Como ya lo hemos denunciado hasta la saciedad, la empresa Corpoelec y los responsables de la distribución de la energía eléctrica en el estado Trujillo, se han ganado merecidamente la fama de ser declaradas “personas non gratas”, esto a decir de los cientos de ciudadanos afectados por los apagones y largos racionamientos a los que tienen sometidos a la mayoría de las comunidades regionales la prenombrada prestataria de este vital servicio básico.
Luego de un breve período de tiempo donde el pueblo se sintió aliviado porque no se iba la luz, con mucha decepción vecinos y comerciantes de los distintos municipios han visto cómo reaparecen pero de forma más abusiva y prolongada los tortuosos apagones y cortes del servicio de energía eléctrica no programados.
Carvajal, Motatán y Pampán los más golpeados
De nuevo se ha comprobado, que los municipios más afectados con este “festival de apagones”, lo son sin dudas Carvajal, Motatán y Pampán, comunidades donde la luz es interrumpida hasta tres y cuatro veces diaria, todo dependiendo de lo que decida anárquicamente el encargado de hacer cumplir el calendario ilegal de racionamiento por sectores, jornadas que no aparecen como programadas ni en los fulanos bloques de cortes sistematizados durante los recientes colapsos del Sistema Eléctrico Nacional.
Los representantes vecinales, denuncian muy molestos, que en estos tres municipios los apagones son más constantes, mientras en Valera y Trujillo la quitan por pocas horas, pero con iguales consecuencias de negatividad para todos.
En estos días de cuarentena radical, la cosa se puso más fea, ya que los comerciantes no solo han tenido que bajar las “santamarias” ante los apagones continuos, sino refieren la pérdida de millones y millones de bolívares, ya que el riesgo no solo es no poder trabajar, sino perder por descomposición los alimentos perecederos sin refrigeración.
En cuanto a los hogares, las amas de casa y madres con hijos pequeños son las más golpeadas, ya que no pueden preparar los alimentos para su familia, ni atender debidamente en horas nocturnas a los niños lactantes y los que acuden a tareas dirigidas por cuestión de la pandemia.
Por enésima vez el llamado es para el gobernador Rangel Silva, porque ya está bueno de tanto abuso contra estas regiones. Aquí viven gente humilde tan importante como lo son todos los trujillanos, de manera que ya ese “aplique” raya en la mala intención.
Es tiempo de que en estos organismos públicos haya gente capaz, y no cuida puestos que solo portan una camiseta con el logo de la empresa, pero quienes de responsabilidad, mística y respeto por los demás no tienen nada.