Ciudad del Vaticano, 23 dic (EFE).- Tras más de un año sin viajes internacionales por la pandemia, Francisco ha elegido Irak como destino, en una visita histórica destinada a facilitar la inclusión de los cristianos y llevarles consuelo tras la brutal persecución sufrida a manos del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Mientras se trabaja aún en el programa, el portavoz vaticano, Matteo Bruni, reveló que el papa recorrerá, del 5 al 8 de marzo, Bagdad, Ur, vinculada a los orígenes de Abraham; Erbil, Mosul y Qaraqosh, en la llanura de Nínive, donde poco a poco los cristianos están comenzado a volver. Aunque todo dependerá de cómo evoluciona la pandemia.
«Es realmente el mejor regalo de Navidad que el papa les puede hacer», dice María Lozano, portavoz de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, sobre la gran emoción causada por el anuncio del viaje entre la minoría cristiana en Irak, obligados a un éxodo masivo del que parecen empezar a recuperarse tras estar a punto de desaparecer.
¿EL ÚLTIMO CAPITULO DE LOS CRISTIANOS DE IRAK?
El auténtico «vía crucis» vivido por los cristianos iraquíes desde la autoproclamación del «califato» por el EI el 29 de junio de 2014 en zonas de Irak y Siria tiene dos episodios especialmente trágicos, explica Lozano en un foro organizado por la productora Rome Report en el que participó Efe.
El 18 de julio de 2014, los últimos cristianos salían de Mosul y unos días después, el 6 de agosto, el EI arrasó sus asentamientos de la llanura de Nínive y unos 120.000 tuvieron que huir de la noche a la mañana. «Se pensó que era el último de los capítulos de los cristianos en la tierra de Abraham», asegura.
En Irak, antes de 2003 y de la caída del dictador Saddam Hussein, había entre 1 y 1,4 millones de cristianos. La guerra y después la ocupación de Nínive por EI, entre 2014 y 2017, los redujo a entre 300.000 y 400.000.
Según los últimos censos que se han podido realizar, cerca del 45 por ciento de las familias han podido volver y cerca del 54 por ciento de las casas donde vivían en Nínive han sido reconstruidas, aunque muchos siguen malviviendo en campos de refugiados.
«Hasta abril de 2020 ha regresado el 45% de las familias, aunque muchas de ellas segregadas, sólo han vuelto parte de los miembros que las constituían, y un total de 8.166 casas que estaban dañadas y destruidas han sido reparadas», explica la portavoz de la fundación.
Ayuda a la Iglesia necesitada lo considera casi un «milagro», ya que tras la caída del EI sólo el 3 por ciento expresaba su deseo de volver y ahora creen que «la visita del papa abre un nuevo capitulo en esta historia milenaria».
Para el misionero argentino Luis Alonso, que ha trabajado más de diez años en una parroquia en Bagdad, la visita del papa es «la gran noticia de este año» para una población que ha sufrido mucho.
Alonso celebra también que a partir de este año, y para siempre, «la Navidad se convertirá en un día festivo en todo Irak», gracias a una ley que se aprobó en el Parlamento tras una petición del patriarca de Babilonia de los caldeos, Louis Raphael Sako.
«Pero falta hacer mucho, los cristianos sienten la presión, la inseguridad, tienen miedo aún de volver. Muchos de sus vecinos son los que les quemaron las casas», explica este misionero, quien añade que «la visita del papa será muy importante sobre todo porque ayudará a facilitar su inclusión».
En los últimos meses ya se trabajaba para reconstruir algunas de las iglesias para pueden acoger al papa, pues durante la ocupación 34 fueron totalmente destruidas, 132 quemadas y 197 parcialmente destrozadas.
El principal de estos proyectos es la gran iglesia de Al-Tahira (La Inmaculada), la más grande de Irak, ubicada en Qaraqosh, que era la ciudad cristiana más grande del país, con un 95% de población siro-católica y que fue incendiada por el EI.
También se trabaja gracias a la Unesco y la Orden de los Dominicos en la reconstrucción de la Iglesia de Nuestra Señora de la Hora, en Mosul.
UN IMPULSO A LA CONVIVENCIA
El cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, a la que pertenecen los cristianos de la región -asirios y caldeos-, explica que «el papa ha mantenido su palabra de visitar a todos los que han sufrido en la Iglesia».
«Es un viaje que quiere llevar consuelo y un futuro mejor para una Iglesia que ha quedado casi desmantelada de la presencia cristiana por todos los que han huido al exterior», afirma.
Pero para el cardenal argentino, «el papa va a consolar a todo el pueblo iraquí, no solo a los cristianos, sino a todos los habitantes heridos por la persecución y la guerra. Va a dar un impulso a la convivencia».
Por ello, y aunque aún no se conocen los detalles del viaje, Sandri destaca los posibles encuentros de Francisco, como por ejemplo si habrá reunión con la máxima autoridad religiosa chií de Irak, el ayatolá Ali al Sistani.
«Tenemos que esperar que sea un viaje con un mensaje de consuelo, fraternidad y fuerza para ser un signo de esperanza en Irak», desea.
EL SUEÑO DE JUAN PABLO II QUE CUMPLIRÁ FRANCISCO
Francisco había expresado su intención de visitar Irak el 10 de junio de 2019, durante la audiencia con los participantes en el Encuentro de Ayuda a las Iglesias Orientales.
«Un pensamiento insistente me acompaña pensando en Irak: el deseo de ir en 2020 para que pueda mirar hacia adelante a través de la participación pacífica y compartida en la construcción del bien común de todos los componentes religiosos de la sociedad, y no volver a caer en tensiones».
La visita había sido aplazada varias veces por la inestabilidad en el país y las dificultades para organizar un complicado viaje y Francisco, para mostrar su cercanía, envió en la Navidad de 2018 al secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, quien celebró misa en Bagdad y visitó Qaraqosh y Erbil, la capital del Kurdistán iraquí.
La posibilidad parecía cada vez más factible, cuando el 25 de enero de 2020, el pontífice recibió en el Vaticano a Barham Salih, presidente de la República de Irak, pero después la pandemia aplazó el viaje.
Si la emergencia sanitaria lo permite, Francisco cumplirá uno de los sueños que el papa viajero, Juan Pablo II, no pudo cumplir ya que la visita programada del 1 al 3 de diciembre de 1999 finalmente no se realizó, porque Saddam Hussein, después de meses de negociaciones, decidió posponerlo.
Para los cristianos, Irak es la patria de sus profetas: Abraham se dirigió desde Ur a Tierra Santa y Jonás, quien mostró el arrepentimiento del pueblo y su regreso a Dios, vivió en Nínive.
Cristina Cabrejas