Primarias venezolanas: ponen a prueba la responsabilidad de quienes se comprometieron a sacarlas adelante | Luis A. Villarreal P.

Luis A. Villarreal P.

Ya se ha dicho mucho sobre las circunstancias en las que se mueven las Primarias, y observamos el cumplimento de las amenazas para restringir su realización, paso a paso. Constatando los ínfimos o infructuosos resultados en el afán de socavar u obstaculizar, de desmotivar y torcer el rumbo del proceso comicial interno, se esperan más reacciones del régimen, según se le vaya poniendo dura la situación tendiente a sembrar flaqueza o rendir a sus organizadores, e incluso a las precandidaturas participantes.

Es conocida la búsqueda insistente de otra alternativa negociada, con tal de evadir o impedir el resultado electoral con participación abrumadora del pueblo en su firme decisión de legitimar y empoderar al nuevo liderazgo.

Las dificultades de logística en el seno de las Primarias; incluso un posible resultado estrecho de las mismas en comparación al enorme caudal de oposición; le será facturado al oficialismo y a los partidos dedicados a impedir la legitimación del liderazgo opositor, firme y austero, tal como lo requiere Venezuela y su recuperación

Es lógico atribuir y contabilizar las culpas a quienes han actuado contra la práctica democrática en las Primarias. La negativa oficialista a cooperar y facilitar su realización, y promover la participación ciudadana, debe ser señalada como perjudicial a la democracia. Igualmente, sus aliados, aún aparentando ser opositores dentro del proceso interno, deben ser tratados de la misma manera, con el agravante de deslealtad y traición, culpables del sufrimiento sistemático del pueblo venezolano.

Haber negado toda ayuda a la Comisión Nacional de Primarias, desde la utilización de recursos del CNE sin comprometer la autonomía del proceso interno y la protección de los participantes; impedir el uso de los tradicionales centros electorales en centros educativos; la utilización del Registro Electoral Permanente como información de uso público; posiblemente la seguridad necesaria en los centros habilitados por la oposición democrática; la facilidad de transporte para movilización del electorado dispuesto a luchar por el cambio; las rebuscadas y aviesas críticas al modesto —característico de dificultades— plan de financiamiento de autogestión del proceso interno; la campaña de vigilancia y seguimiento a organizadores y electores orientada a minimizar la participación, sembrando confusión en medios y redes sociales; simplemente, han puesto al régimen al descubierto, y anulará definitivamente su retórica para criticar y descalificar la apoteosis opositora el próximo 22 de octubre 2023, e imposibilitará su deseo de socavar el propósito de seguir realizando la lucha, luchando.

Aunque la Plataforma Unitaria Democrática de Venezuela, sigue advirtiendo su compromiso por el cambio político necesario y la salvación del país, partidos que la integran pudieran desde sus conveniencias muy particulares estar haciendo ‘su trabajo’ en sus personeros ocupantes de cargos en la Comisión Nacional de Primarias, en su máxima representación o en las comisiones estadales; esta suposición sería motivo y explicación de las renuncias acaecidas; en la Comisión Nacional y en los estados Falcón y Cojedes. En general, los argumentos o excusas dadas a conocer, aunque haya otras razones personales,  insisten en lo mismo:  porque dizque no hay condiciones técnicas ni logísticas garantes de la verdadera realización de las mismas.

Estas carencias y limitaciones, perturbos y abusos,  la falta de responsabilidad de los renunciantes, y las ilegales inhabilitaciones, a pesar de todo, redundarán en beneficio del movimiento opositor, cuyo proceso será reconocido con mayor énfasis [por razones obvias] en toda Venezuela y la comunidad internacional. Las amenazas y dificultades fortalecerán las convicciones, y la indeclinable determinación del Pueblo de Gracia hacia las Presidenciales.

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Razones suficientes, para continuar…

 

Ajenas al asedio,

las Primarias prosiguen su camino

sin descuidos ni miedos,

haciendo caso omiso

a las amenazas que de continuo

 

no sólo vociferan

sino van practicando los causantes

de la brutal tragedia,

tratando de salvarse

de su implicación ante la justicia

 

por haber violentado

de insidioso, artero y muy ensañoso

modo, el  erarïo,

el esencial propósito

de paz y ansiado bienestar de todos

 

los hijos de esta Patria

venezolana, hoy profundamente

herida y trastocada

en diversos niveles

sociales y políticos, inermes…

 

                                         L A V P

La 78ª Asamblea General de la ONU, ha discurrido como siempre: en argumentos globales valederos e intentos parcializados de reivindicar o dejar pasar lo cuestionable; no obstante, se atribuye a dicho evento estar en el camino apropiado hacia la prosecución de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

El Secretario General, Antonio Guterres, y otros líderes han señalado la encrucijada del mundo actual: falta de liderazgo para enfrentar los apremiantes desafíos del orbe. La desigualdad, injusticia, crisis climática, autoritarismo vs. declinación democrática, la emigración desbordada, intereses geopolíticos buscando supremacía, instituciones a la zaga de las realidades sociales y políticas.

Entre los pormenores de las diversas alocuciones, destacaron:

La ovación a la intervención del presidente Zelensky contra la invasión y comportamiento ruso en Ucrania, denunciando además al agresor por el uso de su capacidad energética: nuclear, gasífera y petrolera, también su productividad alimentaria, como arma de dominación geopolítica, afectando a numerosos países de varios continentes.

El discurso del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo un enérgico llamado a la organización intergubernamental para hacerle frente a la invasión de Rusia a Ucrania. En tal sentido, sus palabras destacaron:

«Rusia cree que el mundo se cansará y le permitirá brutalizar a Ucrania sin consecuencias. Pero yo les pregunto lo siguiente: si abandonamos los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas para apaciguar a un agresor, ¿puede algún Estado miembro sentirse seguro de que está protegido?».

La representación venezolana en la Asamblea, arguyó de peculiar modo la inconveniencia de las sanciones por cuanto estas»son armas de destrucción masiva», «frenan el desarrollo de pueblos y naciones enteras…». Por ello han solicitado a muchos países organizarse y luchar contra las sanciones que mayoritariamente han impuesto a determinados países la UE y EEUU.

Lo irónico no es que Cuba, rectora del comportamiento castrista socialistoide de Nicaragua y Venezuela, se pronunciara en el mismo sentido, sino observar a sancionados: China, Rusia, Irán, lógicamente abogando por la referida propuesta, pero sin comentar siquiera las razones de las sanciones, porque las mismas no han sido por gusto, sino por los absurdos e irresponsables  comportamientos de los gobiernos sancionados contra sus propias naciones y países afectados.

Muchos gobiernos, temerosos de ver afectados sus intereses, la camaradería pseudo ideológica, o por mera inconsciencia o complicidad de quienes los ejercen, hacen mutis frente a las violaciones de Derechos Humanos, soberanía, ambiente, democracia, la paz y el bienestar, se colocan al lado de gobiernos autoritarios causantes de excesos y aberraciones, como si nada. Esto conceptualiza la falta del verdadero liderazgo, y hace necesario e impostergable reclamar la esencia, el espíritu, de verdaderos estadistas consustanciados y solidarizados con la democracia y el respeto al derecho internacional, sin excusas.

 

 

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