Luis A. Villarreal P.
Pendientes, sin distraernos de lo esencial como es el rescate de Venezuela en esta cruzada electoral, hemos venido valorando el intenso trabajo realizándose no sólo por la impulsora de este gran movimiento democratizador, basado en resiliencia y esperanza, sino también a través de los esfuerzos tesoneros de quienes tienen su propio peso e importancia en el éxito obtenido, como para llegar a contar ahora con semejante fortaleza de lucha.
Las posibilidades electorales del Cambio están representadas en una estructura piramidal cuyas fibrosas bases siguen siendo las Primarias; y en consecuencia, todas las mentes y brazos de los liderazgos concursantes hasta concluir las mismas, aun a sabiendas de la escasa oportunidad de alcanzar su aspiración candidatural. Lo cual le confiere a los precandidatos características democráticas muy significativas, al mostrar esos valores de desprendimiento, lealtad y consecuencia con el país. Sin ellos, hoy no tendríamos las circunstancias y posibilidades de éxito ante el reto de volver a la democracia, sino todo lo contrario.
Hasta donde vamos, en la recta final impredecible, no es superfluo seguir comentando sobre el evento precandidatural realizado el 22 Oct, si además tomamos en cuenta su retador y riesgoso contexto, entendiéndose que las Primarias se fueron haciendo en un ambiente de hostilidad generado por el Régimen, poca confiabilidad de los liderazgos anotados para la contienda y la predisposición de algunos a socavarlas, al saberse anticipadamente casi ‘desapercibidos’ por el pueblo.
Seguir destacando la importancia y progreso de las Primarias del 22Oct., vistas las circunstancias de las mismas, es un acto de confirmación demócrata, y de contrición en quienes se han creído demócratas sin serlo, por cuanto se hizo notar la predisposición de vetustos referentes de la era democrática abogando por la escogencia de la Candidatura Unitaria Opositora a través del ‘consenso’ incompleto, de un acuerdo entre cogollos, llegando al extremo de seguir señalando la improcedencia de esas Primarias portentosas.
Con lo ocurrido el 22Oct. se ha sembrado un buen precedente de: mucha valoración a la participación del pueblo, la necesidad de legitimar los liderazgos, hacer valer la determinación ciudadana frente a la incongruencia del ente electoral, y seguir trabajando por la evolución de nuestro sistema democrático; en aras de llegar a configurar un país políticamente organizado y consistente, cuya ‘suerte’ repose primordialmente en la ciudadanía
El compromiso de asumir las Primarias como obligación de la práctica democrática debe incrementarse, incluso a través de las normas. Porque ponerse de cara al electorado como se ha visto —y puede seguir sucediendo— es un acto muy alegre de asumir pero propenso a ser abandonado por aquellos demócratas de cascarón, en cuya fórmula de democracia pretenden deportivamente omitir a su antojo la variable obligante del debate con sus congéneres aspirantes y someterse a la evaluación del pueblo, respecto a sus propuestas y capacidades. A objeto de establecer el compromiso fundamental de su función al servicio de la colectividad nacional.
Desde que la Plataforma Unitaria Democrática decidió echar adelante el proceso de Primarias; es decir, la idea de llevar a la práctica el concurso de la dirigencia para exponer sus ofertas electorales en un plan de gobierno ajustado a los requerimientos sociales, económicos y políticos del país; el conglomerado nacional se sintió invitado, comprometido a participar y hacer seguimiento a esas contiendas entre oferentes y receptores, y de todas las opiniones sobre las mismas realizadas.
Por ello, precandidatos, dirigentes partidistas, críticos y opinadores, llámense: Andrés Velásquez, César Pérez Vivas, Delza Solórzano, Andrés Caleca, Juan Pablo Guanipa, Biagio Piglieri, Antonio Ledezma, Juan Guaidó, Leopoldo López, Freddy Superlano, entre otros tantos, demostrando su cualidad democrática, arremangados, en un manos a la obra, sellaron su compromiso de escoger la Candidatura Unitaria Opositora con la participación de la ciudadanía. Sin mencionar, por supuesto, a los detractores harto conocidos.
Aunque la resultante de las Primarias no fue respetada por el Régimen, al imposibilitar la opción candidatural de la Ciudadanía, personificada en MCM —legitimada según el conteo artesanal y las encuestas—; y destacándose la frustrada pretensión de quienes querían la candidatura por defecto según el supuesto Plan B; se puede seguir reconociendo la enorme utilidad de las Primarias, porque estas además han dejado en íngrima e inservible situación las fórmulas alacranadas tendientes a beneficiar a sus mentores oficialistas.
…
Que ni por las buenas
ni por las malas se van
Desde hace mucho tiempo
nos tienen tajantemente
[advertidos,
y quieren distraernos
ahora con lo mismo,
intentando una vez más
[persuadirnos
de abandonar la Ruta
Electoral y nuestro gran propósito
de seguir en la lucha
decididos a todo.
Pero, eso no es posible y es el
[colmo,
porque somos robusta
mayoría y se trata del rescate
del país. Ya no hay excusas
para aceptar chantajes
y seguirnos conformando como
[antes.
No es tiempo de dudar
ni de miedo tener, sí de asumir
responsabilidad.
Que esto no quede así,
¡siendo libre el pueblo será feliz!
L A V P
…
Con los supuestos de la posible suspensión de elecciones, por cualquier excusa; incluyendo la judicialización de la tarjeta perteneciente a la MUD, para eliminar la candidatura de Edmundo González, posicionándose imbatible en las encuestas, la Verdadera Oposición sigue sintiéndose lógicamente en abismales condiciones de desigualdad, súper desconfiada y bastante temerosa de perderlo todo en un fraude de proporciones ‘inaguantables’.