más nobles causas, siempre estuvo presto a colaborar con su trabajo creador. Su hijo «Chaconcito» junior fue elegido como Secretario General del CRGV y es actual directivo del gremio en la región.
Regulo Jiménez fue sin dudas uno de los más destacados reporteros y periodistas deportivos de Trujillo. Llegado de tierras larenses junto a su familia, era común verlo con su camarita resaltando acontecimientos en las distintas competencias de natación, atletismo y béisbol. Junto a su amada «Marina» y sus bellas hijas, fue el sempiterno animador en las celebraciones del gremio periodístico trujillano.
Para honrar su imperecedera memoria, el gobierno regional colocó su nombre al gimnasio de lucha de la ciudadela deportiva de San Luis. Todavía de recuerda con mucho cariño a este extraordinario reportero gráfico, periodista y locutor, el moderador del también recordado programa dominical «Viva la música».
Jorge Milanés, es otro de nuestros buenos reporteros gráficos, miembro fundador del CRGV regional junto a Nelson Arturo Maya, Fernando Rivas, Antonio «típico» García, Luis Vallejo, Guillermo Ceballos, Noel Araujo, Oswaldo e Isaac Pirela, Juan Chacón, Rodolfo Zambrano, Raúl Suárez y quién esto escribe, Gabriel Montenegro, destacó como reportero de la Guarnición Militar de Trujillo y el Ejecutivo regional por muchos años. Hombre elegante y muy dado al buen vestir, falleció también muy joven de una enfermedad que le sorprendió cuando tenía en mente muchos planes de progreso.
Luis Alberto Vallejo, el oriundo de La Cejita, tierra que adoptó como suya desde su llegada en los años 60 de la hermana República de Colombia, destacó por sus dotes de hombre responsable. Caballero a carta cabal y muy organizado, abarcó así mismo la fotografía comercial.
Vallejo laboro también como reportero de la gobernación de Trujillo, formando equipo con Jorge Milanés, Juan Chacón Laguado, Juan Castellanos y otros destacados profesionales de la comunicación oficialista.
Narciso Rondón, el popular «indiecito», comenzó como corrector de pruebas de Diario El Tiempo a finales de los años 70. Posteriormente abarcó en reporterismo grafico, convirtiéndose en fiel animador de las actividades educativas y culturales, además de los sucesos policiales.
Se ganó merecidamente la fama de hombre polémico y su nombre fue conocido por muchos en nuestras barriadas regionales. Abordó también la parte comercial y no se perdía eventos como graduaciones, festividades de carnaval y actividad cultural, esencialmente danza y teatro. Narciso fue un hombre muy popular, fiel representante de su arraigo campesino y su apego a la familia y amigos a quienes consideraba sagrados.
Falleció en un absurdo accidente, al chocar su motocicleta inseparable en un momento de celebración personal.
German González Medicci, ha sido sin dudas el más universal de los reporteros gráficos trujillanos, quebradeño de «pura cepa», junto a Amilcar Ruiz, también fallecido, fue uno de en los primeros en salir de nuestra entidad en busca de nuevos derroteros.
Ya radicado en la Caracas de los 60 se transforma en un gran reportero y periodista (AVP). Ganador del premio nacional de periodismo en la gran capital, continuó dejando en alto el nombre de su terruño con su lente mágica y oportuna para captar muchos de los grandes momentos periodísticos, hasta que tres décadas después decide retornar a sus raíces pueblerinas.
Se dedica a la cría porcina en su natal Durí con marcado éxito como empresario de este rubro cárnico, hasta un aciago día, donde la intolerancia a su dicharachera y a la vez inocente personalidad, propicio el fin de su noble existencia. Todavía se resuenan por los pasillos de Diario de Los Andes, sus contagiosas carcajadas cargadas de humor del bueno y olor que emanaba de su inseparable pipa de tabaco.
Gregorio «Goyito» González, fue sin dudas el reportero infranqueable de Diario de Los Andes.
Comenzó muy jovencito su trabajo reporteril, emulando a sus medio-hermanos Oswaldo e Isaac Pirela, además de ser digno heredero de su padre, El también llamado don José Gregorio González, propietario de la tienda «Foto Venezuela» y trabajador de la Sociedad San José de Valera.
Goyito estuvo en todas las fuentes noticiosas de nuestro medio informativo y su constancia y dedicación lo llevaron a ser el reportero que más tiempo ha permanecido activo en el staff de este medio de comunicación.
Muchas son las anécdotas de nuestro fraterno «goyito», las parodias sobre su tono de voz y
sus excentricidades inolvidables.
Su fallecimiento sin dudas dejo un gran vacío en la familia DLA donde también se ganó el aprecio de quienes le conocimos.
El «Gato» Arnoldo Medina, aunque no comenzó su carrera en estas tierras, llegó a ocupar un sitial en el ámbito reporteril de la Valera pujante. Su paso por los escenarios públicos y comunitarios no pasó desapercibido, porque sencillamente el «gatico» se ganó el cariño de todos.
Su muerte, ocurrida en un absurdo accidente en plena navidad, nos separó de un ser humano noble y buen profesional. El mundo del deporte regional no olvidará su presencia en los distintos escenarios donde le correspondió cumplir el delicado rol comunicacional.
Vicente Sánchez llegó de imprevisto al periodismo, ya un tanto «jojoto», pero con ansias de incursionar en el mundo de la comunicación. Fue recibido con cariño en Diario El Tiempo, especialmente para la cobertura de eventos sociales, culturales y políticos en horas nocturnas.
Su fama tampoco se hizo esperar y en corto periodo de tiempo ya era requerido por las instituciones públicas y privadas.
Con mucho sacrificio y desprendimiento económico logró coronar su carrera en comunicación social y trabajó con denuedo en sus dos facetas de reportero y redactor. Vicente fue una especie de viejo caballero de armadura y un ser sublime que regaló bondad, ternura y solidaridad. Triste y melancólica fue su despedida tras breve e irreversible enfermedad.
Otro profesional de la lente informativa que recordamos es Iván Rangel, quién era tío político de la periodista Vanesa Andara. Rangel estuvo por corto tiempo, pero dejó como legados su profesionalismo y honestidad. Resalta como reportero de sucesos y sociales. En su anterior labor, estuvo como funcionario de la GNB. Era oriundo del Táchira y residía en Plata II. Falleció igualmente de manera natural muy joven.
Javier Abreu, el llamado «poeta», el conversador, el hombre de la cultura y avezado conversador, es otra de las figuras resaltantes del reporterismo del Trujillo intelectual. Mucha fue su fama como cultor y amante de la sana bohemia; esa donde un buen compartir mis otorga la musa de inspiración. Dicharachero y bonachón, Javier nos dejó de manera intempestiva, cortando parte de esos momentos de diálogo fraterno y provechoso. El mundo cultural todavía llora su partida.
Pedro Juárez, polifacético y temperamental, fue un acucioso investigador y hombre dado a eso de los récords y numeritos. Su trabajo en el softbol y el atletismo es sin dudas muy estimado, siendo también excelente atleta en las carreras de largo aliento, caminata, bolas criollas y excelso columnista deportivo. Falleció en fecha reciente, luego de un retiro obligado por dolencias renales y diabetes. Pedro fue uno de los reporteros más organizados que se recuerden y su trabajo de estadísticas muy loable.
Onésimo Caracas… «Necho», «Caraquita» o el llamado «general» por el no menos recordado JJ Peña Peña (+), ha sido quizás uno de los más emblemáticos reporteros gráficos trujillanos.
Llegó al periodismo de la mano de Francisco Graterol Vargas y este servidor y de la noche a la mañana ya era referencia en el periodismo venezolano.
Ganador de infinidad de premios, fundador del equipo «Reporteros» en el softbol local, uno de los más antiguos con más de 30 años de actividad, el popular «caraquita» ha sido toda una leyenda. Hombre aparentemente duro y uraño, pero de gran corazón, ha sido un férreo defensor de la legalidad y combate a la piratería periodística.
Onésimo Caracas y su hermano Emiro (+), además de sus sobrinos Filadelfo y «Fucho», son sinónimo de la presencia familiar en el mundo del periodismo regional y particularmente de nuestra empresa. Caracas se acostó una noche a dormir tranquilamente y sencillamente no volvió al despertar, dejando no solo dolor y sorpresa en quienes le conocimos de cerca, sino mucha tristeza en sus hijos y nietos. Su memoria será recordada por siempre al igual que la de todos los profesionales que en esta oportunidad quisimos honrar con un motivo de los 79 años de este importante gremio.
Ojalá y ese arraigo se mantenga vigente y sus actuaciones individuales sirvan como ejemplo de constancia, entrega, sacrificio, honestidad y respeto para las actuales y futuras generaciones de comunicadores sociales.
«No importa morir, con tal de que el olvido no cubra nuestra tumba»…Dios bendiga sus almas buenas.