Politizar la Ciudadanía | Por: Antonio Perdomo

 

 

Todos los acontecimientos sucedidos durante los últimos 20  años caracterizados por bochornosos hechos de corrupción, mentiras y  violación de los derechos humanos por parte de representantes del estado  han generado una  enorme decepción y desencanto de los ciudadanos sobre el tema de la política. Para la narrativa del ciudadano común, igualan al político con alguien mentiroso que se aprovecha del erario público para enriquecerse personalmente de la forma más inmoral y grosera posible. Todo ello ha provocado que poco a poco el ciudadano haya  ido desarrollando un desprecio hacia la política. La actuación indecorosa e inmoral de algunos han enlodado la imagen de todos los políticos, tanto de los que forman parte del régimen como del sector opositor.

Allí está entonces el enorme reto de quienes trabajamos en las comunidades: politizar la ciudadanía. Rescatar  la concepción de la política de sótano al que ha sido lanzada. Promover el reencuentro de la gente con la política entendida como  el arte de promover la organización y participación de la gente en función del bien común en un clima de respeto y tolerancia.

Siendo así, todo lo que haga un  ciudadano para mejorar su calidad de vida en el marco de los derechos constitucionales que le asisten, es ejercicio de la Política. Y ello, se aplica en todos los contextos de la vida de la persona. Por tanto, un líder comunitario es también un líder político. No necesariamente hay que pertenecer a un partido o grupo político para ejercer la política. En este caso el líder político-comunitario, no procura cargos de poder en el estado ni participar en ningún proceso eleccionario para alcanzar ese fin, pero si tiene objetivos políticos claros: la defensa y promoción de los derechos constitucionales ante los órganos del estado.

Por tanto, cuando la comunidad se organiza para protestar y exigir servicios públicos dignos es ejercicio de la política. Cuando el ciudadano denuncia casos de corrupción del dinero que es de todos los venezolanos, es ejercicio de la política. Cuando la gente denuncia violación de los derechos humanos es ejercicio de la política. Nuestros derechos políticos están consagrados en la constitución, específicamente, el articulo 62 destaca que “Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica…”.

Es decir, individual y comunitariamente, tenemos el deber de promover la participación de los vecinos  en los asuntos públicos para hacer denuncias y procurar soluciones. Y, que más asunto público que los servicios de gas, agua, energía eléctrica, transporte, el alto costo de la vida, la inseguridad…

En conclusión, en este momento histórico que vive el país tenemos el reto de ejercer nuestro derecho a hacer política desde la perspectiva de los intereses y necesidades de las comunidades. Quitémonos la venda sobre lo político. Rescatemos el enorme valor y significado que  la política tiene para los líderes comunitarios. Hacer política es un deber de todos.

 

 

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