Putin cree posible la cooperación con Biden pero sin grandes avances

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San Petersburgo/Madrid, 5 jun (EFE).- El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se mostró el viernes escéptico sobre los resultados de la cumbre que mantendrá el próximo día 16 en Ginebra con su homólogo estadounidense, Joe Biden, de la que no espera «grandes avances», aunque ve margen para la cooperación en áreas de interés común.

En una entrevista telemática con los máximos responsables de las agencias internacionales de noticias, entre ellas la Agencia Efe, Putin expresó además su deseo de que los países europeos reconozcan la vacuna anticovid rusa Sputnik V, que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aún no ha autorizado.

POCAS EXPECTATIVAS

Putin, que en menos de dos semanas se reunirá con Biden en la ciudad suiza, minimizó las expectativas acerca de la posibilidad de que ambos líderes logren progresos decisivos para mejorar las relaciones entre Rusia y EEUU, que se encuentran en su punto más bajo en décadas.

«No espero grandes avances como resultado de esta reunión. Pero creo que pese a las divergencias, que no fueron creadas por la parte rusa, quiero decirlo, hay intereses coincidentes».

Entre las áreas de interés común, el líder ruso mencionó la solución de problemas ambientales, la seguridad estratégica o una serie de crisis regionales.

«Esto es muy importante porque tiene que ver con la seguridad de nuestros países», añadió el mandatario ruso.

Teniendo en cuenta que el tratado Nuevo START, prorrogado a principios de 2021 por cinco años por Putin y Biden, es el único de desarme nuclear aún vigente entre ambas potencias, Rusia considera una prioridad el diálogo con EEUU sobre la estabilidad estratégica.

«La estabilidad estratégica es extremadamente importante. No pretendemos asustar a nadie con nuestros nuevos sistemas de armamento. Sí, los desarrollamos y conseguimos determinados resultados y éxitos, pero todos los países, todas la potencias militares lo hacen. Simplemente estamos un paso por delante», dijo.

«Entendemos que países como EEUU y otros estados tarde o temprano llegarán a resultados análogos. Por eso, me parece, es mejor ponerse de acuerdo con antelación sobre cómo vamos a vivir juntos en un mundo cambiante», sostuvo Putin.

El presidente ruso y el estadounidense también abordarán en la cumbre la lucha contra la pandemia del coronavirus.

DEFENSA A LA VACUNA RUSA

Rusia, que suministra su vacuna Sputnik V ya a 66 países, no quiere oír hablar de que utiliza el preparado como arma o instrumento geopolítico para aumentar su influencia en América Latina, Oriente Medio y otras regiones frente a EEUU y Europa.

Putin calificó de «tontería» estas afirmaciones, que atribuyó a la «competencia» y a quienes no pueden reconocer que Rusia no solo es un país de recursos, sino también uno con un alto nivel de educación y con destrezas tecnológicas.

Aseguró que Rusia no se rige ahora mismo por las ganancias a la hora de suministrar su vacuna estrella, sino por «motivos humanitarios».

El presidente ruso criticó el retraso en el registro de la Sputnik V en Europa, al afirmar que los expertos han confirmado una eficacia del 97 % de la vacuna y Rusia tiene «todos los fundamentos para decir que tenemos pleno derecho a ofrecerla».

«Y si el país la acepta es cosa suya», recalcó. Recordó que países pequeños y medianos -entre ellos Eslovaquia y Hungría- han optado por el preparado ruso sin esperar a la autorización de la EMA.

También dejó claro el motivo por el cual, a su juicio, hay «aplazamientos» en el registro de la vacuna rusa en Europa.

Eso está «vinculado con los intereses comerciales» de los fabricantes, porque así «ganan tiempo» frente a los competidores y ocupan ya el mercado con contratos de suministro de largo plazo.

Pese a ello defendió la validez del preparado ruso y la necesidad de que sea aprobada en Europa.

«Sería mejor que los reguladores europeos reconocieran que las personas que están vacunadas con nuestras vacunas no tienen ninguna diferencia con las que fueron inoculadas con la de Pfizer u otras vacunas», señaló el jefe del Kremlin.

En cuanto a la apertura de las fronteras rusas con más países, en particular España, Putin sostuvo que en septiembre próximo Rusia habrá vacunado al 60 % de la población y que «entonces vamos a hablar del acceso más amplio a nuestro territorio».

«Y entonces nuestros ciudadanos podrán viajar más ampliamente a otros países, incluido a los europeos».

Rusia, que ya ha abierto fronteras con más de 30 países, ha vacunado hasta ahora poco más del 10 % de su población de 146 millones de habitantes con la pauta completa.

SU APOYO A LUKASHENKO

Putin también justificó su respaldo al presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, tras el desvío forzoso del avión comercial europeo el pasado 23 de mayo para detener a un periodista opositor.

«Me explicó (Lukashenko) que no aterrizó (forzosamente) aquel avión y que hubo un aviso de bomba a bordo. Y el piloto que podía aterrizar el avión en Vilna (…), decidió hacerlo en Minsk», dijo.

Putin volvió a recordar el caso ocurrido en 2013 cuando Austria, a petición de EEUU, detuvo el avión en el que viajaba el presidente de Bolivia, Evo Morales, por la sospecha de que el exanalista de la CIA Edward Snowden se encontraba a bordo.

El líder ruso se preguntó por qué en Viena se puede detener un avión de «un país independiente» y no se puede desviar un avión en Bielorrusia cuando se recibió un aviso de bomba.

UNA OPOSICIÓN DENTRO DE LA LEY

Asimismo, Putin se defendió de las críticas de Occidente sobre la continua reducción del espacio para la oposición y la crítica en Rusia, al afirmar que ésta tiene todo el derecho a llevar a cabo sus labores políticas siempre que respete los marcos legales.

Sostuvo además que existe «un gran número de cadenas de televisión», con «posiciones muy críticas» y que las discusiones políticas en Rusia «son muy libres».

El mandatario cuestionó el interés de Occidente respecto al líder opositor ruso, Alexéi Navalni, que cumple una condena de dos años y medio de cárcel por un antiguo caso penal, y la calificación de Moscú a varios medios como «agentes extranjeros».

En este contexto, Putin puso en duda que se cuestionen las relaciones entre el Estado y la oposición no sistémica rusa y no se haga lo mismo respecto a la oposición de otras naciones.

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