Lo del Trujillanos FC “ya llegó al llegadero” como dicen, el forfeit o como lo quieran llamar el pasado domingo ante Mineros de Guayana debería ser punto de reflexión para todos los que hacen vida activa alrededor del equipo como responsables, muchas cosas ante una institución que aunque viva bajo la batuta del gobierno regional es un sentimiento de todo el estado Trujillo, es la principal bandera del deporte en uno de los deportes reyes en el planeta.
Bajo el “techo económico”
La falta de gerencia, de liderazgo para comandar una institución que sufre bajo un “techo económico” fue el detonante principal para un hecho que explotó en un día que no debió llegar la situación.
Es una obligación conseguir un plan b o c, son jugadores profesionales, es un trabajo, necesitan de su pago, no hay ninguna justificación, cuando se vive una realidad que semana a semana el bolívar se devalúa. Si no se puede mantener un equipo de fútbol profesional debería venderse, prestarse, alquilarse o lo que sea, pero es vergonzoso todo, la deuda salarial se une a otras situaciones de alimentación, médica, logística, entre otros. Y todo ello sin estar en acción las categorías inferiores que tiene a la vuelta de la esquina sus debuts en los diferentes “torneos inter regionales” (hoy en día con otro nombre), es una situación insostenible si no se tiene el verdadero apoyo económico para ello, salga de donde salga. Hay que ser objetivo.
Mentiras encerradas
Lo del domingo es un reflejo más de las mentiras que hacen ver al fútbol venezolano como uno de los peores del continente, y aunque no crean muchos, son detalles que evitan trascender en todos los aspectos. Trujillanos FC y Mineros de Guayana montan un circo con la “falta de seguridad”, algo totalmente falso. La presión que quisieron ejercer los jugadores ante la falta de pago se les fue de la mano a minutos para el pitazo del “confiscado”. Fichajes no autorizados por la FVF a última hora, lo radical del o de la delgado de la FVF también tiene sus manos oscuras en contra del Trujillanos FC, aprovecharon el momento para pagar alguna factura. En fin, diversas situaciones con una sola verdad que fue el detonante de todo: la falta de pago de los jugadores.
El proyecto mal encarrilado
La situación económica del Trujillanos FC es clara, no hay dinero, pero también es claro que no se trabaje en base a lo que hay, no hay cabeza. El proyecto -con un año sabático sin descenso- desde un principio debió encarrilarse en desarrollar a los futbolistas del estado Trujillo, con un entrenador de Trujillo como Jesús “Tute” Valiente o Carlos “Coco” Lucena que conocen la idiosincrasia del balompié de la región, los beneficios será el fruto a corto, mediano y largo plazo que le generaría recursos y favores al equipo en préstamos, pocos fichajes externos, ajustes salariales acorde al presupuesto y pare usted de contar. Y que haya una verdadera comercialización, en el estado Trujillo hay mucha gente buena, empresarios que quisieran apoyar, pero la clave es la cara de presentación de quien lleve la situación o la gerencia.
Buscar solución urgente
Lo hecho, hecho está, lo importante es que se busque una solución, que se abra el compás, que el Trujillanos FC siga bajo su “techo económico” pero que ande encaminado, que no haya deudas, que haya atención integral general, que se involucren todos los que de una u otra manera quieren apoyar. Llegó el momento de dejar a un lado la mezquindad, lo político y lo radical si de verdad hay corazón con respecto al equipo. Debe darse un cambio gerencial completo, en lo deportivo netamente trujillano y estamos seguros que los frutos se recogerán pronto. “No hay peor ciego…, ni que lo fajen chiquito”.
LA FRASE:
“Si no se puede sostener un equipo profesional, vender, prestar, alquilar, regalar o lo que quiera es mejor que presentarse con la actual situación”
EL DATO
El desastre del protocolo del circo de los árbitros y el o la delegado de la FVF, permitió que salieran los clubes, se entonara el himno, se sorteara el campo para luego salir con lo de la “seguridad”, es increíble.