¿Qué hace la AN 2015?, no se le ve en el foco de la lucha y sus prioridades para rescatar a Venezuela

 

Por: Luis A. Villarreal P.

Porque Guaidó —que funge como su presidente— destacó el nombramiento que recién ha hecho de las comisiones que ‘deberían’ organizar el trabajo estructurado del órgano legislativo ‘legítimo’ que sobrevive desde el 2015, es pertinente hacer referencia a estos nombramientos considerando el desempeño y utilidad de las citadas comisiones frente a la crisis política que padecemos.

Entendiendo que el transcurrir del tiempo nos ha demostrado que no hemos avanzado sino retrocedido en el propósito de rescatar a Venezuela, debemos preguntarnos por el accionar de la AN 2015.  En qué invierten sus esfuerzos. Sobre todo sin perder de vista que el foco de la lucha es zafarnos del gobierno cuestionado, toda vez que por su intermedio no vendrán las soluciones que devolverán el bienestar y el progreso de la nación.

Si esperamos que al ablandar o quitar las sanciones los problemas empezarán a resolverse, estaríamos en un error, porque el régimen sería el único beneficiado. Ya hemos destacado que las sanciones por sí solas tampoco desactivan ni cambian el gobierno, porque este tiene lo necesario para seguir ejerciendo el control. De allí que es ilusorio contar conque el oficialismo otorgará beneficios reales a la oposición negociadora a cambio de evitar sanciones.

En medio de esta tragedia e impotencia, ¿qué papel desempeñan esas comisiones de la AN 2015? Aunque suponemos que quienes las integran y representan de buena fe no disponen de suficientes recursos para fiscalizar, diagnosticar o buscar las soluciones respecto al objeto de cada comisión —lo que, debido a las circunstancias, carece de sentido alguno y es pérdida de tiempo—, creemos que mejor deberían enfocarse en las tareas que implican rescatar el poder político e institucional del país.

Guaidó, ceremoniosamente, quiso cumplir con el artículo 27 numeral 11 del Reglamento de Interior y Debates de la Asamblea Nacional, al designar  presidentes y vicepresidentes de las 15 comisiones permanentes para el ejercicio legislativo 2022-2023.  Encargadas de:  Política Interior, Política Exterior, Soberanía e Integración; Contraloría; Finanzas y Desarrollo Económico; Energía y Petróleo; Defensa y Seguridad;  Desarrollo Social;  Cultura y Recreación; Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático;  Pueblos Indígenas; Medios de Comunicación; Ciencia, Tecnología e Innovación; Cultos y Régimen Penitenciario; Familia; Administración y Servicios.

Pero aún suponiendo que simplemente es un requerimiento de la AN que conviene tener ‘al día’, y dando por sentado que sí trabajarán para satisfacer las funciones de las comisiones, insistimos que es pérdida de tiempo de ese capital humano frente a la verdadera crisis, donde debería estar aplicado; trabajando por la Unidad opositora, incluyendo instituciones y gremios, exigiendo la intervención de los organismos multilaterales.

Guaidó, que representa un gobierno interino, tampoco ha dado explicación —y debería— sobre cuáles son los quehaceres, el denuedo, de esa burocracia ejecutiva y  gubernamental paralela que preside, en función de la prioridad que reclama el país.  Se le ha visto —como lo había anunciado— en la promoción de actividades de protesta de calle, pero eso dista mucho de interpretar lo que la nación, las circunstancias están clamando: Unidad para programar las acciones, para hacerse responsables de Venezuela.

Cuando leí que el cuestionado llamaba al diálogo, pensé que se refería al de México. Pero no, era al ‘necesario’ diálogo en el exabrupto y barbarie que el presidente ruso realiza en Ucrania. El mencionado expresó: «Venezuela rechaza el agravamiento de la crisis en Ucrania producto del quebrantamiento de los acuerdos de Minsk por parte de la OTAN. Llamamos a la búsqueda de soluciones pacíficas para dirimir las diferencias entre las partes. El diálogo y la no injerencia, son garantías de Paz».

Lo que queda a los venezolanos, lamentablemente, es más espera. Carnaval, Semana Santa, y lo que vaya sucediendo en Europa, porque es prioridad de los países democráticos del mundo establecer un precedente de respeto al derecho internacional, y a la idea misma de civilidad a la que estamos obligados en la proyección de la especie humana y sus valores.

Se trata de enfrentar a un troglodita que ya ha amenazado a otros países por su crítica y rechazo a sus diabólicos pasos contra una nación soberana que desea dirigirse a sí misma sin importar quienes sean o quieran sus vecinos fronterizos. Con esta acción brutal Putin tratará de intimidar y amenazar al mundo libre usando la fuerza, incluso hipersónica y nuclear. Es un gran compromiso el que ahora tienen que asumir —una vez más— los defensores del bien sobre el mal, los baluartes de la libertad contra la arrogancia de dominación autoritaria; gestionando a través de la ONU, UE, y la OTAN.

Pese a las circunstancias que colocan a Venezuela fuera de las prioridades internacionales, la Oposición debe trabajar en función de la Unidad y acordar un programa impostergable de acciones.

 

 

 

 

 

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