Gilcely Linares CNP 15.221
Fotos: Cortesía / Prensa NURR / Carlos Cegarra
Heroicas son las luchas de los estudiantes universitarios en Venezuela. Durante décadas han izado banderas en pro de la libertad y la democracia, sin menospreciar las relacionadas con mejoras educativas y justos requerimientos en diversas aristas.
Sin embargo, en los últimos años, con énfasis las dos décadas recientes, frente a la situación país, incluso la pandemia por Covid-19, los cursantes de pregrado especialmente reinventan su accionar, las luchas en defensa y permanencia de la academia.
Al comparar épocas anteriores con el vigente del activismo, muchos podrían opinar que resulta aminorado o por lo menos eso pareciera, considerando al contexto descrito, pero para quienes están aguas adentro de las Universidades saben que el espíritu de lucha y férreo compromiso en coadyuvar a construir nación son inquebrantables.
Qué existen adversidades, obstáculos, circunstancias sobrevenidas, sí. No obstante, la juventud, los estudiantes, como uno de los bastiones fundamentales de las casas de estudios superiores, siguen de pie, dando el todo por el todo, ingeniándoselas para avanzar en el camino e integrar las nuevas generaciones de profesionales.
Lo anterior es un preámbulo a las apreciaciones de los alumnos del Núcleo Rafael Rangel (NURR), la Universidad de Los Andes (ULA) en Trujillo, por cierto la única casa que vence las sombras autónoma de la entidad, al ser entrevistados por Diario de Los Andes cuando se conmemora este martes, 21 de noviembre, el Día del Estudiante Universitario.
Activos y presentes
Rodolfo Paredes, presidente del Centro de Estudiantes del NURR (Cenurr), con contundencia alude que pese a los problemas “el accionar estudiantil sigue muy activo. Ahora, el contexto venezolano hace que la dirigencia deba reinventarse en cuanto a la forma de hacer política universitaria”.
Para el dirigente estudiantil “tenemos restricciones externas e internas que dificultan mucho la normalidad de nuestras funciones, pero igual nunca nos quedamos sin hacer nada, algo nos inventamos, desde foros académicos a reuniones con gremios y autoridades”.
Iniciativa de readaptarse es el proyecto Todos por la Educación, capítulo Trujillo, auspiciado por el Cenurr y la Asociación Civil Gritemos con Brío, en aras de potenciar las capacidades del movimiento estudiantil. A la vez Paredes insiste que “es fundamental una renovación constante de la representación estudiantil, de otra forma se perderán esos nuevos liderazgos”.
Rendirse jamás
Andrés Canelones, consejero estudiantil ante el Servicio Comunitario y uno de los más alto promedios, señala que en el marco del Día del Estudiante Universitario “la invitación es a no rendirse y a no desfallecer, recordar siempre nuestras firmes convicciones que tenemos para alcanzar las metas trazadas. Sí vale la pena estudiar, vale la pena prepararnos, vale la pena hacerlo por Venezuela”.
El tesista agrega que “uno de los mayores aportes de la Consejería Estudiantil hacia nuestra Universidad fue haberla sostenido y atendido en el tiempo de pandemia y confinamiento. La consejería jugó un papel clave en el progreso académico en esos momentos, también lo promueve en el apoyar la democracia porque sabemos que vienen tiempos de cambio, de allí que el compromiso y respaldo se conservan por el desarrollo y progreso de la ULA”.
Vida universitaria
Mirabel Araujo, alumna de Educación y miembro del Cenurr, expresa que “el accionar de los estudiantes continúa presente en el vivir del venezolano. Sabemos que tenemos limitaciones, pero aún así no nos dejamos desmayar y seguimos queriendo hacer vida universitaria para que la comunidad estudiantil sienta ese aliento de nuestra parte”.
Alega que “con las actividades que realizamos queremos mantener la representación estudiantil, por eso es importante reinventar la forma de hacer política estudiantil para mantener este liderazgo y que las generaciones de relevo sean y actúen siempre en pro de la educación y el amor a la Universidad”.
Conjugar responsabilidades
Jesús González, cursante de Educación, mención Física, Deporte y Recreación e integrante del Movimiento 20, refleja constancia y perseverancia, pues reside bastante alejado de la Villa Universitaria, La Concepción-Pampanito, específicamente en el poblado rural Alto de San Juan, ubicado en La Puerta, Valera, tardando unas dos horas en cada viaje. Cuando tiene clases presenciales destina cuantiosos recursos económicos, para traslados y alimentación, catalogándolo como una inversión en su formación académica.
“Estudiar hoy día es cuesta arriba, es un compromiso muy grande que no puedo dejar atrás. Tengo que trabajar, soy agricultor y los fines de semana vendo hortalizas en un mercado, para generar ingresos que permitan mantenerme en la carrera, cubrir mis gastos, imprevistos y colaborar económicamente en mi casa”, indica el bachiller.
Asimismo, dice poseer la responsabilidad de “ayudar a crecer a Venezuela, efectuar cosas distintas por la nación y contribuir con la educación deportiva”. Subraya que “una de las riquezas de los países es la educación de sus individuos, ya que un ser educado cumple con sus deberes y vela por sus derechos, es decente y transforma al mundo”.
Determinación constante
La discente del segundo semestre de Ingeniería en Sistemas, Laidymarivick Suárez, advierte que “estudiar se ha convertido en un acto de determinación, debido a las diferentes dificultades presentadas, como la falta de transporte público, el combustible, fallas en los servicios públicos, además la propia situación de la Universidad. A pesar de cada dificultad, buscamos proseguir estudiando, mejorar como personas y ser unos grandes profesionales, ya sea dentro o fuera del país”.
Persistencia y dedicación
Alejandro Rosario, estudiante de Educación, mención Lenguas Extranjeras, es otro de los modelos de dedicación y entrega en las fases que conllevan a la obtención de un título universitario. En otrora comenzó el programa formativo sobre Derecho en una Universidad privada, le fue imposible concluir por los elevados costos de las Unidades de Crédito, alimentación y movilizaciones desde su hogar, en Pampanito, hasta Valera o viceversa.
Después optó por capacitarse en el NURR y se siente muy identificado con el sentir ulandino. Comenta que no es fácil, tampoco imposible laborar, aprender y cultivar la sapiencia.
Rosario posee trabajos misceláneos y online. Reconoce no obtener exorbitantes cantidades de dinero, esto le alcanza para acudir al núcleo y algunos gastos familiares. “Pese a la complicada situación busco la manera de asistir a clases, crecer en conocimientos y continuar la lucha por un mejor país”, adiciona.
Aunado a ello, sugiere: “para que una República progrese es importante tener personas capaces e intelectuales, con la posibilidad de desenvolverse en cualquier área y opinar con fundamentos. Tenemos la suerte de contar con profesores de alta categoría académica en el NURR, quienes nos enseñan la relevancia de estudiar, de prosperar y ser unos futuros profesionales”.
Mantente informado! Únete a nuestro canal de WhatsApp o Telegram a través de los siguientes links:
WhatsApp: https://chat.whatsapp.com/FxbVGD5gQwi0xAKKWW4fEd
Telegram: https://t.me/diariodelosandes