Reina el escepticismo ante Misión Transporte y sus siete vértices

Para algunos transportistas, se hace imposible mantener sus unidades, muchos las tienen rodando poniendo en riesgo su vida y la de los pasajeros, y esto se evidencia en cada falla que presentan las unidades mientras se trasladan de un lugar a otro, pero el tema del riesgo parece no preocupar a nadie, ni a usuarios, transportistas ni autoridades, porque la necesidad de traslado es lo que mueve a la mayoría. Basta con vivir un momento desagradable, como las fallas en los frenos para recordar que existe un riesgo inminente al usar unidades que trabajan a media máquina 

Las unidades de transporte trabajan a media máquina y representan un riesgo para el usuario.

 

El presidente Nicolás Maduro ha anunciado el inicio de varias misiones, las cuales tienen como objetivo ofrecer mejores servicios al pueblo, en este sentido está la Misión Transporte que nace para “revolucionar el transporte público en Venezuela”, “ofrecer al pueblo una opción de movilidad colectiva incluyente, digna, segura, de calidad y a precios justos” y “dignificar al transportista, brindándoles condiciones laborales justas”, tal como lo aseguró el mandatario nacional.
Asimismo, dicha misión se regirá en torno a siete vértices, El bienestar, la seguridad social, la atención integral y el financiamiento para los transportistas de Venezuela. El pasaje preferencial, las rutas sociales y las justas tarifas. Sistema para apoyar a los transportistas con las piezas, partes, repuestos e insumos, a nivel nacional. La seguridad ciudadana para los transportistas y para los usuarios.  El sistema educativo y de innovación tecnológica del transporte público venezolano.  El desarrollo del encadenamiento productivo, la distribución y comercialización de toda la industria automotriz nacional. Incorporación de los trabajadores de la Misión Transporte al sistema educativo nacional, sin embargo, el escepticismo es muy grande ante tantas promesas y ofrecimientos incumplidos en esta materia, que hoy por hoy la crítica situación del transporte en todo el país y Venezuela dan cuenta de que nada ha funcionado.
En esta oportunidad se está hablando de trabajar con la misión transporte basada en siete vértices, que se deben cumplir para que la misión sea un éxito, ante ello, en el estado Trujillo el sector transporte se reunió con el órgano de transporte, quienes han adelantado sobre la dotación de insumos para los transportistas, pero las expectativas, según algunos choferes, no son muchas, porque para ellos «son las mismas promesas» y el sector sigue en precarias condiciones.

 

Momentos de terror

Ante la crítica situación que presentan las unidades, a diario, seguro son los incidentes que se presentan con el transporte público, aunque muchas veces ni se conocen; un caucho espichado, fallas mecánicas, eléctricas, entre otras. Situaciones que muchas veces son impredecibles, pero que no se toman las previsiones para evitar consecuencias terribles, tal es el caso de lo sucedido este martes en el municipio Trujillo, cuando un microbús de la línea Pampanito cargó a los pasajeros en la parada del viaducto en Trujillo capital, y como siempre con exceso de pasajeros -ante la necesidad de la gente de irse así sea de pie y amorochada, y muchas veces la ambición del conductor de llevar más pasajeros para sacarle provecho al viaje- el microbús iba bajando por la avenida Ayacucho hacia Santa Rosa, de repente, el conductor al querer frenar, el vehículo no respondió. Se le fueron los frenos.
El pánico, la angustia y desesperación reinaron, minutos de mucha adrenalina entre los pasajeros, mujeres, niños que salían del colegio e iban a sus destinos, afortunadamente el chófer maniobró y nada grave pasó, al grito de: ¡Cuidado, vamos sin frenos! Fue avanzando la unidad, bajo el cuidado de Dios, que impidió no ocurriera nada, la gente se apartaba del camino y así dentro de la unidad los pasajeros gritando y llorando, sin saber qué pasaría, solo querían bajarse y acabar con la pesadilla de estrellarse.
Finalmente, la unidad se metió en la entrada al estacionamiento de la Unidad Sanitaria  frente al hospital José Gregorio Hernández, la gente se bajó desesperada, unos llorando, otros con la piernas temblando del susto, agradeciendo a Dios que nada ocurrió, pero el temor estaba a flor de piel, sobre todo de que algo así puede volver a ocurrir.

 

Exceso de peso

El conductor argumentó que el vehículo estaba en buenas condiciones pero reconoció que no aguantó el peso de los pasajeros, es allí cuando se hace la pregunta por qué recargar, saturar las unidades de pasajeros, gritando «córranse hacia atrás», cuando ya no hay más espacio, sin medir que este tipo de situaciones puede ocurrir en carros que reciben buen mantenimiento, y mucho más en vehículos como los del transporte público que están trabajando a media máquina y con remiendos: cauchos de segunda mano, repuestos usados o con innumerables reparaciones porque ya no alcanza para comprarlos nuevos, sin medir que es la vida de quienes van en la unidad como de los que transitan, la que se pone en riesgo.

 

Garantías del Estado

Dentro de la Misión Transporte solo se habla de brindar garantías al transportista, educación, beneficios sociales e insumos, pero ¿Dónde queda el usuario, quien vela por todo lo que sufre y padece el usuario del transporte público?  Más en este momento, en el que el pasaje aumenta de manera descontrolada, la anarquía es la que reina y solo se ofrecen promesas sin que nada se materialice.

 

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