Primarias venezolanas son un reto: la atmósfera electoral se calienta y polariza | Por: Luis A. Villarreal P.

 

Luis A. Villarreal P.

Tensa está la situación antecedente de los comicios electorales. Hay dos movimientos  tirando de la cuerda a ambos lados de la raya, ninguno pareciera querer pisarla, mucho menos pasar de un lado al otro de la misma, sosteniendo a duras penas las enconadas predisposiciones —simplemente porque no ha llegado el momento— al parecer firmes e irreductibles en ambos bandos.

El oficialismo obscenamente tratando de escoger el candidato opositor a su gusto y conveniencia, y la oposición democrática muy dispuesta a allanar el camino hacia la Presidenciales con quien gane en las Primarias

Aunque voceros del oficialismo confirman impúdicamente las inhabilitaciones como un hecho irreversible, por cuanto esa es su arma ‘reglamentaria’ a ser usada en el duelo contra la Oposición democrática; esta; sin dejarse amedrentar, tal vez con la corazonada provenida del creciente y descomunal rechazo al continuismo del poder en las mismas manos por otro período presidencial; reafirma las Primarias como el punto de inflexión, por cuanto a través y a partir de ellas será legitimado y reconocido en el orbe el liderazgo democrático de nuestra Venezuela.

El objeto de las Primarias no es simplemente definir la candidatura opositora antichavista para los comicios 2024, sino también destacar los líderes acompañantes de la misma en mancomunado equipo; todos revestidos de talante democrático y autoridad popular para intervenir como interlocutores legítimos ante organismos multilaterales y gobiernos demócratas. Ese equipo en ciernes será el encargado de acentuar la beligerancia necesaria para exigir las Elecciones Libres y el respaldo democrático mundial a tal efecto

Las Elecciones Libres no serán como las realizadas hasta ahora, sino peculiarmente diferentes. En pos de ellas se han de forjar esfuerzos y esperanzas con la irrenunciable finalidad de alcanzar mejores condiciones electorales como nunca antes:

— Rectores probos y confiables al frente del ente comicial, sin vínculos oficialistas; participación logística y de seguridad muy bien definida; delimitación de posibles intervenciones judiciales; ‘Inhabilitación’ de las inhabilitaciones políticas, sin excepción; por sobre todo, un Registro Electoral aceptado por los contendientes, con la forma de votación más seguro y verificable; derecho a acompañar el acto de sufragio y escrutinio, y a reclamar el respeto a los resultados, libremente y sin retaliaciones; precisar la observación de organismos multilaterales especializados en secuencias y niveles clave del proceso eleccionario; entre los aspectos más importantes.

Lógicamente, alcanzar esas condiciones también requiere de la movilización y exigencia por parte de organismos y países que puedan presionar; asimismo, e indispensablemente, de una Oposición ávida, sin puntos ciegos, con voluntad política y estratégica, sin desestimar desde luego el poderío, la capacidad ventajista del adversario.

Aparte de las inhabilitaciones, el oficialismo legislativo ha anunciado un paquete de leyes sacado de la manga, normas destinadas al blindaje del ventajismo garante de imposibilitar a la Oposición en sus  propósitos y desempeños electorales. A través de ellas pretenden reducir al mínimo las posibilidades del triunfo opositor. Será un filtro ultra eficaz colocado  en el CNE y organismos concomitantes, propendientes a controlar todo el proceso comicial.

Se aviene por parte de la AN oficialista la selección de los rectores del CNE de entre los postulados, muchos de ellos con experiencia en dichos cargos y otros con fervientes deseos de ocuparlos por fin ya que infructuosamente lo habían intentado y permanecían en cola, bajo la mirada del riguroso seguimiento oficialista.

Los interesados conforman un enjambre de ególatras burócratas a quienes se confiará la suerte del voto de los venezolanos, según exigencias continuistas; por ello se abren paso abierta o subrepticiamente hacia la panacea del adictivo panal donde escurre la miel del poder por el poder; organismo estratégico donde solo tiene acceso la ‘profesionalidad’ del más apto para acoplarse a las vicisitudes o contingencias del proceso pretendiente de reelección indefinida.

Al festín se acerca una lista de gente reconocida: unos, con descaro, pertenecientes a la tolda reeleccionista; otros, por tener alta docilidad de acuerdo a sus alienados partidos de proveniencia; y por aquellos pertenecientes a la simbiosis régimen-alacranato judicializada.

Frente a esta confluencia de poderes sinérgicamente aplicados en una sola dirección: la reelección continuista; ¿qué esperamos los aspirantes del cambio radical?

Pues aunque no vemos un seguro derrotero, porque de la mesa de negociación en México, cuyo objetivo era lograr mejores condiciones electorales a cambio de supresión de sanciones, evitado cómodamente por el reeleccionismo, se esperan con expectación circunstancias favorables a la fisura y quiebre de ese bloque de poderes y ventajismos con la acción y coraje del pueblo.

 

Renunciar ¡No!… cumplir, Sí

 

Compromiso asumido

debe ser honrado. Es preferible.

Cunde el desconfío.

La lucha lo prescribe:

los problemas no obligan a rendirse

 

sino a solucionarlos.

Estando en la trinchera de Primarias

abandonar es trágico:

la lealtad se opaca,

las explicaciones no aclaran nada.

 

Socavar la consulta

al electorado venezolano

no es perfil de conducta

deseosa del cambio,

sino de quienes quieren evitarlo;

 

porque están temerosos

de un gobierno que promueva

                                   [justicia;

el deber de todos,

contra la desidia,

impunidad y anti soberanía.

 

                            L A V P

 

Por ahora estamos afianzados en las Primarias y las condiciones prometedoras a generarse desde las mismas; principalmente, cuando la idea es allanar el camino con el liderazgo resultante de  la consulta democrática interna. Sin alardear, es bastante prometedor; pues el aglutinante apoyo popular a las precandidaturas por el cambio radical se ve vertiginoso y decidido; sobre todo con la predeterminación y coraje de jugarnos el resto, como decimos algunos; sin importar las tiránicas prácticas de dominación cubano-nicaragüenses aplicándose ya en Venezuela. Todo esto tiende a recalentar el ambiente de lucha ya polarizado entre fuerzas desiguales, siendo atronadoramente superior la del pueblo, por el cambio necesario.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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