PUEBLO Y POPULAR NO SON LO MISMO[1] | II PARTE | Por: Nelson Pineda Prada

 

Vivimos en tiempos en que la “dictadura” del concepto ha sido impuesta. El sentido común, como herramienta del conocimiento, ha sido estigmatizado a tal punto que es considerado como contrario al saber científico. Poner a los conceptos a hablar por nosotros, es sinónimo de persona culta; apelar al sentido común, es su antónimo. La erudición de una persona se mide por el manejo que hace del concepto.

Desde hace unos cuantos años viene seduciéndonos la idea de encontrarle respuesta al por qué el pueblo, como concepto o categoría, ha prácticamente desaparecido  en el vocabulario del análisis sociopolítico. Nos llama la atención, asimismo, el por qué algunos vocablos que tienen su origen en la palabra pueblo, o hacen referencia a él, han sido sometidas a un alto grado de estigmatización: Populismo, popularismo, popular, popularización, populacho, etc.

Geneviève Bollème, dice que…; hoy en día tendemos a emplear el vocablo ‘popular’  como un nombre y a emplearlo con mucha mayor frecuencia que la palabra ‘pueblo’, a la cual se refiere,…  Dice, asimismo que: Hablar del pueblo es llamar a los hombres a reunirse y a ponerse en posición (tomar posición), a movilizarse por y en nombre de la historia; a ponerse en posición como nación;…

Ahora bien, la pregunta que debemos hacernos es: ¿por qué con el adjetivo popular se ha sustituido su nombre original, es decir a pueblo? Ello no es, a nuestro entender, una casualidad. No podemos ignorar que pueblo y popular son categorías políticas; y que como dice la autora citada, con ellas y por ellas se fabrica la política, la ciencia y la conciencia políticas; en efecto, son términos que movilizan, secretores de la movilización, y que no se les puede emplear inocentemente.

Como afirmamos, en la entrega anterior, el pueblo es la facultad que tienen los seres humanos de verse representados en el mundo que lo rodea y, a su vez, representarse a sí mismo en dicho mundo. Es una forma de representación que algunos han denominado como conocimiento representativo,  el cual es adquirido a través de los sentidos y por los conceptos que elabora en el desarrollo de su pensamiento. Pues bien, ese mundo es el entorno social en que se desarrolla la actividad humana, la acción social de los seres humanos. Acción a partir de la cual el pueblo construye su “sistema social”; el cual es, a la vez, un sistema político, económico, cultural, histórico, jurídico, estético, psicológico, técnico, religiosos, etc., en el que el pueblo es el sujeto fundamental de la vida social de dicho sistema. Mientras que, popular es la valoración que se hace del pueblo y de sus acciones, en tanto que ser social.

En el tiempo presente la palabra pueblo tiene un significado y un significante muy distinto al que se le otorgaba en el pasado, incluso al que le otorga el pensamiento heredero de la modernidad occidental. Pueblo no hace referencia exclusiva a habitantes, multitudes, masas, porque no es el número el que determina políticamente al pueblo, sino la manera en que éste se reúne”. Ya que, el pueblo, el populus, son, repitámoslo, los hombres que habitan juntos, es el grupo en sí mismo, el núcleo de un discurso y de un juego político.

Como decimos al comienzo de éste texto, para nosotros lo popular no puede ser desligado del pueblo, hacerlo significa descontextualizarlo, despojarlo de su enorme potencia conceptual; igual ocurre con el concepto de soberanía, no estamos hablando de ella como procedencia divina, hablamos de soberanía como autonomía, como libre determinación de los pueblos para organizarse y funcionar de acuerdo a su libre proceder, hablamos de soberanía como independencia, como emancipación, como libertad plena. Pueblo y soberanía son dos conceptos que marchan juntos en una verdadera democracia. Por ello, el concepto de pueblo trasciende al de ciudadanía, que es otro concepto con el cual se le ha sustituido. El pueblo detenta la soberanía popular, mientras que el ciudadano es el pueblo en ejercicio de sus derechos civiles y políticos.

[1] El presente artículo es la II Parte de un ensayo que estamos elaborando titulado: EL PUEBLO SIN ESTIGMAS: Estudio sociopolítico.

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