Estoy proponiendo a un grupo de amigos, organizar para el mes de febrero del 2023, la realización del Primer Congreso de trujillanos felices, ¿Cómo lo lograron? Me llama la atención que vivimos en una sociedad que destaca hasta más no poder, el drama, el sufrimiento, el ayayay. La queja es el pan nuestro del día a día. Tenemos eventos sobre el suicidio, el cáncer de mama, el embarazo en adolescentes, qué hacer con el coronavirus, y pare usted de contar.
Son temas de suma importancia porque nos llaman a la reflexión y prevención, el pero es que nadie nos está orientando hacia el Siglo de la Inteligencia Emocional para vivir en mayor bienestar mental…
Este Congreso de trujillanos felices, es un importante espacio para tomar conciencia que si nos lo proponemos es nuestra responsabilidad construir lo que hoy llaman fortaleza emocional, que está relacionado a entrenarnos para responder los vaivenes de la vida, asumir las adversidades como retos a superar y no como problemas que nos agobian y que son difíciles de solucionar…
Cómo somos los valeranos
50 años en el mundo de la cultura popular y el trabajo social, me han permitido conocer parte de esa alma valerana donde sobresale la generosidad como uno de sus grandes tesoros espirituales. Le encanta ser útil, hacer el bien a otras personas…Es enemigo de toda injusticia, especialmente si esta se comete con personas más débiles…La convivencia es otra de las virtudes de los valeranos, expresa en ese corazón para trabajar en equipo, programar espacios que sirvan de reencuentro (iglesias, actividades culturales y deportivas).
Siempre sensible a los demás
Nuestra comarca fue poblada en sus inicios por el alma campesina, esos seres trajeron hermosos aprendizajes de vida de las zonas rurales. Le acompañan sentimientos de lo bueno, lo hermoso, lo justo. A pesar de las grandes adversidades vividas en los últimos tiempos, el valerano conserva grandes principios y valores humanos y espirituales. Humilde en su accionar diario. No aparenta ser otro, siente inmenso regocijo por lo que ya es. A los fanfarrones los manda bien lejos a lavarse ese…palto.
Pueblo de sabios
Tenemos hermosas comunidades que pocos son valoradas en su accionar social y cultural…Valera es mucho lo que puede aportar en grandes aprendizajes en valores humanos, en resiliencia (cómo salir de las peores situaciones y aprender de ellas). Existe una riqueza en historia local más que admirable y que todos los domingos el Diario de los Andes está difundiendo. Maravillosas vivencias o algo así como ser el terruño donde nació el primer periódico de la Región andina en 1900; una guara, diría un caroreño.
Hay constancia porque hay pasión
La constancia en el alma valerana es otro de sus grandes virtudes. Constancia, perseverancia y pasión van de la mano… Caer, levantarse y siempre seguir adelante es otra característica de nuestra gente, el ejemplo del Ateneo de Valera en esa ardua lucha por devolverle a la ciudad su gran casa de la cultura arrebatada por la fuerza militar, es más que admirable.
Lo bueno del valerano…
En su gran mayoría no guarda rencores, sed de venganza, de castigar a quien puede haberle hecho daño…Le encanta encontrarse con los demás, por eso vemos las amenas conversas en cualquier esquina. Eventos culturales y sociales, en la Sociedad anticancerosa, en las universidades, en instituciones públicas y privadas, los domingos las iglesias se llenan de feligreses…Cultiva el sentido del humor de manera impresionante, creo que ningún otro pueblo trujillano le gane en eso de quitarle poder al drama a través de la respuesta humorística…
Es buen conversador…
Y conversaciones de altura, no de es “chiguire” como dice mi amigo Toñito Valero…Y hablando de palabras, debemos de tener gran cuidado que lenguaje utilizamos en el día a día. Las palabras que usamos dicen como está nuestro mundo interior. Y aunque usted no lo crea; creamos emociones y acciones a través de las palabras. Nos sentimos bien o en malestar de acuerdo a lo que nos decimos y le decimos a los demás…
Qué palabras quieres entonces utilizar: palabras agradables nos llevan a sentirnos en paz y armonía con nosotros mismos. Palabras desagradables; nos llenan de temores, intranquilidad, comportamientos negativos. Las palabras que utilices con mayor frecuencia se convierten en lo que eres; algunos se preguntarán, ¿y yo por qué llevo tantas vainas?, trabaja la auto observación y toma conciencia que cosas te dice a ti mismo (diálogo interior) y que le dices a las demás personas; por ahí vienen los tiros, decía mi abuelo Domingo…
Alfredo Matheus
Cronista popular
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