Llegó la temporada de los mangos de bocado y los comerciantes no esperan para especular con el precio, hay puestos que incluso los tienen en 70 mil y 80 mil Bs. el kilo, y sin bolsa, y un solo mango para calmar el estómago, puede llegar a costar hasta 10 mil Bs. ¿Quién puede con esto?
Diana Paredes/CNP 13.379
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El caminar de un puesto de venta a otro, ya no representa la solución ni la alternativa para encontrar mejores precios, porque definitivamente ya no hay nada barato, «todo está por la nubes», -dice la gente- y lo que buscaban como paliativo ante la escasez de harina precocida o pan, ya no son las mejores opciones porque también se fueron por las nubes; es decir, los cambures o mejor conocidos como «quita ruidos», sean maduros o verdes, están inaccesibles, un kilo cuesta más de 40 mil Bs., y el precio varía si usted lo paga con punto de venta o en efectivo. Asimismo ocurre con la masa de maíz pelado y la yuca.
La gente en la calle se expresa fuera de micrófono, asegurando que de nada sirve declarar a los medios «que ya no se podrá comer porque las autoridades no hacen nada» dijo una ama de casa, «los precios suben de manera indiscriminada, y el pueblo es el más golpeado, cada quien vende al precio que quiere, sin que exista un control, y ni hablar sobre los puntos de venta y el efectivo, la diferencia es abismal, pero la injusticia es la que manda en este momento» aseguraron.
La masa de maíz pelado la cual suplió desde que inició esta crisis alimentaria a la harina precocida, ya cuesta hasta 150 mil Bs. el kilo, si la paga en efectivo puede costar hasta 90 mil o 100 mil, así como los huevos, y ahora hay de todo, pero con los precios dependiendo de la forma de pago, ¿Quién le pone el cascabel al gato con el tema del efectivo?
Fue peor el remedio que la enfermedad
El pueblo exige presencia de los organismos porque se sienten con la soga al cuello, si antes podían comprar tres panes o más, ahora con el nuevo precio lo máximo serán dos, al igual que la masa de maíz, entonces, con el nuevo aumento en lugar de mejorar la situación empeoró y parece que al gobierno poco le importa lo que está sufriendo el pueblo, comentaba la gente en la cola de la panadería y en el centro de la ciudad capital, agregando que ni siquiera la yuca ni las caraotas que eran el plato de los pobres, así como las sardinas ya no se pueden comer.