Pueblerías | DOÑA GERBASIA | Por Gonzalo Fragui

DOÑA GERBASIA
No hubo un día que Doña Gerbasia dejara de visitar la medicatura de Mucutuy. Mi madre la atendía amablemente y con resignación, ya que Doña Gerbasia había tomado la costumbre de ir a la medicatura como quien va diariamente a misa.
Al comienzo mi madre le daba una aspirina y le conversaba un rato. Doña Gerbasia poco a poco iba sintiendo mejoría mientras se enteraba o difundía las novedades del pueblo.
Un día, mi madre le cambió la aspirina por una vitamina C. Doña Gerbasia ni se enteró del cambio de tratamiento ya que la mejoría llegaba inmediatamente después de la pastilla y de un rato de conversa.
Qué iba a saber mi madre que estaba aplicando un tratamiento médico que habían inventado los griegos hacía miles de años y que en algunos casos resulta infalible, la logoterapia.
Lo que no se ha podido descubrir todavía, a pesar de los adelantos de la ciencia, es esa extraña enfermedad que aquejaba a Doña Gerbasia, quien al llegar a la medicatura y, casi desplomándose, exclamaba:
– ¡Ay, Doña Carmen, traigo un dolorcito de cabeza por todo el cuerpo!.
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