Pregunta a los precandidatos ¿Cuál es su propuesta para derrotar la inflación? | Por Víctor Álvarez R

Víctor Álvarez R. / @victoralvarezr

El principal problema de los hogares venezolanos es el económico: el ingreso no alcanza para comprar la canasta alimentaria, muchos menos para adquirir la canasta básica. En 2023, el gobierno no aumentó el salario mínimo sino que decretó un bono de alimentación de 40 $/mes, más un bono de guerra económica por 30 $/mes. A estos se le suman 5,25 $/mes a lo que ha quedado reducido los 130 Bs del salario mínimo. Este ingreso de 75 $/mes apenas cubre el 14% de la CAF.

De acuerdo a las estimaciones del  CENDAS-FVM, el precio de la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) es de 510 $/mensual, pero la mayoría de los hogares no percibe este nivel de ingreso. Según la última Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI):

¿Cuál es la propuesta de los precandidatos para abatir la inflación?

¿Cómo piensan reactivar la producción agrícola e industrial para generar una abundante oferta de alimentos y productos de buena calidad y bajo costo?

¿Cuál sería su política tributaria y fiscal para reducir el gasto innecesario del gobierno, aumentar los ingresos y corregir el déficit fiscal?

¿Cuál sería su política monetaria para erradicar el financiamiento de empresas públicas deficitarias con emisiones de dinero inflacionario, sin respaldo en las reservas internacionales ni en la producción?

¿Cuál sería su política cambiaria para estabilizar el tipo de cambio y evitar que la constante depreciación del bolívar se exprese en el aumento de los precios?

¿Cuál sería la relación de su gobierno con el BCV para la emisión de dinero y el manejo de las reservas internacionales?

¿Está de acuerdo con una dolarización oficial de la economía venezolana?

 

La inflación no da tregua

En diciembre de 2021 Venezuela superó el episodio hiperinflacionario que llegó a registrar un astronómico 130.000 % en 2018. La velocidad de la inflación venía desacelerándose desde julio de 2021, cuando registró 19%. Entre septiembre de 2021 y febrero de 2022, la inflación mensual fue de un dígito. Pero a partir de agosto de 2022 hasta febrero de 2023, rompe nuevamente el umbral de los dos dígitos, con registros de 35 % en diciembre de 2022 y 42 % en enero de 2023. Entre marzo-abril de 2023 la inflación bajó a 4,2% y 2,5%, pero en mayo volvió a subir a 7,5%. La inflación acumulada en el año suma ya 84,9% y la anualizada 458%.

El comportamiento errático de la inflación demuestra que el problema todavía no ha sido controlado. Las contradicciones entre la política económica y el objetivo antiinflacionario impiden frenar el ascenso de los precios. Y así será muy difícil terminar el año con una inflación menor de tres dígitos. Para que la inflación sea inferior al 100%, en el segundo semestre tendría que ser menor al 2% mensual.

Para reducir el déficit fiscal y erradicar su financiamiento con emisiones de dinero inflacionario, el gobierno minimiza el peso de los salarios y las pensiones en el presupuesto nacional. En definitiva, el costo del ajuste fiscal, monetario y cambiario para abatir la inflación los están pagando los trabajadores.

Sin recuperación del salario es insostenible la recuperación económica

Venezuela viene de sufrir una prolongada contracción de su actividad económica. El PIB se redujo en un 80 %.  Esto se tradujo en un aumento de los índices de escasez de bienes y servicios indispensables para la vida.

Un aumento del salario real mueve la economía y ayuda a vencer la recesión. Quienes viven de un ingreso fijo tienen mayores necesidades insatisfechas y cuando reciben un aumento de sueldo tienden a gastarlo todo.

El factor trabajo reclama aumentos de sueldos para compensar el poder adquisitivo que ha perdido como consecuencia de la inflación. Generalmente tiene que esperar hasta la nueva contratación colectiva para que se produzca una nueva compensación salarial. El factor capital registra la recuperación del salario como un incremento en los costos y para no afectar su margen de ganancias inmediatamente lo traslada a los precios.

Para obtener más ganancias no hay que aumentar los precios sino los salarios y así activar el círculo virtuoso de mejores salarios, mayor demanda, mayor producción, mayores ventas, más ganancia y mejor rentabilidad. Por eso, el salario no puede ser considerado simplemente como un costo de producción más, sino como la principal fuerza motriz del consumo privado y de la demanda agregada que impulsan y sostienen la actividad económica.

Escuche y comparta las preguntas a los precandidatos en el nuevo podcast de Pedagogía Económica y Electoral https://t1p.de/ns1bg

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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