Héctor Rafael Briceño/DLA.- Nuevamente el luchador social Julio Romero le sale al frente a quienes les
compete la solución de los problemas de Niquitao, no sin antes expresar que: Lamenta que la mayoría de las personas andan sin tapaboca y sin cumplir elementales normas de Bioseguridad, para prevenir el Covid 19, cuando todos sabemos, que esa prevención, es responsabilidad individual.
En cuanto a las autoridades pasa a recordarles la situación en que se encuentra la parroquia Monseñor Jáuregui y por lo cual expone que es espeluznante el abandono a Niquitao y acto seguido pregunta ¿De qué sirve toda esa importancia histórica, turística, ambiental y cultural que posee Niquitao? ¿De qué sirve todo ese gran esfuerzo que realizan nuestros agricultores? De qué sirve que esta comunidad con su voto, haya apoyado este gobierno? Todo lo anterior – manifiesta – porque hoy más que nunca hemos sido presa fácil del abandono y el olvido en esta bella tierra por parte de los gobernantes de turno.
De Niquitao solo se acuerdan en cada campaña electoral y hace hincapié el declarante – en aquellos falsos discursos de cada aniversario de la Gloriosa Batalla de Niquitao; ahí si vienen y dejan burlescamente racimos, sobre racimos de promesas y el pueblo como siempre sumiso abrazando vergonzosamente todas esas mentiras que politiqueros y gobernantes dejan descaradamente.
Ejemplo del abandono
Como ejemplo del abandono, empezamos con el pésimo estado de la carretera: Boconó, Tostós, Niquitao, Las Mesitas y Tuñame, agravado por la falla de borde en Tirandá, parroquia San José de Tostós. Ese tramo ya no se le debe llamar carretera. Todo este trayecto desde Boconó hasta Tuñame, está lleno de: Huecos, barrancos, piedras y palos, cunetas tapadas y no vemos por ninguna parte la preocupación del gobierno. El gobernador se hace de la vista gorda y ni porque un hijo ilustre de Tostós, es Ministro de Obras Púbicas, hemos logrado que se preocupe por el arreglo de esta arteria vial ahora cuando se presentó la falla de borde en Tirandá.
Por otro lado cada momento se presentan fallas en el servicio eléctrico, por lo que Niquitao está sin alumbrado público y con todas las calles como boca de lobo. La Plaza Bolívar en completa oscuridad. Del servicio telefónico podemos decir que solo disponemos por ratos, porque cada día se deteriora más la telefonía en Niquitao. El sistema de cloacas está dañado y prueba de ello es que en el sector Trujilito en la parte baja de la población, existe una tubería rota desde hace tiempo y las aguas servidas corriendo libremente lo que pone en peligro la salud de los Niquitaenses. El servicio de agua potable es muy deficiente, la tubería está deteriorada y se rompe a cada momento. Hay calles que aún son de tierra y deben ser pavimentadas.
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Víctimas del abandono oficial
Julio Romero resumió sus planteamientos en los siguientes términos: Da mucha tristeza y dolor observar todo un pueblo convertido en víctimas del atroz abandono oficial. Señor gobernador – exclamó – muy sumiso e incauto será el Niquitaense, pero ya está bueno con sus pretensiones de reelección. Nosotros lo que necesitamos son gobernantes que se preocupen y den solución, porque hace muchos años estamos confrontando los mismos problemas en Niquitao.