El Comandante Fidel Castro aparece dentro del Libro Guinness, con el de mayor número de intentos de asesinato a un jefe de Estado, saliendo totalmente ileso de todos ellos. Evo Morales batió el récord Guinness como mandatario electo más veces por el pueblo en Bolivia. Dejando por lo alto a la calidad del cacao nacional, en 2015 en Caracas más de 100 chocolateros batieron el récord de la moneda de chocolate más grande del mundo al replicar en tamaño gigante un Bolívar. Carlos Coste es un atleta apneísta venezolano que ha logrado 9 récords mundiales a lo largo de su carrera deportiva.
En estos momentos, tenemos en Venezuela, un personaje que está haciendo méritos por ser nombrado como el político con mayores hazañas del ridículo, para lograr este premio, se sumó desinteresadamente a ayudarlo, el recién electo presidente de Guatemala, Alejandro Giammatei, quien, saltándose toda norma de protocolo y derecho internacional, pretendía ingresar a Venezuela con una ciudadanía distinta a la del país donde ejercerá la Presidencia, además, se constató que no existía constancia de invitación por parte del Ejecutivo venezolano, ni alguna gestión de la embajada guatemalteca en relación a esta visita.
Ni en los momentos de mayor tensión o crisis política de un país en el mundo, se había visto hecho como este. El papel de cualquier político, cualquiera que sea su posición e ideología, es buscar un mínimo de sentido lógico para mantener la legalidad dentro de sus naciones.
¿Cuál hubiera sido la reacción del Gobierno español si el Presidente Nicolás Maduro visitara Cataluña para reunirse con el Presidente de Generalitat? ¿Qué hubiera hecho el Gobierno estadounidense si el Presidente Nicolás Maduro viajara Estados Unidos para encontrarse con el Movimiento Nacionalista de Texas y ratificarle su apoyo?
Desde que Guaidó se autoproclamó como presidente en una plaza, ha transitado por un sendero de inconstitucionalidades, delitos e ilegalidades, llevándose por el medio a distintos personajes, dejándolos en evidencia ante el mundo, al ejercer su noble derecho a la estupidez.
Desde Venezuela estamos alentando al diputado ante sus venideros logros, para que por fin le otorgue tan merecido premio, después de todo, sería lo único que hasta ahora habría ganado Guaidó por méritos propios.