Reinaldo Castellanos: sobrenombres y apodos en Carvajal / Por: Luis Huz Ojeda

Sentido de Historia

Reinaldo Castellanos posee prodigiosa memoria.

 

La infancia del hoy médico, cantante y músico Reinaldo Castellano transcurre en Carvajal, como la de cualquier niño de esa época rural pueblerina.

Cumplió el primero y segundo grados, bajo la modalidad de bigrado, en la Escuela Nacional Graduada número 948 -La Llanada-, plantada en la localidad del mismo nombre. Su maestra fue doña Livia de Cestary, como compañeros de clases aparecen entre otros: Ana Rosa Rojo, Ramona Franco, los hermanos César y Ernesto García, Alfredo y Rodolfo Ojeda, Ramón y Rosario Becerra, Efraín Delgado, Jesús Rojas, Rosario Franco. Tercero hasta sexto grado en la Escuela María Dolores de Araujo, institución educativa plantada estratégicamente unos metros más abajo del populoso sector La Horqueta, ahí confluían niños de San Genaro, La Cabecera, El Filo, Carvajal, Campo Alegre, El Amparo, La Hoyada.

En aquel entonces sus directores fueron: Alfredo Bethencourt, nativo de Mucurubá, estado Mérida, quien fue cambiado a otra escuela y consintió la llegada de Antonio Molina, un señor que por su recio carácter, disciplina y estricta personalidad emanaba en simultáneo una especie de respeto y temor. Entre sus maestros destacan muchas damas: doña Euricia de Madrid, esposa de Eduardo Madrid; doña Hilda Urdaneta de Marín, esposa de Alfonso Marín; doña Alicia Urdaneta de Pérez, esposa de Tito Pérez; señorita Electa Pérez Cortez, nativa de Santa Ana; doña Josefa de Sosa, esposa de Manuel Sosa, alguacil del Tribunal; doña Oliva Juárez de Marín, esposa de Pedro Marín; doña Blanca de Perozo, esposa de Marcos Perozo; señorita Margot Gory; Pedro Marín.

Anécdota

La visita del General Marcos Pérez Jiménez a Valera para inaugurar el Hospital Central es una vivencia que perdura como recuerdo en Reinaldo Castellanos, al igual que en muchos nativos locales. Ese día todo el alumnado, maestros, demás personal administrativo y obrero de la Escuela María Dolores de Araujo hizo su asomo a la institución muy temprano, partiendo a pie, en fila a las 7:00 de la mañana a esperar que pasara el primer mandatario nacional por la Plaza Colón, portando cada uno en la mano derecha la bandera tricolor. La caravana presidencial apareció a la 1:00 de la tarde, en el asiento trasero del tercer vehículo iba el Presidente sonriendo, saludando y con muestras de emoción y alegría.

A la comitiva presente le correspondía, una vez terminado de transitar los autos, retornar a sus hogares todos agotados, hambrientos, sedientos, tostados por el sol, pero felices de haber visto y saludado al General Marcos Pérez Jiménez.

En ese tiempo, existían dos bodegas cercanas al grupo escolar, la más pequeña no tenía identificación, su propietario Marcos Perozo ofertaba acemas, amasijo salado y dulce, paledonias, chicha de arroz y de maíz, guarapo de panela con limón, de piña, cola, más otros refrescos, melcochas, maní, caramelos y demás chucherías del momento; la otra era más grande y mejor surtida, de nombre comercial “El Mercadito” de Elías Briceño “El Chueco”, hermano del músico Gerardo Briceño, quien tenía el apodo de “Vaca Tonta” y de Pablo Briceño, dueño del Conjunto “Siboney”.

Bullyng

A propósito de remembranzas de épocas pasadas es importante estar al tanto que lo que hoy identifican como «Bullyng», es vieja práctica de sano humor entre los carvajalenses, así viene a la memoria de Reinaldo Castellanos: “Cuando comenzamos a estudiar primer y segundo grado ya nos hacíamos como algo natural, lo practicábamos escondiéndonos el bulto escolar, los cuadernos, los lápices, el borrador, el sacapuntas, los creyones, rayándole el uniforme al otro, comiéndole el pedazo de pan o la arepa de avío al compañero, mofándonos unos a otros, colocando ápodos o sobrenombres, estos últimos han estado socialmente presentes desde siempre, son ingeniosos calificativos de identificación para distinguir cualidades o defectos en una persona, por su colorido y picardía quedan grabados en la mente humana. El apodo o sobrenombre colocado por un amigo a otro amigo a medida que transcurren los años pasa a ser una especie de carta de presentación que hay que saber llevar con hidalguía y una muy buena dosis de humor, de otro modo se nos hará insoportable”.

Estudiando cuarto grado llega al instituto un nuevo director, el maestro Antonio Molina, a quien observamos con detenimiento y al apreciarle el impedimento visual de tener un ojito más pequeño que el otro, de inmediato a sus espaldas, solo para nosotros, le colocamos por apodo “Ojo Chire”.

Aquí todos teníamos apodos y nos tratábamos por algún sobrenombre, en mi caso yo tenía varios, entre los que me acuerdo: “Culo e´Chupa”, “Maleta de Huesos”, “Media Cuadra”, “Papa Pío”, “Pichón de Potro”, a mis primos, los hijos de Melania Crespo, Eleazar y Manolo Carmona los llamaban “Cachapo”; Nolberto Jerez hijo de la señora Filomena, bedel de la escuela María Dolores de Araujo tenía como apodo “El Mochito Nolberto”, Asdrúbal Rojas “El Chivo”, Jorge Linares “Carro Chingo”, Pedro Segovia “Mano e´ Tuna”, Alberto Linares “Morrocó”, Reinaldo Barrios “Chicote” y “La Chupa”, Pedro Méndez “Tuteco”, Gerardo Prada “El Faro”, Leobardo Perdomo “Lolo”, Alberto Perdomo “Churrero”, Pedro Perdomo “Perucho”, Juan González “Juan Burro”, Gerardo González “Cara e´ Vieja”, Benito Olmos “La Loca”, Nelson Salcedo “Cabeza e´ Piña”, Pedro Luis Suárez “Pallaco”, Juan Prada “El Adivino”, Pedro Suárez “Chachare”, José del Carmen Crespo “Checame”, José Ignacio Quintero “Chano” y “Cochino Rojo”, Alberto Moreno “Beto la Rata”, Marcos Moreno “El Puerco”, Francisco Moreno “Chicomón”, Samuel Monsalve “El Loro Samuel”, Armando Torrealba “Nuquita” e “Ike”, Fernando Rondón “Palomo”, “Tronco” y Torrolito, Eliberto Becerra “El Caney”, José de La Concepción Rojo “Concio”, los hermanos Rivas Aguilar Ramón “Lapo”, Freddy “Mono de Agua” y Dixon “La Chupa”, Víctor Delgado “Ratón Pérez”, Antonio Rodríguez “Pecueca”, César Prieto “El Coco”, Tito Gil “Calica”, Alirio Avendaño “Chino Indio”, César García “El Ganso”, Argimiro López “Pastelito”, Luis Ramón Cadenas “Camuco”, Pedro García “Perucho” y “Guevos de Toro”, César Cano “Pata e´ Cumbia”, Alfonso Cano “Rodillas de Burro”, Rafael Ramírez “Ojo de Bombillo”, Rafael Quintero “El Conejo”, Pedro Borjas “Coca Cola”, Alexis Borjas “King Kong”, Antonio Hernández “ Medio Mono”, Rosario Hernández “Guevo de Pava” y Guevo de Pizco”, Orlando Andrade “El Corozo, Ramón Mendoza “Cimarrón”, Martín Rivero “El Gorila”, Ismael García “Cabeza”, Nelson García “Papacito”, Luis Felipe García “Chico Oreja”, Jesús Quintero “Chucho La Burra”, Claudia Quintero “La Abuela”, María Antonia Quintero “Chepela”, Marcos Ramírez ”Naco”, Arturo La Cruz “Colorao”, José Natividad Linares “Chuflita” y cientos más que mencionaremos en otra oportunidad”.

 

 

 

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