Los ciudadanos manifestaron su preocupación de quedarse sin alimentos, sobre todo sin verduras, pues temen que no dejen movilizarse a los productores desde las zonas de montaña
En el cuarto día de cuarentena decretado por Nicolás Maduro para evitar la propagación del coronavirus, en las calles de San Cristóbal se observaron ciudadanos caminando con tapabocas y carritos de hacer mercado en mano. Las ventas de verduras, conocidas como ferias de hortalizas, los mercados municipales y abastos con existencia de harina de maíz, fueron los sitios más visitados.
Portando tapabocas de distintos colores y tamaños, pañales de tela, pañuelos y hasta suéteres amarrados en el rostro, salieron los sancristobalenses en la búsqueda de insumos para su abastecimiento. La mayoría eran personas de la tercera edad.
La circulación vehicular es poca, a través de las redes sociales como Instagram y twitter, los ciudadanos se quejan de la falta de gasolina. El centro de la ciudad tiene el 95% de sus comercios cerrados, tan sólo están abiertas las farmacias y tres negocios de chinos.
Los alrededores del Terminal de Pasajeros de San Cristóbal y del Mercado Metropolitano de La Concordia, conocido como el mercado “los pequeños comerciantes”, fueron trancados por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana –PNB- quienes permiten el acceso de peatones, más no el vehicular.
Un efectivo policial que prefirió no ser identificado, comentó que con esto buscan evitar aglomeraciones, aunque reconoció que a lo interno no están aplicando ninguna medida para que los ciudadanos estén a un metro de distancia mientras hacen las compras.
En abastos y farmacias donde había cola tampoco se observó la distancia requerida entre personas, tan sólo era evidente el uso del tapabocas.
Por comida
Eduardo Pérez estaba en cola en un abasto en San Cristóbal donde estaban vendiendo productos de la cesta básica. Al ser consultado porqué decidió salir de su casa, manifestó que le da miedo que se acabe la comida y prefirió buscar harina de maíz y pasta.
“Aquí llevo tres harinas y dos pastas que es lo que venden por persona, recibieron un poco alto el peso, porque el comerciante lo que hace es ganarle a todo, pero me preocupa que nos lleguemos a quedar sin comida con este lío de que no nos dejan comprar gasolina”, expresó.
Armado Ramírez estaba junto a su esposa comprando verduras en una feria de hortalizas. Indicó que la cuarentena los agarró con un hermano recién operado del corazón y no pueden darle todo tipo de comida, por lo que la compra de verduras para ellos es primordial.
“Lo que teníamos de dinero lo gastaré en verduras, me da miedo que no dejen volver a los ferieros y que no podamos comprar más. Los supermercados siempre venden más caras las verduritas”, dijo.
Por perrarina salió María Martínez. Tiene dos perros en casa y no quiere que se queden sin alimento durante la cuarentena. “Salí para que mis animalitos tengan comida, así como nosotros debemos prepararnos, ellos también, no quiero que tengan hambre. Si evitaré salir mientras más pueda”, acotó.