Héctor Rafael Briceño (CNP 14.130)
Lo que sucede con el viejo cono monetario solo es comparable con los medicamentos que tienen mal sabor, que nadie quiere, pero al paciente le hace falta. Así están los billetes de: 10, 20, 50 y 100 bolívares, que nadie quiere, pero que son “tan necesarios”.
Esto ocurre por la anti política oficial que la población afectada mal interpreto cuando también con inseguridad el gobierno anunció la nueva reconversión monetaria y lo único logrado fue generar una repulsión de la población que quería salir de sus billetes, con las consecuencias que ello conlleva y originando disímiles trastornos económicos.
Finalmente con una nueva indecisión, el gobierno sin reconocer que la pusieron, pero actuando como el gato, ordenaría una prorroga que oscilaría de 60 a 90 días, únicamente para correr la arruga.