Las manifestaciones en plena Panamericana se iniciaron ayer desde tempranas horas, no habiendo paso para ninguno de los extremos de la vía donde se han apostado vecinos y encapuchados en varios puntos, especie de alcabalas, vecinos enardecidos que reclaman la venta de alimentos y atención de los Clap, poblaciones donde además al igual que en otros municipios manda la especulación ante la indiferencia de las autoridades. Al cierre se producían fuertes enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden público.
Desde el pasado jueves 4 de enero cuando se produjo la toma de la Panamericana por vecinos y personas enardecidas que reclamaban alimentos, se ha vivido en el Municipio una situación tensa, más cuando ese día fue saqueado un camión cargado de pollos, y se intentó tomar otros vehículos, al no tener los manifestantes ninguna respuesta de los señores del gobierno en relación a la principal petición de los huelguistas que les envíen alimentos, pues en las bodegas no hay nada, añadiendo a esto que la entrega prometida por los Clap, se quedó en promesas, tanto de los que son responsables de la entrega como del Alcalde y el responsable del programa de alimentación en la entidad, según manifestaron los huelguistas, el mayor Germán Ojeda.
Ayer la situación se agravó, pues en la vía mandan los manifestantes, y se volvieron a asomar los conatos de saqueos a los vehículos que se atreven a cruzar la vía, en lo que corresponde al municipio Bolívar, Sabana Grande y Granados, lugares donde tuvimos acceso gracias a los vecinos enardecidos, según lo manifestaron porque tienen hambre y nadie les atiende sus peticiones.
Un punto de control vecinal está en el sector San Miguel, otro en la entrada al Campamento, otro en La Quebrada Los Hoyos y otro en la salida de Granados.
El punto de la fuerza pública está ubicado en la primera entrada de la vía a La Ceiba, donde se encontraban numerosos vehículos estacionados, retenidos por la policía en previsión de que no sean saqueados por los vecinos que piden comida.
Dificultades para cumplir nuestro trabajo
Los periodistas tuvimos dificultades con la policía que no nos dejaba pasar, sucediéndose un cruce de palabras con los efectivos, pues el único interés era pasar al lugar del conflicto, nos costó más convencer a los efectivos policiales que nos dejaran pasar, que a los vecinos que con cabuya trancaban la vía, al igual que la amenaza de lanzarle piedras al vehículo en caso de no atender la orden de paro, que existía en la Alcabala vecinal.
Los manifestantes encapuchados accedieron a que les tomáramos fotos, señalando que no son ningunos delincuentes, lo que queremos, expresaron, es que nos envíen alimentos, “la policía nos persigue por reclamar un derecho”.
En el terreno ubicado a orillas de la entrada a la vía a La Ceiba, La Encrucijada, observamos numerosos efectivos policiales y de la Guardia Nacional, esperando tal vez el resultado de las conversaciones que al parecer sostenía el mayor Ojeda con vecinos del municipio Bolívar.
Voces de la protesta
No hay ley
Definitivamente no hay ley para los especuladores y bachaqueros, los cuales venden los artículos de consumo como a ellos les viene en gana, hoy tienen un precio y mañana otro, por ejemplo dijeron los vecinos, un kilo de arroz está en 140 mil bolívares, la harina precocida un kilo en 80 mil bolívares, se añade a esto para hacer la vida más dificultosa, la desaparición del efectivo, añadiendo a esto que todos los comercios no tienen punto, lo que también contribuye a la situación que ha llevado a la paralización y protesta vecinal.