Hace 14 años murió el valerano más universal. Novelista, cuentista, poeta, ensayista. Fue Premio Nacional de Literatura, galardonado con el premio Biblioteca Breve Seix Barral, el mismo que conquistó Vargas Llosa con La ciudad y los perros. De él se dice que todo lo que hacía lo transformaba en literatura y sus obras tenían tanto acabado en cuanto a creatividad, perfección y ritmo en el lenguaje, que Gabriel García Márquez llegó a exclamar que la segunda novela de Adriano, «Viejo», era la novela que le hubiese querido escribir.
Adriano fue amigo de media ciudad y en lo personal lo conocí cuando recité por allá por los comienzos de los 70, en el nacimiento del MAS, uno de sus poemas recién salido de su horno creativo y titulada: «Canción para una novia socialista»; por cierto, esa actividad se realizó frente al Liceo Rafael Rangel y tuve el acompañamiento de Alí Primera.
Con Adriano tenemos una gran deuda y es hacerle un gran homenaje, celebración esta que cada día está más cerca, pues no hay muchos Adrianos y el mal no reina por siempre.
Adriano estuvo en la ciudad tres meses antes de morir, como padrino de promoción de un instituto de educación superior; vino también a despedirse y con la amiga Marlene Briceño recorrió los alrededores de la plaza Bolívar y desde allí, sufrió al ver a su querida Valera, sucia, descuidada, una ciudad por donde no podían caminar los transeúntes ante tanto desorden vial, ante tantos tarantines, ante tantas inmundicias. De allí sacó el titular de su última columna en El Nacional VALERA NO VALERÁ. En esa última visita y gracias a la gentileza de mi hoy fallecido amigo Ramón Briceño Cherubini, tuve el placer también de oírle y de verle por última vez. Nos llenó de sabiduría. Habló de Egipto, de Mesopotamia, de emperadores, de héroes y villanos y por supuesto, de nuestro sufrido país, de cómo se ha pretendido crear una nueva cultura y señalando al infinito, dijo, siempre ha existido lo que quieren borrar, lo que ha costado milenios en construir; la historia y la cultura son una sola; también criticó algunos intelectuales que apoyan una ideología y que ayer se beneficiaron de cuanta política se hacía para el desarrollo cultural del país.