Durante las pesquisas fue apresado un hombre de San Juan de Colón, de 62 de edad, que había comprado y tenía en su poder el teléfono de la víctima y, otro sujeto residenciado en El Nula, estado Apure, que lo vendió y, aportó detalles a los detectives, para la identificación de los responsables materiales del crimen, que están comandados por un sujeto conocido como “El Muelas”
El crimen de un estudiante, que en el sector Boca de Caneyes, municipio Guásimos, fuera atracado por dos motorizados que le despojaron de su teléfono celular y luego le dispararon, fue aclarado por funcionarios de la División Contra Homicidios del Cicpc Táchira, que lograron la detención de dos hombres vinculados con el caso y busca a otros dos, autores materiales del hecho, los cuales están plenamente identificados.
La victima quedo identificada como Carlos Daniel Bedoya Rosales, venezolano de 19 años de edad, quien a eso de las seis y media de la mañana del día 18 de mayo, cuando el ahora occiso caminaba por la calle Los Almendros, cerca de su residencia en el Boca de Caneyes, y fue interceptado por dos hombres en motocicleta, que vestían chaquetas negras, le quitaron su teléfono celular y luego le dispararon con arma de fuego. El joven recibió auxilio y fue trasladado de urgencia al Hospital Central, donde, pese a las atenciones facultativas, dejó de existir en horas de la mañana el 23 de mayo, seis días después de ocurrido el hecho.
Funcionarios de la División Contra Homicidios del Cicpc Táchira, que comanda el inspector Emerson Carrero, asumieron las investigaciones del caso, calificado como robo con homicidio y de inmediato se abocaron a las labores de inteligencia e investigaciones de campo, a los efectos de obtener detalles que permitieran identificar y detener a los responsables del crimen cometido en la persona de Bedoya Rosales.
Uno de los aspectos puntuales en este caso, lo significaba el robo del teléfono celular propiedad del estudiante, pero su ubicación se dificultó, puesto que fue apagado por espacio de varios días, para evitar que se le pudiera hacer cualquier tipo de rastreo. Los detectives no dejaron de hacer el monitoreo al equipo de telefonía móvil, al tiempo que continuaban con las investigaciones de campo, que les llevaron a establecer que la pareja motorizada responsable del hecho, era responsable de otros robos cometidos tanto en la zona de Palmira como en Táriba y San Cristóbal y que actuaban bajo el mando de un sujeto, apodado como “El Muelas”, a quien comenzaron a busca de inmediato.
De pronto las cosas cambiaron, a favor, a la par que conseguía información sobre los sospechosos, el teléfono celular de la víctima fue activado y desde el mismo se hicieron llamadas a varias personas, que de inmediato, mediante la triangulación de llamadas y otras técnicas fueron identificadas. Aun cuando se pudo precisar la zona de donde salían las llamadas, los investigadores prefirieron ir directamente a las personas receptoras de las mismas, que fueron abordadas a los efectos que aportaran información sobre la identidad y ubicación exacta de la persona que les había llamado desde un celular, que estaba solicitado por robo y homicidio.
Pronto se estableció que el teléfono estaba en poder de un obrero de 62 años de edad, identificado como J. A. Guillen Gómez, con domicilio registrado en la población de San Juan de Colon, municipio Ayacucho, la misma persona que efectuó las llamadas que los detectives lograron rastrear, al ser detenido dijo que no sabía nada del homicidio y solo se había limitado a la compra del aparato. De igual forma se logró identificar y detener a J.H. Huerta Chacón, de 37 años de edad como vendedor, que aparecía registrado con residencia en La Azulita, en El Nula, estado Apure. Mientras las investigaciones a estas personas continúan, ambos quedaron presos a órdenes del Ministerio Publico, el primero de ellos, por presunto aprovechamiento de objetos provenientes del delito, el primero de ellos, por haber comprado el teléfono celular propiedad de una persona que había sido asesinada al momento que le fuera robado.
Explicó el informante que estas dos detenciones, permitieron el esclarecimiento total del crimen de Carlos Daniel Bedoya Gómez, puesto que los dos autores materiales, están plenamente identificados y aun cuando sus nombres no fueron revelados, se supo que uno es conocido como “El Muelas” y “El Jefferson”, ambos en fuga y a quienes se les allanó sus residencias en el sector Machirí, sin lograr ubicarlos. En una de las viviendas fue encontrada una motocicleta marca Empire, modelo Arsen, color azul, sin placas, utilizada para cometer el hecho, seis teléfonos celulares, al parecer producto de robos y cuatro chaquetas negras, propiedad del jefe de la banda. Estos objetos, junto al teléfono del estudiante asesinado, recuperado durante la investigación, en poder del sexagenario, fueron entregados como evidencia al Ministerio Publico, en tanto que se sigue buscando a los dos presuntos autores materiales, que quedaron solicitados a nivel nacional.