¿Por qué está sucediendo el Coronavirus? | Por: José Rojas

Consultorio para el alma

El miedo es una emoción que Dios construyó dentro de nosotros para una protección momentánea. Él no tiene la intención de que nosotros vivamos en esta condición de miedo. Es nuestra opción vivir en fe, o vivir en miedo. Si vivimos en fe, ésta remueve la ansiedad.

Yo he notado que mis vecinos están en un estado de gran ansiedad. Las Escrituras incluyen 365 veces “no temas”, lo cual quiere decir que cada día que nosotros nos despertamos, hay otra más. Con todo  lo que ocurre alrededor  podrías preguntarte ¿Qué es lo que puede estar pasando aquí?

   Dios está llamando a las personas del mundo a que vayan a Él por protección. Esto no es ninguna sorpresa para Él. Él lo vio venir.   Él está llamando a Su Iglesia a ser testigos fieles y no actuar como si todo estuviera igual. Y sin lugar a dudas hoy día es el  momento para el evangelio

Es interesante la historia de Éxodo. Dios está llamando a Moisés a hablarles a las personas, a hablarle al Faraón y decirles que vayan a la tierra prometida. Su respuesta es, “Yo no quiero ser un orador, yo no soy un buen orador”. Y comienza a argumentar con Dios.

Nuestra tendencia es a no hablar abiertamente acerca de Jesús. ¡La iglesia está callada! Nosotros lo sabemos. Como cristianos, lo que hemos hecho es aislarnos a nosotros mismos en la comunidad. Tu iglesia está bien, mi iglesia está bien, nos conectamos por internet, ”Cada casa una Iglesia”, Cada casa un Cuartel para Dios”. Pero más y más personas no están asistiendo a la iglesia, porque esta permanece cerrada. Y es porque nosotros no estamos testificando; no estamos hablando de Jesús.

Yo he notado que en estos últimos días mis vecinos me hacen  preguntas porque saben que yo soy un “tipo religioso”. Generalmente, cuando hablo con ellos, se me quedan mirando fijamente como si no entendieran realmente lo que estoy diciendo. Ahora, mis vecinos me están diciendo, “¿Qué tu piensas de esto?” ¡Están preguntando! Yo creo que el mundo está preguntando, «¿Qué tu piensas acerca de esto?» Es el momento para el evangelio. Este es uno de los mejores momentos que yo haya visto en mucho tiempo.

¿Cuál es la base de nuestra fe? Me detengo en el ejemplo de Moisés, y pienso que lo que Dios estaba haciendo era enviándoles a los Egipcios, plagas de distintos tipos, como una advertencia. Él quería que el Faraón dejara ir a las personas. Sin embargo, cuando uno lee la historia en Éxodo, ninguna de las plagas tocaron a los Israelitas. Ninguna. Dios escogió protegerles. Aún la muerte del primer hijo no tocó a los Israelitas. Ante la posibilidad de la muerte en la familia esa noche, ¿te puedes imaginar lo que sentían, desde el más joven al más viejo? ¿Te puedes imaginar la situación caótica? “Pero entre todos los hijos de Israel ni un perro les ladrará ni a los hombres ni a los animales, para que sepan que el SEÑOR hace distinción entre los egipcios y los israelitas” (Éxodo 11:7).

No estoy diciendo que los cristianos no serán víctimas. Pero lo que está pasando es que Dios está obrando. Él nos está guiando, tal y como guió a los antiguos Israelitas. Él nos está guiando a una tierra de leche y miel. Algo bueno va a surgir de esto para millones de personas. Dios es el mismo ayer, hoy y mañana.

 ¿Por qué está sucediendo el Coronavirus? Hay razones, más que razones por la cual confiamos en  Dios. Lee el Salmo 91:1-12 : “El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío».

Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte! No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará. No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido.

Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar. Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos. Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna».

Fuente: Devocionarios


joserojastrejo68@gmail.com

Salir de la versión móvil