Brasilia, 14 nov (EFE).- El director general de la Policía Federal de Brasil, Andrei Rodrigues, asoció este jueves el ataque con explosivos frente a la sede de la Corte Suprema, en Brasilia, que terminó con el suicidio del agresor, a «grupos extremistas activos».
Rodrigues dijo en una rueda de prensa que trabajan con la hipótesis de que se trate de una acción «terrorista» que buscaba al parecer atentar contra los jueces del Supremo con el objetivo final de «abolir de forma violenta el Estado democrático de Derecho».
Aseguró que fue un ataque «premeditado» y posiblemente «planeado» desde hace meses.
«No es un hecho aislado y puede estar conectado con otras investigaciones en curso», entre ellas con la invasión a las sedes de los tres poderes, incluida la del Supremo, ocurrida el 8 de enero de 2023, cuando miles de activistas ultra incitaron un golpe de Estado contra el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.
El agresor fue identificado como Francisco Wanderley Luiz, conocido como Tiu França, un militante y antiguo candidato a concejal del Partido Liberal (PL), formación que lidera el exmandatario Jair Bolsonaro, que hoy lamentó y repudió lo sucedido.
Tenía 59 años, era cerrajero de profesión, natural del estado de Santa Catarina (sur) y estaba en Brasilia desde hacía «tres o cuatro meses».
Los hechos ocurrieron la noche del miércoles, cuando el hombre intentó acceder al Supremo y, al no conseguirlo, decidió lanzar artefactos explosivos frente a la sede de la máxima instancia judicial del país, hasta que en un momento determinado se quitó la vida.
El atacante llevaba un cinturón con más explosivos, los cuales solo fueron desactivados la pasada madrugada, y «un extintor cargado con gasolina que simulaba un lanzallamas».
Previamente, cerca de ese punto, activó de forma remota un conjunto de fuegos artificiales que dejó en un vehículo situado en el aparcamiento de un edificio anexo a la Cámara de Diputados.
En ese lugar, las autoridades también hallaron un tráiler con material explosivo en su interior y una caja enterrada aún por analizar.
Igualmente, encontraron más bombas caseras en el inmueble que había alquilado en Ceilândia, en la periferia del Distrito Federal de Brasilia.
Al menos una de ellas estaba escondida en un cajón y explotó cuando un robot de la Policía inspeccionaba la vivienda, sin que resultara herido ningún agente.
Según Rodrigues, en las paredes y espejos de esa vivienda había mensajes escritos que hacen alusión al episodio del 8 de enero de 2023.
Wanderley Luiz estuvo esos días en la capital brasileña, aunque aún se desconoce si participó en los violentos actos de ese día.
«Esto no fue una cosa pensada de un día para otro. Hay artefactos con detonador, un lanzallamas, había toda una preparación que apunta a una vinculación con grupos extremistas» que difunden sus proclamas en redes sociales, apuntó Rodrigues.
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