Madrid, 20 abr (EFE).- «Cuando uno habla siente que le falta algo, en cambio la escritura no tiene límites«, aseguró este jueves el poeta y ensayista venezolano Rafael Cadenas, de 93 años, en su primer acto en Madrid antes de recibir el próximo lunes el Premio Cervantes 2022.
Cadenas (Barquisimeto, Venezuela, 1930), que llegó la víspera de su país, asistió a un encuentro con medios de comunicación en la Biblioteca Nacional de España, junto a sus hijos Silvio y Paula, en uno de los actos organizados con motivo del premio que recibirá de manos del rey Felipe VI y que le fue concedido el pasado noviembre por llevar la poesía «a alturas de excelencia».
Un premio que le llega, dijo, en su vejez y para el que figuró varios años como candidato.
«Es preferible recibirlo cuando uno está en buenas condiciones físicas», indicó, ya que ahora le cuesta viajar. Y explicó cómo el aeropuerto de Madrid le pareció inmenso, mucho más grande que cuando antes viajaba.
Cuando recibió en noviembre la noticia del premio pensó «que podía ser un invento de Don Quijote en uno de sus extravíos», hasta que se lo dijo el ministro de Cultura español, Miguel Iceta. «España ha sido muy importante para mí, casi desde niño», aseguró.
De poesía y de Cervantes habló el galardonado con los periodistas, a los que agradeció con humor haber ido a «intimidarle».
Para Cadenas, la poesía está en el lenguaje de Cervantes. Tras recordar el título de un libro que escribió María Teresa León, esposa de Rafael Alberti, «Cervantes, el soldado que me enseñó a hablar», aseguró que «ojalá se ocuparan también hoy de eso los soldados».
Y recordó cómo el lenguaje de Don Quijote le «embriagó» desde que tenía 14 años, aunque fue unos años después cuando pudo leerlo con otra perspectiva: «Muchas de las expresiones de ese libro son poesía involuntaria».
Según el autor, la poesía está en todas las demás artes, como el teatro, la pintura o la música, aunque a veces no está en el poeta.
El escritor venezolano hizo un llamamiento a la sencillez en la escritura explicando una frase del Quijote que enseña siempre a sus alumnos, una en la que Maese Pedro le dice a un joven que habla de forma «muy fina»: «Llaneza, muchacho, no te encumbres que toda afectación es mala».
También aconseja a sus estudiantes que no busquen la fama, ya que para «el escritor y el poeta su centro tiene que ser la creación, olvidarse de todo lo demás».
Su intención es seguir escribiendo aunque lamenta que tiene mucho material que debía haber publicado hace 40 años pero que por falta de interés por su parte «se quedó en las carpetas». Lleva dos años intentando publicarlo en Venezuela «no porque tenga mucho valor sino para conservarlo, porque suelto se pierde».
Y confía en que pueda publicarse ya que está listo para imprimir, mientras que hay otra gran parte manuscrita, algo que le abruma porque es muy difícil que alguien le ayude ya que a veces no sabe qué ha escrito: «Con la vejez se va perdiendo la letra, a veces escribo una palabra y no entiendo qué dice».
De su obra, el poema más publicado y traducido en su carrera ha sido «Derrota», algo que siempre le ha sorprendido porque «descorazona un poco», un texto que intentó compensar con «Fracaso», pero que tampoco resultó muy alentador, admitió.
Destacó que en este momento en Venezuela, especialmente en Caracas, pero también en el interior del país, hay un movimiento poético muy importante.
Cadenas, que finalizó el encuentro con la lectura de un poema, pidió a los medios que mejoraran lo que había dicho porque «no es lo mismo hablar que escribir. Cuando uno habla siente que le falta algo, en cambio la escritura no tiene límites».