Porque la Revolución Bolivariana es un proceso. Y, un proceso socio-político como el nuestro, de transformación radical de la sociedad venezolana, debe tener continuidad, en su tiempo y su espacio.
La Revolución Bolivariana es, en ese sentido, una suma de retos en aras de construir una sociedad donde reinen la justicia social, los derechos humanos y se hagan realidad las libertades democráticas.
Presente está todavía el recuerdo de aquel 8 de diciembre del 2012, cuando el Presidente Hugo Chávez Frías, le pidió al país que acompañáramos al Camarada Nicolás Maduro, para que siguiera dirigiendo los destinos de la Patria, ante la posibilidad de una ausencia suya.
No se equivocó el Comandante Eterno
El Camarada Nicolás Maduro, desde muy joven anda luchando para alcanzar la felicidad del pueblo venezolano. Hombre del pueblo, inteligente, extraordinario relacionador del país en tiempos en que fue Canciller y como Mandatario Nacional, de un gran corazón, su don de gente, y, sobre todo, su altísimo apego a la tolerancia, lo han llevado a entender que la política es una actividad agónica, entre diferentes pero no entre enemigos.
Por eso, nada le ha preocupado más que la manera como el oposicionismo, violento y terrorista, ha hecho del odio un nutriente en su accionar. Por eso, su empeño en alcanzar la paz entre los venezolanos. Por eso, su indeclinable y perseverante llamado al diálogo, entre los diversos sectores políticos del país para alcanzar la convivencia.
Por proponerse alcanzar estos objetivos, algunos de quienes ayer estuvieron del lado de la revolución, lo critican. Unen sus voces a las del oposicionismo en su afán desestabilizador.
Nicolás quizás no tuvo tiempo de percatarse de su tránsito de la adolescencia a la juventud. Entre sus correrías en los callejones de El Valle y los pasillos de su liceo, maduró su estirpe de luchador social, de revolucionario. Eran años difíciles, pero el convencimiento de luchar por construir un mundo mejor lo atrapó.
Dirigente estudiantil, gremial y obrero. Constituyentista de 1999. Diputado. Presidente de la Asamblea Nacional. Canciller. Vicepresidente Ejecutivo de la República. Son algunas de las responsabilidades que le ha correspondido ejercer en la construcción y consolidación de la Revolución Bolivariana. En todas ellas ha demostrado su enorme capacidad, su talento, su sindéresis para enfrentar los conflictos.
Del Camarada Presidente, Nicolás Maduro, se ha dicho de todo y le “han dado con todo”. Aún recordamos como algunos voceros del oposicionismo se empeñaron, cuando fue designado por el Comandante Eterno como Vicepresidente de la República, de acusarlo de ser capaz de traicionar al Presidente Hugo Chávez. Qué equivocados estuvieron. En momentos en que la salud del Presidente Chávez estaba más débil, se les ocurrió la idea de colocar pendones y pancartas, con la consigna: Nicolás Presidente.
Desde el mismo 14 de abril del 2013, año en que fue electo Presidente Constitucional, el oposicionismo no ha cesado en sus planes desestabilizadores. Henrique Capriles, el candidato oposicionista derrotado, al conocer los resultados llamó a la violencia: “salgan a descargar su arrechera”, le dijo, entonces, a sus seguidores. De allí en adelante y hasta el 30 de julio próximo pasado, el oposicionismo no cesó en sus actos violentos y terroristas. A partir de ese heroico 30 de julio, día en que se eligió la Asamblea Nacional Constituyente, Venezuela vive en Paz, se recuperó la tranquilidad del país.
El oposicionismo no le “ha dado cuartel”. La guerra económica, las guarimbas y las más diversas prácticas de violencia terrorista, las más inimaginables, las más dantescas, las más crueles e inhumanas, fueron ejecutadas por el oposicionismo con el fin de derrocarlo. No pudieron.
El Camarada Nicolás Maduro, ha rescatado la dignidad del venezolano. Nos ha hecho saber que la dignidad es el respeto que un pueblo tiene de sí mismo.
Por estas razones, entre muchísimas otras, Nicolás será reelecto. Como dicen en mi entrañable Boconó: ya nosotros tenemos nuestro gallo, es un “giro” de espuela larga, esperamos que el oposicionismo saque su “pataruco”.
@hugocabezas78