Eduardo Viloria / DLA
El tercer aniversario de la beatificación del doctor José Gregorio Hernández fue la ocasión propicia para recibir la visita del arzobispo de Mérida Monseñor Helizandro Terán, aprovechándose esta visita, para reincorporar al patrimonio del Santuario de Isnotú, dos puertas de madera que pertenecieron a la casa natal del médico de los pobres, tal como lo señala una información de la Vicaría diocesana para las comunicaciones a cargo del presbítero José Magdaleno Álvarez, rector del Santuario Niño Jesús de Isnotú.
Las mencionadas actividades se cumplieron el pasado 30 de abril a las diez y treinta de la mañana, con la presencia del obispo diocesano Monseñor, José Trinidad Fernández y más de veinte presbíteros, religiosas, invitados especiales, la feligresía de Isnotú y peregrinos que se dieron cita en el recinto religioso, añade la nota.
Las puertas en mención, estaban colocadas en la residencia de la familia Briceño, en la Avenida Principal de Isnotú. Los habitantes de esta vivienda testificaron que fueron colocadas en diferentes remodelaciones que sus padres hicieron y que según la tradición de los pobladores conocedores de la morada donde nació el beato, pertenecían a aquel inmueble.
Testimonio de Monseñor Jorge Villasmil
Se contó también con el valioso testimonio de Monseñor Jorge Villasmil Torres, natural de este pueblo e hijo del señor Julio Cesar Villasmil Mogollón quien vendió los terrenos y la casa a la diócesis.
Monseñor Villasmil, conoció personalmente en su infancia esta casa por residir por un tiempo y visitar frecuentemente este lugar, que fue también lugar de trabajo como comerciante de su padre; siendo el clérigo isnotuense, clave en el proceso de análisis e identificación de las puertas.
Hubo palabras de explicación a cargo del presbítero José Magdaleno Álvarez, seguidamente se develaron las puertas que estaban cubiertas con tela blanca.
A continuación, el obispo diocesano procedió a bendecirlas y explicó brevemente el significado de aquel acto, expresando que las puertas no son solamente para entrar a una casa, sino que también son un símbolo; debemos abrir las puertas de par en par a la presencia y al amor de Dios.
Junto a Monseñor José Trinidad Fernández, estuvieron monseñor Helizandro Terán Bermúdez, arzobispo de Mérida y un nutrido grupo de sacerdotes. Como testigos del evento, participaron los integrantes de la familia Briceño, quienes hicieron la donación y varios isnotuenses que como testigos conocieron de aquellas puertas. En representación del Santuario estuvo el padre rector y la directora del Museo Diocesano que allí funciona, profesora Carmen Araujo.
Luego de la bendición se procedió a firmar el acta de reconocimiento y entrega de las puertas por parte de la familia donante, los testigos que conocieron estas puertas y las autoridades eclesiásticas; Monseñor Fernández hizo entrega de una placa de reconocimiento y gratitud a la familia, que conservó y entregó estos objetos los cuales constituyen un patrimonio invaluable para el Santuario y a la Diócesis.
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