RECORDANDO A TUCÍDIDES SOBRE EL ‘PENSAMIENTO DESEOSO’ | Por: Ernesto Rodríguez 

 

Ernesto Rodríguez  (ernestorodri49@gmail.com)

La llamada “Guerra del Peloponeso” entre Atenas y Esparta duró desde el año 431 A. de C. hasta el año 404 A. de C. y culminó con la derrota de Atenas.

La principal referencia sobre esa guerra es la obra ‘La Guerra del Peloponeso’ del historiador griego Tucídides (aprox. 460-400 A. de C.) que se esforzó por comprender la realidad de los acontecimientos sobre la base de las evidencias y el ejercicio de la razón. Asimismo Tucídides rechazaba las interpretaciones de los acontecimientos que recurrían a lo sobrenatural. Por ejemplo hubo una terrible plaga que azotó a Atenas los años 430 y 429 A. de C., es decir, precisamente cuando comenzó la guerra. Tucídides se refiere a esa plaga que causó muchas muertes y dice: “Respecto a los dioses, los hombres llegaron a la conclusión de que era igual si se les adoraba o no, porque los hombres morían igual” (Libro II, 53). Tucídides prosigue: “En ese tiempo tan terrible era natural que los hombres recordaran este verso, que los ancianos decían que se había cantado hace mucho tiempo: ‘Vendrá una guerra con los Dorios / Y con ella vendrá una plaga’. Pero las personas discrepaban sobre las palabras precisas del verso. Algunas decían que en el verso lo que predijeron los antiguos no era ‘plaga’ sino ‘hambruna’. Pero en esta ocasión naturalmente tuvieron la victoria los que decían ‘plaga’ porque la gente hace que sus recuerdos se ajusten a la experiencia. Yo pienso que seguramente si hay otra guerra Doria después de esta, y viene una hambruna, entonces lo natural será que la gente recite la versión del verso que habla de ‘hambruna” (Libro II, 54). Vemos cómo Tucídides desenmascara la tendencia psicológica de la gente a adecuar los oráculos a la experiencia.

En la obra Tucídides describe un diálogo muy interesante entre los atenienses y los melios, que habitaban en la isla de Melos y eran una colonia de Esparta. En el diálogo los atenienses advierten a los melios que deben rendirse porque su capacidad militar es muy inferior, y los atenienses dicen: “No recurran a esperanzas ciegas […] a la adivinación, los oráculos y otras cosas por el estilo que destruyen a los hombres dándoles esperanza” (Libro V, 103). Los melios responden: “Nosotros confiamos en que nuestra buena suerte no será menor que la vuestra. Los dioses están de nuestro lado porque nosotros somos inocentes frente a hombres injustos” (Libro V, 104). Los atenienses responden: “El favor de los dioses está tanto hacia nuestro lado como hacia el de ustedes” (Libro V, 105). Los melios siguieron obcecados sin reconocer su obvia debilidad y los atenienses les dijeron: “Nos parece por esta discusión, que ustedes son los únicos hombres que piensan que conocen el futuro con más claridad que lo que está delante de sus ojos, y que por medio de pensamiento deseoso, ven eventos inciertos como si fuera seguro que se harán reales. Ustedes han apostado todo sobre la base de la confianza en la esperanza, la buena suerte y los lacedemonios, y ustedes se verán arruinados en todo” (Libro V, 113).

Finalmente los atenienses asediaron a los melios y éstos no tuvieron más remedio que rendirse, y: “Los atenienses mataron a todos los hombres en edad militar, y esclavizaron a las mujeres y los niños” (Libro V, 116).

La moraleja de lo que narra Tucídides es que nunca hay que incurrir en ”Pensamiento Deseoso”.

 

NOTA: Las citas las he tomado de Paul Woodruff (1993) ‘Thucydides. On Justice, Power and Human Nature. Selections from The History of the Peloponnesian War’. Hacket Pub. Co. y también de ‘Thucydides. History of the Peloponnesian War’. Translated by Rex Warner. Penguin Books (1954).

 

 


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