Por: Luis A. Villarreal P.
Sin ánimos de sumar o restar importancia al máximo evento democrático opositor — previsto para el 22 de octubre 2023—, nos corresponde también ser realistas porque las Primarias traen plomo en el ala: Algunos, pensando en mangos bajitos, se saltaron el vital evento democratizador. Contarse y estar ‘unidos’ para legitimar el liderazgo no es parte de su propósito; prefieren ir directo a las presidenciales sin fijarse en la división del voto a favor del verdadero oponente.
Otros —y es de reconocerles esa ‘hidalguía’—, se presentarán a Primarias pero no sin dejar de sacarse los ‘trapitos’; esas trilladas acusaciones que vienen acumulando en lamentable diatriba desdeñosa de Unidad, a la que aún consideran poca cosa; porque primero obstinados y sectarios, y aferrados a sus egoístas intereses, que entender y asumir la prioridad Nacional.
A las circunstancias mencionadas se puede adicionar como detonante e inicio de la refriega —que en todo su estupor está por verse— la actitud que se está asumiendo ante la posibilidad de inmiscuir en Primarias al CNE.
La idea de insistir en la realización de unas Primarias manuales, es un punto álgido que debe aprovecharse, considerando —como dije tiempo atrás— que abstenerse del órgano electoral cuestionado debía ser el primer frente de lucha opositora, excelente ocasión para mostrar un mejor talante, no complaciente, sino más bien de rechazo ante los excesos del oficialismo.
La actitud que se debe asumir frente al CNE, es coherente con la misión que tiene la mesa de Diálogo en México, cual es que a través de las negociaciones —alivio de sanciones por mejores condiciones electorales— se puedan realizar las Elecciones Libres.
Los debates deben ser parte de la contienda opositora, no debe haber excusa para ello. Concurrir a debatir es la mejor forma de dar la cara y mostrar sus aptitudes como candidato ante las variables de la crisis. Basta de indirectas a distancia. Hay muchos electores desinformados, e inocentes de intereses soterrados, que no han atisbado el verdadero camino, y menos aún al líder más versátil y confiable.
El pueblo necesita ver frente a frente debatiendo a esos contendores que buscan lavar y cicatrizar las heridas, tratando de limar asperezas a través de propuestas coincidentes, para ir a esa elección comprometidos con quien sea el que salga favorecido, siempre pensando en alcanzar el cambio que requiere Venezuela.
Sabemos que el campo opositor está minado de verdades y mentiras, de incoherencias, de oscuros caminos en los que se puede extraviar el electorado engañado y arreado por partidos o dirigentes con iniciativa pero con ocultas intenciones. Por ello es que viendo campear la desconfianza y decepción en la funesta realidad, debemos aupar el debate como manera adecuada de informarse y cotejar esas ideas candidaturales, para hacernos de un criterio propio y hacerlo asertivamente a la hora de tener la responsabilidad de elegir.
Según el presidente de la Comisión Nacional de Primarias, Jesús María Casal, se está haciendo lo necesario para llevar adelante el proceso encomendado; incluso, si el oficialismo decidiera adelantar las elecciones, se podrían realizar en este primer semestre.
Las circunstancias que rodean el desempeño de la actual directiva de la Asamblea Nacional del 2015, dejan ver que la misma no está a la altura de los propósitos trazados luego de la eliminación del gobierno interino, debido a que las comisiones ad hoc no progresan en sus funciones para las que fueron creadas. Esto quiere decir que para los gobiernos, que tienen represados activos venezolanos de diversa índole, estos procedimientos son incongruentes. De ser así, se estaría constatando que fue un craso error desactivar el interinato, al cual tendrían que volver en medio de la penosa situación generada por el G3.
Lo otro es que cuando dijimos que esa arbitrariedad —de la cual alertaron, sin ningún éxito, expertos juristas y el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio— debería tener un rechazo de parte de los dolientes del hilo constitucional, dentro o fuera del país, no pensábamos realmente que esta justa aspiración sería en corto tiempo materializada. Porque ya recientemente se introdujo, por parte de la Asamblea Nacional de Trabajadores, un recurso de amparo constitucional en beneficio y continuidad del Gobierno Interino, con el que se exige «la nulidad del acto legislativo en el que se sancionó y promulgó la Ley de Reforma del Estatuto de la Transición a la Democracia para restablecer la vigencia de la constitución… »
Dicha solicitud fue admitida por la respectiva Sala Constitucional, lo que requerirá, de entrada y sumariamente, la opinión de quienes representan la AN 2015.
Confiados estamos en que la lucha que está en curso, aunque enrevesada, dará los frutos que se esperan si hay sostenida persistencia y la participación continúa creciendo con optimismo.