Recuperar la identidad, el valor histórico y cultural del Táchira es una urgencia, según la visión de cronistas de diversos municipios de la entidad andina, quienes han observado cómo la cultura colombiana se ha impuesto en el tachirense, además de la falta de formación académica para incentivar a niños y jóvenes a conocer sus raíces.
El cronista del municipio Bolívar, fronterizo con el Norte de Santander, Colombia, Omar Villamizar, indicó al Diario de Los Andes que el hecho de que se escuchen en los municipios de frontera 30 emisoras colombianas, ha generado una transculturización que ha dejado en el abandono las raíces tachirenses.
“Hemos perdido identidad nacional, identidad regional. No olvidemos que el Táchira es fronterizo, entonces hay mucha influencia, bastante fuerte. En San Antonio, por ejemplo, 30 emisoras se escuchan, de día y de noche, las 24 horas por parte de Colombia, inclusive la televisión también. Lo que ellos producen, lo que ellos hacen, su manera de ser, sus chistes, sus groserías, eso de una manera u otra se ha impregnado un poco, más que todo en lo que es Ureña, Urdaneta, Rubio, San Antonio. Sin embargo, ya encontramos que aquí en San Cristóbal también se paga pesos, así que la influencia ha sido bastante grande”, destacó.
A Villamizar le preocupa que en las escuelas se desconocen los símbolos patrios y los regionales, porque no hay intensión de incentivar la lectura sobre las raíces propias. Por ello propone recuperar la identidad, conociendo los símbolos nacionales, los símbolos regionales, y los símbolos naturales.
“Decimos Táchira y no sabemos qué significa Táchira. De allí la importancia que los educadores aprendan, tengan cursos y lean, porque los educadores no leen hoy en día, y al no leer, no incentivan a sus alumnos a hacerlo”, enfatizó.
Ignorando y descuidando espacios
No cuidar espacios públicos y desconocer los nombres de calles, avenidas y lugares históricos le ha quitado al tachirense el sentir ciudadano, según lo manifestado por el cronista del estado Táchira, Luis Hernández, quien destacó que la ignorancia sobre lo propio, es la que prevalece.
“Vemos, por ejemplo, una plaza que la refaccionan, que la limpian, pero que la comunidad no la mantiene. Y la limpia un alcalde y la limpia otro. La gran tragedia nuestra es que vivimos en barrios y no sabemos qué nombres tienen esos epónimos, porqué esa escuela se llama así, porqué esta vía está aquí, porqué este árbol está aquí sembrado. Somos unos grandes ignorantes de los espacios que nosotros transitamos y eso nos hace cada vez menos ciudadanos”, dijo.
Perdida la tachiraneidad
Para el sacerdote y cronista, Luis Santander, los antivalores han sido una de las razones de la pérdida de la tachiraneidad, por ello insiste en escribir libros que fomenten los valores en la ciudadanía.
“Yo tengo un libro que se llama: ¿por qué se perdió la tachiraneidad?, y hablo precisamente de esos valores que se han perdido. Su historia, su idiosincrasia, su cultura, su religiosidad. Predominan totalmente los antivalores. Voy a escribir el quinto libro de valores porque estoy empecinado en que lo que le falta al país y al mundo entero son valores. Y en este mundo postmoderno, donde lo bueno es malo y lo malo es bueno, hay que insistir en cuáles son nuestras raíces y cuáles son nuestros valores”, agregó.
Orgullo gocho
Recuperar el orgullo de ser tachirense y apropiarse de la palabra gocho como un gentilicio de fortaleza, cordialidad y trabajo es la propuesta del cronista del municipio Libertador, Walter Márquez, quien destacó que la palabra “gocho” debe ser rescatada y aprobada por la Real Academia de la Lengua Española como un gentilicio de los habitantes de los Andes venezolanos y del Táchira.
Para ellos es trascendental que desde las familias se comiencen a hacer estos cambios, con el fin de que no se pierda la identidad, la idiosincrasia, la historia y la lucha del tachirense, que ha sido ejemplo de fortaleza a nivel nacional e internacional.