“¿Qué está haciendo José Vásquez (gobernador de Guárico) para combatir la hambruna con ese decreto que prácticamente es una confiscación de nuestra producción?”, cuestionó un productor agropecuario del estado, que prefirió no ser identificado. “Es la pregunta que tiene que hacerse el gobierno y el resto de Venezuela. ¿De qué manera el gobernador va a fomentar la producción? La hambruna va a persistir si no nos permiten trabajar”, aseguró.
La pasión por su profesión la lleva en la sangre: es hijo, nieto y bisnieto de productores. El también agrónomo, con más de 20 años de experiencia acumulados, expresó que está preocupado. “Yo pienso en mi familia, en mi pueblo y en mi estado. Mientras yo produzca ellos estarán bien, pero si no tengo la posibilidad de producir y, además, me cortan las alas y me trancan el juego, yo no me siento bien”.
El decreto establece que los productores deben vender 30% de la comercialización de ganado y 20% de la producción de queso del estado a organismos de la región a un precio regulado que, según el presidente de Fedeagro, Aquiles Hopkins, no fue acordado sino impuesto. Decretos similares fueron promulgados por gobernaciones y alcaldías de los estados llaneros Barinas, Apure y Cojedes.
El productor relató que hoy, en los mataderos de los municipios de Guárico, no hay ni una res que sacrificar porque hay una situación de desconfianza. “El gobernador se estrenó con ese decreto. Vino a hacer una cuestión populista que ha traído caos”.
Añadió que tuvieron una mala cosecha de maíz debido a que los insumos no llegaron a tiempo. “¿Si ya perdimos con los cereales, vamos a seguir perdiendo con el ganado? No me explico cómo uno se mantiene en el campo, quizás por la pasión por la actividad ganadera y agrícola”.
Otro productor de Guárico aseveró: “Me siento con ganas de tirar la toalla y así están 99% de los productores”. Describió la profesión como una labor titánica por el esfuerzo y trabajo que realizan.
Afirmó que el decreto de la gobernación y replicado por las alcaldías provocará que los mercados se queden sin comida. “A pesar de que la producción continuó, no hay comercialización debido a que nadie va a mandar un camión con ganado a los mataderos porque saben que le quitarán 30% a un precio regulado y para que sea distribuido por los CLAP”.
Todas las alcaldías se convirtieron en los centros de acopio de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, apuntó. “Me siento decepcionado por este sistema político que destruye y que nos ha llevado a la ruina moral, económica y social”. Recordó que hace nueve años el Estado le expropió a su padre una finca productiva que levantó con un esfuerzo de más de 40 años.
Los problemas que afectan la producción son la escasez de insumos, el control de precios y la inseguridad, para el personal, los animales y los bienes, refirió.
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