En rueda de prensa Joaquín Aguilar, diputado de la Asamblea Nacional y dirigente de Primero Justicia, se refirió a la falta de gas doméstico en la región, tras mencionar que es un problema que afecta a la colectividad en general, “no tengo gas en mi casa, estamos cocinando con una cocina eléctrica, pero el problema es que la mayoría de los afectados están cocinando con leña”.
El dirigente manifestó que además de que el humo de la leña incrementa el riesgo de enfermedades respiratorias, habitantes de las comunidades están “haciendo de tripas corazones” para poder obtener un pedazo de leña que se cotiza en 5 mil bolívares, la que además se consume en una sola quema, “estamos hablando de personas de escasos recursos que tienen que destinar 15 mil bolívares diarios para poder cocinar”.
“Cara de piedra”
Aguilar acotó que el gobernador Henry Rangel Silva debe tener “cara de piedra” para ofrecer las declaraciones que fueron reseñadas el pasado jueves en Diario de Los Andes, “nos remite al origen del problema, dijo que se trataba de un déficit en la producción de Pdvsa y manifestó que algunos barcos que traen el gas estaban retenidos. La primera pregunta es ¿por qué el gas tiene que llegar en barcos a Venezuela que es un país petrolero?”
Origen del problema
El parlamentario indicó que el problema radica en la producción de gas natural en occidente del país, que a su vez está atada a la producción petrolera, “a medida que se extrae el petróleo liviano va saliendo gas que desde hace 60 años era transportado a través de los gaseoductos hasta la refinería de Punta Gorda, para luego ir a los llenaderos. Era una estructura consolidada, lo que no dice Rangel Silva es que la refinería está destruida, ya no estamos procesando gas natural en el país”.
Acotó que ante la falta de refinerías en el país el gas procedente de los pozos es cargado en tanqueros y enviado al extranjero a fin de que lo conviertan en gas licuado, finalmente regresa a Venezuela y es depositado en los llenaderos, “un proceso que se hacía por años en Venezuela, este Gobierno destruyó las refinerías que procesaban el gas doméstico en la nación”.
Sin camiones ni bombonas
El declarante resaltó que el problema en Trujillo se agudiza porque las infraestructuras de transporte de las empresas de gas también están destruidas, “más del 50% de los vehículos están arrimados, pero además no tienen bombonas de reposición, cada día quedan menos”. Remarcó que a diferencia de lo que ha manifestado Rangel Silva, la realidad es que el Gobierno no tiene capacidad para solucionar el problema a nivel nacional.