Preparadores: una solución del Gobierno que carece de formación docente y muestra el declive de la educación

Foto: Maryerlin Villanueva

La nueva figura del preparador, pensada para reforzar las aulas, es vista por los gremios y expertos como un reflejo del abandono en que se encuentra la educación. La falta de vocación, el bajo sueldo y las malas condiciones de las escuelas alejan a los jóvenes de la profesión docente.


 

Caracas. El año escolar 2025-2026 arrancó en Venezuela con una medida que generó gran incertidumbre en el gremio educativo: la incorporación de estudiantes como “preparadores” en la educación secundaria.

El 30 de agosto el ministro autorizó que los estudiantes más destacados en sus materias puedan optar a ser “preparadores” en sus liceos y recibir una beca. No obstante, para los expertos consultados por Crónica Uno el bajo nivel académico de los propios bachilleres podría ser el mayor obstáculo para el éxito de la iniciativa.

Edgar Machado, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital (Sinvema), asegura que la medida es un parche” que no constituye una solución real para un problema estructural.

 

Cortesía diario La Verdad de Vargas

“Tener 16 puntos en adelante no significa que en todas las materias tienen esa calificación. Es decir, no significa que el estudiante esté realmente preparado porque el déficit de docentes ha hecho que los bachilleres pasen de años o se gradúan sin haber visto materias, no hacen prácticas ni tienen laboratorios”,

advierte.

 

Machado subraya que la figura del preparador, tal como se plantea, carece de la formación docente y la preparación necesaria para asumir el rol. “Una cosa es ayudar en una materia y otra es suplir al docente y tener el conocimiento por encima de los textos que te permita dar respuestas. Los bachilleres no tienen la capacidad para ello”.

Un rol en las universidades

Para Tulio Ramírez, sociólogo y director del doctorado en Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la figura del preparador no es nueva, sino una práctica que tiene un antecedente directo en las universidades venezolanas.

Un preparador consiste en la ayuda académica, pedagógica y el acompañamiento que un estudiante más avanzado le puede dar a uno menos avanzado en el sistema educativo”, explica.

 

Fotografía: Tairy Gamboa

 

El experto recuerda que esta práctica es habitual en las cátedras universitarias del país desde hace más de una década, donde se designan preparadores para atender a los estudiantes en horarios distintos a los del profesor titular, pero bajo supervisión. Estos preparadores se someten a un proceso de selección.

 

“Aquel que tiene más de sexto semestre aprobado y calificaciones meritorias puede concursar para la cátedra de preparador. Después se somete a un concurso y si cumple con los requisitos es aprobado para ser preparador de una asignatura en específico”.

agrega.

Una idea en medio de un colapso

Según Ramírez la idea de los preparadores llega en un momento crítico. El sistema educativo venezolano enfrenta desafíos estructurales que se arrastran por años y este deterioro se ve reflejado en la formación de las futuras generaciones.

“Estamos teniendo una generación sin herramientas para el futuro por la falta de docentes en áreas esenciales como Matemáticas, Física y Química. Los estudiantes no tienen las competencias básicas de acuerdo a su año”.

Señala que el problema no es solo la ausencia de profesores, también la deficiencia del plan de estudios, cargado de contenido ideológico que ignora las habilidades esenciales para el mundo actual.

Además, la pandemia de COVID-19 profundizó el rezago académico con las clases a distancia fallidas, mientras que la falta de formación docente perpetúa el problema.

 

El tres de septiembre pasado, el ministro de Educación autorizó la incorporación de estudiantes que ejercerán como preparadores. Foto: Manuel Díaz

 

El experto cuestiona si los futuros preparadores tendrán las competencias necesarias para asumir su rol. Su escepticismo se basa en datos concretos: la prueba del Sistema de Evaluación en Línea de la UCAB demostró que más de 70 % de una muestra de 18.000 estudiantes de bachillerato no aprobó los exámenes de habilidad numérica ni comprensión lectora.

Aunque la figura del preparador pueda tener buenas intenciones en el sistema educativo, agrega, el bajo nivel académico de los propios estudiantes de bachillerato es el mayor obstáculo para el éxito de la iniciativa.

“También si se sigue implementando el horario mosaico este preparador no tendrá el suficiente contacto con los estudiantes y dificultará la educación”.

Deficit de docentes

José Javier Salas, director de la Escuela de Educación de la UCAB, afirma que la escasez de docentes en Venezuela es una realidad, aunque las cifras oficiales sigan en la opacidad.

“La falta de estadísticas por parte del Estado hace imposible conocer la magnitud exacta del problema, pero el propio Gobierno reconoce el déficit de profesionales. No todas las aulas están ocupadas por profesionales de la docencia”.

Un informe de la Unesco, publicado en abril de 2025, señala que para 2030 se prevé un déficit mundial de 44.4 millones de docentes, con 70 % concentrado en el nivel de secundaria. En América Latina se proyecta una carencia de 3.2 millones de profesores.

 

Fotografía: Crónica Uno

 

Salas advierte que si este panorama se traslada a Venezuela, el país probablemente tendrá el promedio más alto de ausencia de docentes para 2030, porque la profesión dejó de ser atractiva. A esto se suma que los profesores tienen que enseñar sin recursos básicos.

“Tenemos escuelas sin conectividad a internet, laboratorios de computación, laboratorios de ciencia y otros espacios necesarios para una educación de calidad”,

 expone.

Falta de vocación

Ramírez detalla que la crisis educativa en Venezuela ocasiona que cada vez menos estudiantes tengan vocación para estudiar la carrera de docente. El experto expone que, al comparar la matrícula de 2008 con la de 2022 en 7 importantes instituciones (entre ellas la UPEL, la UCV y la UCAB) las diferencias son abrumadoras.

En 2008 se formaban 116.000 estudiantes; 14 años después, la cifra se desplomó a solo 30.000, lo que representa una reducción de más de 70 %.

“El descenso en el número de egresados es igualmente alarmante, pasando de 17.000 a 1900 en el mismo período. Si la tendencia se mantiene, las proyecciones estadísticas indican que para 2030 en Venezuela no habrá graduados en educación. Es decir, se buscarán preparadores que formen a los estudiantes, representantes y suplentes, situación que ya estamos viviendo”,

advierte.

Salas añade que otro problema es la calidad de la formación de los educadores, porque existe una marcada diferencia entre 30 % de los docentes provenientes de las universidades autónomas y 70 % egresado de la Universidad Nacional Experimental del Magisterio Samuel Robinson. Este último grupo demuestra “serias debilidades” en el manejo de contenidos básicos.

 

Foto: Tairy Gamboa

“Al evaluar a los docentes en tareas como comparar fracciones o decimales, se encuentran errores y debilidades muy grandes que se están transmitiendo a los estudiantes. Es decir, tenemos una generación de relevo con deficiencias muy marcadas”.

 

Según Salas este bajo nivel de preparación en los propios maestros agrava la situación, lo cual perpetúa un ciclo de bajo rendimiento que afecta directamente a los alumnos y compromete el futuro educativo del país.

 

 

 


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